La semana pasada PDVSA se presentó al BCV con cajas de facturas que mantiene en sus estados financieros como cuentas por cobrar, de deudas con morosidad de más de tres años. Son facturas en bolívares y en dólares, estas últimas por envíos de petróleo a Cuba y otros países integrantes de Petrocaribe.
Se trata de una suma que excede los US$ 1.000 millones al sumar los dólares y los bolívares en esas cuentas por cobrar. El argumento es que PDVSA está en un apuro financiero y no tiene caja en vista de la caída de los precios del crudo. El BCV aceptó la transacción y otorgó el financiamiento a PDVSA.
Similarmente, el jueves el BCV acordó renovar el pagaré de PDVSA por Bs. 1.000 millardos con el objeto de cubrir las necesidades de nómina de la empresa petrolera, debido a que carece de recursos para financiar sus gastos corrientes.
Estamos ante una gigantesca operación de “monetización” del déficit, es decir, bolívares para el gobierno sin respaldo alguno. En otras palabras: Más inflación (lapatilla.com)