Charlie, Charlie, la ouija de los pobres

Charlie, Charlie, la ouija de los pobres

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Un juego demoníaco ha hecho su aparición en la Internet. Se llama  Charlie, Charlie , y aunque muchos saben que es una flagrante invocación al demonio, se ha hecho tendencia inexplicable en las redes sociales. Este año ha sido googleado más que el terremoto en Nepal y otros grandes acontecimientos mundiales, aparte de que ha sido tuiteado unos 2 millones de veces.

Lo peor de todo es que, aunque no haya evidencia física para inculparlo, el espantoso Charlie ya se ha cobrado la vida de varias personas, según reportes no oficiales de personas que aseguran que el espíritu maligno llamado Charlie los ha acosado y se le ha metido en el cuerpo a más de uno, para convertirlo en asesino, como en el escalofriante caso que relatamos a continuación.





A inicios del mes de mayo pasado, unos adolescentes, estudiantes de un liceo del estado Zulia, que se enteraron de que el misterioso juego estaba muy de moda, decidieron jugarlo, pese a las advertencias de otros muchachos más ecuánimes, temerosos de Dios y de los consejos de no invocar a la ligera las fuerzas del mal.

Fuerzas oscuras del infierno

Eran como 20 los chamos que se retaron entre sí para jugar en la casa de uno de los tíos de ellos que presuntamente era santero y vivía solo. Este hombre de 30 años de edad, quien se ganaba la vida estafando a la gente con sus supuestos poderes de santería, convocó a los muchachos una noche de sábado, y sorprendentemente, todos acudieron a la siniestra cita.

Vicente pensaba que se la estaban comiendo y pretendían embaucar a los demás jóvenes y a su propio sobrino para sacar de ellos muchas ventajas económicas. Desgraciadamente, no tenía idea de que estaban a punto de desencadenar las fuerzas oscuras del infierno.

Tratando de darle más teatralidad al oscuro asunto, y con la finalidad de manipular las mentes de los chicos, les habían asignado se dieran a la tarea de investigar en Internet de qué se trataba y cómo se jugaba el  Charlie, Charlie . Les dijo que él lo sabía, pero para  iniciarlos necesitaban que se empaparan de todo. La idea era sembrar más terror en sus corazones y controlarlos lo más que pudieran.

La noche de la escalofriante cita en la casa referida, con mucho miedo, pero simulando que no lo sentían, los 20 chicos y chicas entraron en la vivienda, cuyas luces había apagado Vicente para darle un aspecto más aterrador. Les dijo que era necesario alumbrarse solo con las linternas que les ordenó llevar para  no espantar a Charlie , pero que primero era necesario que vieran todos una de las películas de  Destino final .

Destino final

Muchos de los chicos se reían de forma desafiante, tratando de demostrar ante los demás amigos que aquello no era más que una tontería y que Vicente los quería hacer ver esa película estúpida solo para asustarlos.

El hábil Vicente se hizo el ofendido y les dijo que si no seguían sus reglas, no iban a jugar  Charlie, Charlie . Llamó cobardes a los que querían marcharse y así acabó con la resistencia de los muchachos. Era un verdadero sociópata, capaz de saber qué afectaba y cómo a las personas para su beneficio personal.

Este delincuente, experto en fraude y manipulación, sabía (o creía saber) lo que estaba haciendo. Iba a aprovecharse de las fértiles mentes de los adolescentes para tenerlos en su poder. Al final, todos aceptaron ver la susodicha película, y aunque no se dieran cuenta, en sus corazones se fue anidando el más abyecto de los hados funestos, que les imposibilitaba siquiera moverse para ir al baño.

Las escenas sangrientas y las más espantosas maneras de morir de los protagonistas, que eran perseguidos por la muerte implacable, abonaron el terreno para que los muchachos, aterrorizados, aceptaran  la protección de Vicente contra todos los terroríficos demonios del infierno.

A eso de la medianoche de sábado para domingo, ya el estafador de Vicente tenía donde quería a los ingenuos muchachos. De haber sabido lo que ocurriría a continuación& todos se habrían ido corriendo de ese siniestro lugar.

