Histórico paseo de Semana Santa: El “carrito” del Superagente 86 se ensambló en Venezuela

Histórico paseo de Semana Santa: El “carrito” del Superagente 86 se ensambló en Venezuela

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Caracas recibía adormilada a un nuboso Viernes Santo y a media mañana serpenteaban entre los Metrobuses Yutong de origen chino varios carros “paisanos” y alguno de marca capitalista.

Los de modelo más reciente exhibían heridas en forma de luces partidas, faros dañados, parachoques rasgados producto de algún encontronazo urbano cuyas consecuencias no han podido corregirse con el correspondiente recambio. Los de modelo más antiguo, además, exhiben enormes penachos de humo, producto del abuso que implica usar carros pensados para transporte privado como taxi cuando ya por su edad podrían merecer algún museo.





De pronto, uno de los varios mototaxistas que rondaba la zona para aprovechar el caos creado por el mal funcionamiento del metro lanzó una exclamación al ver algo que apareció en el tráfico. Curioso, aquel veinteañero cabalgó su “socialista” con la calcomanía de los Caribes para alcanzar aquella aparición; un pequeño carro “Más viejo que mi papá”. Era blanco y su carencia de techo le daba aire deportivo. El dueño, de edad media, calvete y con pinta de profesor, se detuvo en una pastelería.

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– Buenos días – saludó con cortesía – ¿Es suyo?
– Eh… sí… claro. Tengo varios años con él…
– Y disculpe…. ¿qué carro es?
– Es un Sunbeam Alpine, de 1962.
– Ah – exclamó el chico al escuchar la marca, desconocida para él – Y ¿de dónde es? ¿alemán? Porque venezolano ni de vaina – añadió a manera de chiste.
– Pues no creas… es venezolano.
– Naaaaaaaaaaaaa pana… tú me estás jodiendo….
– No, no… si has visto series antiguas o la película, es el que usó el “súper agente 86” aunque ese era rojo. James Bond usó uno azul en su primera película. Y sí… es venezolano.
– ¿Venezolano? No creo… quieres decir que lo compraste en Venezuela.
– Sí… lo compré acá. Es una marca inglesa, como los Austin y los MG que también se veían mucho en Venezuela, pero éste se ensambló acá.
– Verga chamo… ¿en serio?
– Sí… es de 1962 y el caballero que me lo vendió hace muchos años lo trajo de Colombia. Pero en 1964 su fabricante ya vendía carros en este país y decidió ensamblarlos, así que montaron una plantica en Mariara. Por varios años fabricaron carritos como éste, Hillman de distintos modelos, furgoneticas Commer para el reparto y más pequeñas que las Apache… y simpáticos sedanes ingleses con tapicería de cuero legítimo y adornos de maderita en las puertas y el tablero, como un Rolls Royce.
– Ah… de esos sí escuché… los “rois rois”… pero esos sí no se fabricaban acá…
– No… pero había concesionarios Rolls Royce en Venezuela. El último estuvo en Sabana Grande, en un local donde luego montaron una panadería…
– Verga chamo… yo he visto esa panadería… ahora le cambiaron el nombre…
– Pues sí… por esos años había muchos carros ingleses en Venezuela. Y carritos como este –el profesor golpeó orgulloso el latón de su descapotable- se fabricaban acá…
– O sea que eran burda de caros….
– No vale… éste en cierto modo valía su plata, porque era descapotable, de dos asientos. Un carro así costaba dieciocho mil bolos, como un Malibu o un Falcon, o un Dart… pero un Hillman costaba la mitad… los carros más baratos del país eran ingleses… o alemanes ¿te acuerdas del Volkswagen?.. o italianos, como los Fiat.
– Perro, pana… no sabía…. Pero ya no quedan muchos.
– No sé cuántos se hicieron pero no fueron muchos. Con el tiempo dejaron de ser nuevos y la gente los fue comprando… y les pusieron motor de Fiat, de Opel, o de Chevette, cosas así… aunque este todavía tiene su motor.
– Eso era hace cincuenta años… hoy no debe correr mucho.
– No creas… estos carros eran bien avanzados… todavía lo son… éste tiene levas en lo alto, frenos de disco, suspensiones independientes, sistema eléctrico por alternador, doble circuito de frenos, cloche hidráulico, radiador con reservorio aparte… en lo único que no se compara con los nuevos es que se va de atrás en las subidas… cuando sacas el cloche.
– Coño… si tuviera inyección sería súper actual…
– Este tiene dos carburadores…
– Coño chamo… si le montas el aire y vidrios eléctricos, sería moderno… ¿y los repuestos?
– La misma vaina que con un carro nuevo… no se consiguen. Aunque muchas cosas se pueden reparar… las puedes reparar tú mismo… o usas piezas universales… Si sacas la pieza y vas por los lados de Quinta Crespo, o la Avenida Victoria, algo se consigue.
– ¿De verdad que en Venezuela se hacían carros así?
– Sí… y se podían comprar a crédito… y al cabo de varios años cualquier muchacho podía comprar uno que hubiese quedado arrumado en un taller o algo así con el motor fundido. Lo compraba, lo pintaba, le montaba un motor Fiat y pa-la-playa…
– Velga… qué fino… yo tuve que acabar taxeando con esta socialista… mientras tanto…
– ¿Mientras tanto qué?
– Bueno… me dedicaba al reparto y tenía una camionetica… una de esas chinas, tu sabes…
– Aja… ¿y qué pasó?
– Coño… le pegó un recalentón y partió la cámara… y no se consigue… la dejé en el taller y los mecánicos le robaron el módulo de inyección… no sé si venderla así o qué… me dijeron que los repuestos se consiguen fuera, pero ya la marca no existe…
– ¿Ni siquiera en China?
– No… aparte… ¿cómo voy para allá? Traer eso por DHL cuesta más que el carro… ¿A este bichito nunca se le ha jodido la cámara?
– No… este tiene bloque de hierro, cámara de hierro y mira… mira el tamaño del radiador…
– Antes sí se hacían bien los carros… ahora es puro plastiquito… y lo que cuestan… no joda…

