Pedro Vicente Castro Guillén: La violencia legítima la ejerce el Estado

Pedro Vicente Castro Guillén: La violencia legítima la ejerce el Estado

thumbnailpedrocastroEl que la violencia legítima la ejerce el Estado, es un principio constitucional que no se discute en ningún régimen político contemporáneo independientemente de su naturaleza democrática o no. Es un sagrado principio Universal del Estado.

Vemos con extremada preocupación que en Venezuela se promovió desde el estado una serie de organismos llamados colectivos como instrumentos de defensa de la revolución que han terminado abrogándose actividades propias del Estado en un conjunto amplio de materias, que han venido convirtiéndose en un problema de seguridad publica en la medida en que han cobrado una inusitada fuerza por su número, organización y tipo y calidad del armamento que manejan, produciendo en la práctica un quiebre del principio del Estado como el detentador del monopolio legítimo de la violencia, cosa que sólo puede ocurrir si el Estado mismo declina la defensa de su privilegio constitucionalmente otorgado.

La cuestión ha llegado a punto que nada debe de asombrar, por el hecho de que desde el momento en que se crean organizaciones armadas al margen de los cuerpos de seguridad del estado, llámese policía nacional, estatal o municipal, FAB, o cuerpos de inteligencia; se tendrá más temprano que tarde enfrentamientos entre la fuerzas legitimas del estado y los cuerpos creados ad hoc.





Esto es precisamente lo que viene ocurriendo con un saldo elevado de homicidios de policías, militares, miembros de los cuerpos de inteligencia, CICPC. Pero además, donde se producen hechos tan graves como los que ocurrieron este mes en el Estado Aragua, donde una banda delictiva puso en jaque a la policía regional sitiando sus comisarías y creando gran alarma entre la población. Aunque la respuesta de los cuerpos de seguridad del estado ha sido contundente y cuenta con nuestro más irrestricto apoyo, no es suficiente, en virtud de que de lo que se trata es de que Estado reconozca que sólo puede haber un detentador de la violencia.

Cuando la violencia por razones políticas se delega en órganos al margen del Estado de derecho, se incurre, no sólo en una grave violación constitucional, sino como está sucediendo, se atenta contra la seguridad interna y contra la paz interna del país. Con lo que termina produciéndose un efecto contrario al que se ha buscado. Si se quería por parte del actual régimen buscar protección contra los llamados enemigos de la revolución otorgándole fuerza represiva a grupos al margen del Estado, estamos viendo en la práctica como esta genial iniciativa hoy se le devuelve a sus promotores porque causan desazón en la ciudadanía, tanto en los que lo apoyan como los que no, y se convierten en un grave riesgo para la estabilidad política del régimen.

El régimen ha creado un Frankenstein, que hoy amenaza su estabilidad en un momento en que la crisis del país parece no aceptar mayores niveles de crispación. Esto le crea al oficialismo, hacia las elecciones parlamentarias, un enredo monumental, porque se suma a los problemas de inflación, escasez, desabastecimiento, crisis de electricidad y agua, falta de divisas, caída del PIB y un largo etc. Tiene además una sublevación al interior de sus propias fuerzas que lo debilita de manera considerable en sus aspiraciones de repetir con una mayoría parlamentaria en las próximas elecciones.

Es por ello que debemos reafirmar nuestra voluntad democrática con la disposición a votar en las próximas elecciones, porque si tenemos una gran oportunidad de derrotar pacíficamente a este régimen del Socialismo del Siglo XXI.

Contacto: [email protected]

@pedrovcastrog

Economista Pedro Vicente Castro Guillén