Federico Black: A los Presidentes de América

thumbnailfedericoblackDurante los últimos 16 años, Venezuela ha vivido un profundo, dramático y lamentable revés en su historia democrática. La democracia Venezolana, en determinados momentos fue no solo ejemplo sino apoyo irrefutable a otros sistemas y naciones del continente americano, por dar un ejemplo, fue el caso de Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua, quien ganó la presidencia de su país pero en un clima político absolutamente inestable por la marcada presencia del sandinismo en instancias de poder. Venezuela, además d recursos, le proveyó a la Sra. De Chamorros su seguridad personal, enviada por el ex Presidente Carlos A. Pérez (+). Paradójicamente, el responsable de la comitiva de seguridad, fue Freddy Bernal, hoy hombre fuerte del chavismo.

1810, 1822, 1824 y 1825 son años que a la simple vista no refieren mayor importancia, pero en realidad sí la tienen. Son los años en que 4 naciones de América del Sur, decretaron su independencia del régimen español dando inicio a la propia determinación de sus pueblos. Esas 4 fechas, de años diferentes, en países distintos, tienen algo en común. Simón Bolívar.

Bolívar, fue un hijo de padres ricos que se cansó de vivir bajo el yugo de una nación que se encontraba a miles de kilómetros de distancia, al otro lado del océano Atlántico, pero que manejaba a Suramérica como su patio trasero, explotando a su gente y sus riquezas, pero sobre todas las cosas, mantenía a la población sumida en una profunda opresión.





El punto es que, Bolívar no se limitó con libertar e independizar a Venezuela de la colonia española, sino que siguió frontera tras frontera para colaborar con la independencia de las naciones vecinas, incluidas Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú (aunque exista un debate respecto a San Martín y Bolívar). Fueron años de guerra, que costó miles de vidas no solo venezolanas sino de todas las naciones involucradas, pues a su paso por cada país, el ejército libertador del norte además de acumular logros libertarios, fue reclutando soldados para seguir en la campaña y junto al ejército del sur, comandado por San Martín, lograr la independencia del continente y así se hizo.

En aquella época, la comunicación entre las naciones y los interesados era a través de cartas y la diplomacia de fusiles y cañones. Intervenciones militares extranjeras, para lograr la liberación interna y; justamente así fue el caso del Perú, quien solicitó apoyo a Bolívar para el último y determinante paso a la independencia de la nación Inca.

Ahora bien, hoy 200 años después es Venezuela quien está viviendo días, meses, años turbios y grises en su situación política interna, donde las libertades se han coartado a tal nivel, que hasta se apresan personas por expresar opiniones en redes sociales y; ni hablar de quienes se atreven a convertirse en activistas pro democracia para el rescate de la institucionalidad y las libertades sociales.

En Venezuela, la población ya ni es libre de comer lo que quiere, sino que está supeditada a comer lo que consigue y si lo puede pagar. El desabastecimiento de alimentos (por mencionar algún rubro) ha generado que los habitantes adelanten campañas tan admirables como la del ejército libertador, solo que en lugar de buscar independencia, lo que buscan es comida en algún mercado local y; las imágenes de las kilométricas colas, recuerdan las de cualquier país luego de sufrir algún desastre natural que haya devastado la infraestructura de distribución.

En pleno S. XXI en Venezuela, hay serias y certeras denuncias de presos políticos y torturas en cárceles de la policía política manejada por la Presidencia. A Tal nivel, que en una de las principales plazas del país, que paradójicamente lleva el nombre de “Plaza Venezuela” queda una sede del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), que en su sótano funciona una cárcel utilizada para el arresto político y que en la sociedad se le conoce como “La tumba”, porque quien ha entrado, no sale y si lo hace es con marcas de tortura que duran para toda la vida.

Es obligación resaltar que estamos en pleno S. XXI, y ya la diplomacia dejó de ser de cañones y fusiles. Hoy, existen foros y organizaciones donde se reúnen las naciones con la supuesta finalidad de la colaboración. De esos foros, han surgido documentos que deberían ser vitales y preponderantes para el desarrollo continental como es el caso de la Carta Democrática Interamericana o la Carta Interamericana de los Derechos Humanos entre muchos otros.

Sé, que cuando se obra de bien, se debe hacer sin ningún interés de recibir algo a cambio. Elucubrando, es obligatorio pensar cómo sería el sistema americano si en el S. XIX no se hubiese adelantado el proceso de independencia de América ¿Seguiríamos siendo colonia española? ¿Tendríamos capacidad de autodeterminación? ¿La OEA o la CIDH podrían existir?

El hecho es, que ahora Venezuela es quien necesita del apoyo de la región y; lamentablemente las naciones se han hecho la vista gorda. No ven o no quieren ver lo que está ocurriendo bajo el régimen chavista que empezó Hugo Chávez y que ahora Nicolás Maduro ha continuado y acentuado.

Hasta la fecha, ningún Presidente americano en ejercicio (de los actuales) se ha atrevido a pronunciarse (con contundencia) respecto al caso venezolano, como si lo han hecho más de 27 ex mandatarios regionales, de los cuales, algunos estando en funciones sí hablaron y se pronunciaron.

Nadie pide una invasión o toma violenta. Lo único que se pide (y es además una obligación) a los Presidentes en ejercicio, es que se conviertan en agentes activos pro democracia, porque les recuerdo, que sus naciones firmaron y ratificaron la Carta Democrática Interamericana que dice en su artículo 8 “Cualquier persona o grupo de personas que consideren que sus derechos humanos han sido violados pueden interponer denuncias o peticiones ante el sistema interamericano de promoción y protección de los derechos humanos conforme a los procedimientos establecidos en el mismo. Los Estados Miembros reafirman su intención de fortalecer el sistema interamericano de protección de los derechos humanos para la consolidación de la democracia en el Hemisferio.”

Señores Presidentes de Canadá, EEUU, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil (los otros países no mencionados, es porque son cómplices expresos del Chavismo). Es momento de levantar la mirada y romper el silencio que hasta el momento se puede considerar como “silencio cómplice”. Es hora de definir si están a favor o en contra de la violación a los DDHH y democracia en Venezuela. Por un instante, piensen qué esperarían de los demás países si fuese el suyo quien padece los embates de una dictadura moderna.

No se trata de cobrar favores del pasado, es cuestión de recordarles cómo y por qué nuestros países llegaron a donde están ahora; gracias a esa independencia durante el S. XIX, hoy formamos parte de un sistema que los obliga a actuar. ¿O quieren seguir recibiendo en sus países a miles de expatriados venezolanos que huyen de los embates del régimen Chavista en Venezuela?

La historia está en sus manos. Uds. deciden qué hacer con ella.

Federico Black

@federicoblackb