El profesor se encogió de hombros…

– Papá me enseñó las cosas básicas de mecánica para mantenerlos al día…
– A mí papá no me enseñó nada de esa vaina… tuve que aprender a los coñazos… nadie te dice nada… y por donde vas, te clavan…

El profesor quedó en silencio y el joven también, hasta que de pronto su rostro se iluminó…

– ¿Y no lo vende?
– No – el profesor sonrió – quizá cuando me muera mi esposa querrá venderlo…
– Y pa-qué lo va a vendé… y ¿qué te compras? ¡Qué cagada…! Nací cuarenta años tarde…
– No creas… yo también…
– Pero al menos puedes mirar atrás… para ver estas cosas…
– Bueno, pero tú eres joven. Yo cuando tenía tu edad no tenía este carro…
– No joda… cuando yo tenga su edad, a este paso no hay ni un carro chino. Esta moto no dura cincuenta años, ni de vaina…
– A lo mejor sí… si aprendes a cuidarla.

El chico se encogió de hombros.

– ¿No le importa que le tome una foto?
– No vale… tranquilo…

El chico sacó un reluciente Galaxy, que manipuló con destreza para inmortalizar al deportivo inglés y afirmó con solemnidad.

– Este teléfono es una mierda… no toma buenas fotos. El iPhone sí… estoy esperando que llegue el 5 pa-meterme en un bichito de esos. A éste se le jodió la pantalla, pero conseguí otro por ahí y se la cambié yo mismo.

Dicho esto, se despidió y se fue sobre su “socialista” sosteniendo el “galáctico” con su mano izquierda para ver las fotos que acababa de tomar. Mientras el profesor le veía alejarse, el parquero de la pastelería se acercó, señaló el carro y dijo.

– Está muy bonito… ¿es suyo?

Julián Afonso Luis

[email protected]
@JAL69

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