Juan José Moreno: El frágil equilibrio de la unidad

Juan José Moreno: El frágil equilibrio de la unidad

thumbnailjuanjosemorenoLa disputa verbal que esta semana ha sido posible observar a través de los medios tradicionales y modernos de comunicación social, en relación con la marcha convocada por Leopoldo López y Daniel Ceballos, debe servirnos para activar las alarmas en cuanto al absolutamente delicado tema de la unidad entre los diversos factores de la oposición.

Debo, primeramente, destacar mi posición personal, compartida por la mayoría de quienes militamos en una organización política de comprobada vocación democrática, y especialmente por nuestro indiscutible líder Henrique Capriles: respetamos la posición y argumentación de los mencionados dirigentes, convocantes de la anunciada marcha y declarados en huelga de hambre para llamar la atención en torno a la necesidad de que sean convocadas de una vez por todas las elecciones parlamentarias que deben realizarse este año, por la libertad de todos los presos políticos injustamente sometidos a prisión y violación de sus más elementales derechos humanos y, entre otras, por el cese a la persecución ideológica y la censura y presión contra periodistas y medios de comunicación.

Todo eso lo compartimos, y es nuestro sincero deseo que la convocatoria tenga el mayor éxito. Sin embargo, es necesario igualmente expresar nuestras consideraciones en relación con ese hecho en particular que plantea el debate interno de hoy en el seno de quienes conformamos el gran frente de oposición contra el tiránico régimen del señor Maduro.





Pese a su legitimidad, la decisión de una convocatoria a una movilización y huelga de hambre del tipo emprendida por los mencionados líderes, constituye una actitud cuyo carácter individual no consideramos que cuadre con las exigencias del momento actual, aun cuando también entendemos las penurias a las que en lo personal están siendo sometidos. ¿Por qué?, podemos preguntarnos; pues por razones que saltan a la vista, entre ellas las siguientes:

 

  • la unidad que debería reinar  entre quienes conformamos la gran mayoría de los venezolanos, está hoy día en entredicho, por razones que bien valdría la pena analizar en los espacios más convenientes para ello, y su ruptura o desintegración es aupada por quienes nos han declarado, más que adversarios, sus enemigos, y debemos evitar caer en su juego como ha ocurrido en otras ocasiones con nefastas consecuencias para el propio país:
  • está harto demostrado, que una mayor exacerbación de los ánimos que está presente en una población sometida a las más crueles condiciones de vida, favorecería acciones de violencia cuyo único interesado es el régimen que, como es más que evidente, busca pretextos e incluso los fabrica para aplazar y posiblemente suspender un proceso electoral cuyos resultados nos permitirían iniciar la recuperación de las instituciones fundamentales del Estado para el rescate de la democracia, sin que esto quiera decir que debamos renunciar a la protesta pública cuando la consideremos necesaria;
  • y, por último lo que consideramos un razonamiento muy apropiado por parte de la Mesa de la Unidad Democrática en el sentido de exigir que cualquier acción que convoque a la participación de los ciudadanos que conformamos a la población descontenta y deseosa del cambio, debe ser producto de una decisión conjunta de los distintos factores que integran ese mecanismo unificador.

 

Y no se trata de coartar libertades de acción, porque podemos entender que dentro del conglomerado de organizaciones que conformamos la MUD existe toda una diversidad de ideologías y posiciones que no siempre son compartidas por todos, sino entender que lo sabio y prudente en función de mantener una unidad de acción frente a los diversos asuntos que debe atender la oposición, es que las decisiones que de alguna manera la puedan afectar deben ser discutidas y, especialmente, sometidas al más minucioso análisis para establecer las estrategias organizativas que impidan que las acciones acordadas se nos escapen de las manos y, como ha podido ocurrir en otras movilizaciones, sean infiltradas por un régimen sin escrúpulos al que no le importa fabricar víctimas cuya responsabilidad nos achacarán luego para justificar sus desmanes. Es por ello que, al admitir lo frágil del equilibrio unitario, debemos insistir en la necesidad de evitar que se rompa, por las consecuencias negativas que le tocaría seguir viviendo a nuestro querido y maltratado país.

DENTRO DE LA UNIDAD TODO, FUERA DE ELLA, NADA

Twitter: @JJMorenoA