La foto es elocuente: A pesar de no conocerse, se abrazan como amigos de toda la vida. Uno, porque en ese abrazo está su ascenso en la burocracia cubana. El otro, porque es un mensaje amistoso a su mentor político, Raúl Castro. La utilización caprichosa de la máxima condecoración venezolana, la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela la degrada. Fernando Gonzalez Llort, agente de la Dirección General de inteligencia (DGI) de Cuba, cumplió condena de 17 años y 9 meses por espionaje, conspiración para cometer homicidio (por el derribo de los aviones de Hermanos al Rescate en el año 1996), actuar como agente de un gobierno extranjero y otras actividades ilegales en Estados Unidos. Al finalizar su condena fue deportado a Cuba en marzo de 2014. ¿Lo relevante? El dedicar tres horas de Tv en engrandecer a 5 cubanos que poco o nada le han aportado a nuestro país, molido por una severa crisis económica y que Nicolás Maduro se empeña en ver desde lejos, desde la estratósfera. Hoy por cierto, parte a Rusia, a festejar un aniversario de la “Gran Guerra Patria” rusa. (lapatilla.com)