“…La libertad, en esencia, es la posibilidad que tienen las personas de tomar decisiones sin coerción…”. Me encantó esa definición de Libertad expuesta por Montaner (ver Carlos Alberto Montaner en“Reflexión sobre la Libertad”
https://youtu.be/jgki0Nbvn0c de la Fundación Libertad) porque aterriza el concepto más allá de toda elucubración teórica.
En la exposición Montaner explica que “los seres humanos necesitamos tomar decisiones con la mayor cantidad de libertad posible, porque queremos relacionarnos con quien nos de la gana, estudiar lo que deseamos, manifestar nuestra sexualidad como la tengamos o como creemos que la tenemos, desarrollar nuestras actividades profesionales tal y como nos apetece…”. Y esto tiene que ver con la cotidianidad de la vida.
En cada uno de esos campos cuando no podemos hacer lo que realmente queremos hacer se produce, según Montaner, “una disonancia o imposición del exterior que nos obliga a hacer las cosas que no queremos hacer, nos obligan a decir las cosas que no queremos decir, nos obligan a aplaudir las cosas que no queremos aplaudir. Esas disonancias van generando angustias personales que a veces se convierten en problemas psicológicos muy severos…”.
Y esto, según el autor cubano, “es lo que hace intolerable las sociedades totalitarias…porque nos dictan nuestras vidas desde el exterior. Un grupo de gente iluminada…que nos dice cuales son las ideas correctas, que es lo que tenemos que pensar del pasado…que es lo que tenemos que pensar del presente…y lo más terrible es podemos ir a la cárcel por pensar cómo va a ser el futuro, porque el futuro ya fue decidido por ellos…”. Terrible, ¿verdad? ¿Les suena conocido? El solo hecho de pensar que otros decidan por nosotros nuestro futuro es lo más chocante de este tipo de modelo que se nos está queriendo imponer.
Y todo eso ya está pasando. La imposición obligada de conductas porque el Estado tiene un poder de vida o muerte, ya sea económica o física, sobre la gente es un hecho palpable a todo aquel que viva de la Administración Pública. Se está evidenciando esa disonancia en la gente, con resultados que ya se están viendo. Se están aceptando las humillaciones más aberrantes sin alteración alguna. Esto hace que se profundice el éxodo y los más estudiados se abarroten en las universidades para escapar del país (ver “Trámites para el exterior rebasan capacidad de las universidades”, El Nacional 3-5-2015,
De la Declaración de Independencia de los Estados Unidos tomamos las siguientes líneas: “Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas. Que todos los hombres son creados iguales. Que su Creador los ha dotado de ciertos derechos inalienables. Que entre estos derechos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad…Y que para asegurar esos derechos, los hombres instituyen gobiernos entre ellos, los cuales derivan sus poderes de los ciudadanos…”.
Este párrafo es lo que José Piñera, ex ministro de Trabajo y Previsión Social de Chile y responsable de la reforma al sistema de pensiones de ese país (ver conferencia dictada en la Universidad Francisco Marroquínde Guatemala titulada “Los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América y lecciones para América Latina” enhttp://newmedia.ufm.edu/
Son tan grandes, gigantescas y evidentes esas verdades que el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad es lo que intentan preservar los venezolanos de manera instintiva al escapar de Venezuela, reaccionado al huir de lo que está pasando en el país. Y aunque no se pueda objetar en modo alguno esa reacción instintiva, hay diferentes maneras de preservar esos derechos…
Primero lo obvio: si el gobierno no puede garantizar la vida que se pierde en las calles por una bolsa de comida o un celular, es difícil convencer a alguien de que se quede a esperar que sea el siguiente. Y tal vez estas palabras vayan dirigidas a quienes no les queda otra alternativa que quedarse porque no pueden irse, y porque nadie puede darle a otro lecciones de cómo preservar su vida cuando la ve amenazada.
Pero en cuanto a la Libertad y la búsqueda de la felicidad la cosa va diferente. Estos son derechos que podemos y debemos pelearlos aquí, entre otras razones porque no hay otro lugar donde hacerlo, aunque en ello se nos vaya el primer derecho, el derecho a la vida. La independencia se peleó en suelo venezolano así como la independencia de todos los países fue peleada y ganada en sus propios suelos.
Cuando aquel cubano de la historia de Laureano (ver “Miami si es ¡ay!” por Laureano Márquez
http://runrun.es/opinion/
Y con la libertad ganada solo es posible la búsqueda de la felicidad de la que hablaba la Declaración de Independencia norteamericana y que es aplicable a todo el mundo. Porque solamente en un ambiente de libertad es posible la existencia de la prosperidad y la búsqueda de la felicidad, ambas igualmente probables porque en libertad eso solamente depende de cada quien, no del Estado, ni de los socialistas, ni de los socialdemócratas, ni de nadie.
Así pues, si nos alcanza el 2019 en las mismas o peores condiciones expresadas por Thays Peñalver (ver Cuando el 2019 nos alcance, Thays Peñalver, El Nacional
http://www.el-nacional.com/
Caracas, 5 de Mayo de 2015
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