Charlie, Charlie, la ouija de los pobres

Una vez que hubieron visto la espeluznante película, Vicente les ordenó a dos de ellos que explicaran para todos qué era el  Charlie, Charlie . Supieron entonces que era definitivamente un juego satánico y que en Internet aparecía que desde hacía unos siete años era jugado por los escolares en España.

Otro de los muchachos agregó que le decían  la ouija de los pobres y que según Google, surgió en la provincia de Hato Mayor, en la República Dominicana. Otro recordó que era la tendencia en Twitter en muchos países latinos y en los Estados Unidos. Se decía que cuando terminaba el  juego , si un jugador no se despedía correctamente de Charlie, este espectro lo perseguía. Todo aquello parecía una inocente charla educativa, pero& no lo era.

Sin saberlo, Vicente los estaba induciendo a invocar un espíritu demoníaco, pero a esa altura, a todos parecía apasionarles la cuestión. Estaban como atrapados por la perniciosa curiosidad o por otro tipo de fuerza que les susurraba al oído que se quedaran donde estaban.

Para rematar, Vicente, alumbrando su cara con la linterna para tener aspecto más siniestro, dijo con voz cavernosa que nadie sabía quién era Charlie, pero que algunos decían que era un niño suicida asesinado, otros que había muerto en un espantoso accidente de tránsito, y otros decían sencillamente que era un poderoso brujo mexicano que le había vendido su alma al diablo.

Cruz de lápices sobre una hoja de papel

Cuentan algunos que esa fatídica noche, Vicente tomó una hoja de papel bond, dibujó una cruz, dividiendo la hoja en cuatro, y superpuso sobre la cruz dos lápices puntiagudos. En cada uno de los cuatro cuadrantes que separaba, escribió un sí, no, sí y no, alternativamente.

Les ordenó a los chicos que se sentaran en un amplio círculo como si fueran a jugar la ouija. Luego de unas palabras extrañas, Vicente preguntó:  ¿estás ahí, Charlie? . Pasaron unos tensos segundos que parecieron horas, hasta que finalmente& ¡el lápiz se movió apuntando un  sí!

El propio Vicente se estremeció por aquello. Esperaba ser él mismo el que moviera los lápices, usando sus dotes de prestidigitador, pero aquel lápiz  lo había movido algo de otro mundo . Los chicos quedaron mudos, con las bocas abiertas y conteniendo la respiración. ¡Era cierto, había un fantasma en esa habitación! Tragando grueso, Vicente ya no podía echarse para atrás y continuó con la sesión.

 Charlie, Charlie, ¿estás ahí? , preguntó uno de los muchachos y el lápiz se orientó hacia el sí en la hoja de papel. Un murmullo extraño, como de otra dimensión, reverberaba en la estancia y los chicos fueron haciéndose más audaces en sus preguntas. El único que seguía mudo y con los ojos  pelaos era Vicente. Muchas preguntas sobre sexo, exámenes, maestros y chismes le fueron hechas al espectro y éste contestaba solo algunas de las interrogantes, hasta que se hizo la más terrible de todas.

 Charlie, ¿alguno de los que estamos aquí va a morir pronto? . Esa interrogante hizo contener el aliento a todos. La carne se les puso de gallina, el frío corría por sus columnas vertebrales; era como si estuvieran jugando a la ruleta rusa y el disparo estuviera a punto de salir. Finalmente, todos exclamaron aterrorizados y hasta divertidos cuando el lápiz apuntó a& ¡Vicente!

Lo mató Charlie

Hasta ese momento, Vicente reaccionó. Presa del pánico, prendió las luces súbitamente; desarmó el macabro ingenio; partió los lápices, arrugó la hoja de papel y hasta le metió candela con un yesquero. Para asombro de todos, la hoja se consumió, menos la parte donde estaba el  sí lapidario que le anunciaba la muerte a Vicente.

Los muchachos huyeron aterrorizados. Ésa fue la última vez en sus vidas que vieron a Vicente. A la semana, se enteraron de que pese a que el hombre se había recluido en su casa y no salía para nada, cuando finalmente lo hizo, fue asesinado. La Policía Científica halló su cadáver con no menos de 30 tiros en todo el cuerpo cerca de una quebrada pestilente. El móvil del crimen fue la supuesta venganza, pero los muchachos que estuvieron esa noche en casa de Vicente están convencidos de que a él lo asesinó Charlie, Charlie.

Vía Notitarde.