Ningún ser humano es igual a otro. Nos diferenciamos de los demás por una gran cantidad de factores como la estatura, el color de piel o de ojos. Concretamente, nuestro iris admite una gran cantidad de variaciones cromáticas que van desde el negro, marrón o azul, un color que es sinónimo de atractivo en nuestra sociedad y también de un riesgo mayor de caer en el alcoholismo.
Así lo afirma el estudio realizado por la Universidad de Vermon (EE.UU), a partir de una muestra de 1.263 europeos-americanos. Al analizar los datos encontraron que la gente con un iris claro tiene mayor facilidad para sufrir adicción al alcohol. Concretamente, las personas con ojos azules son el mayor grupo de riesgo. Los científicos han tenido en cuenta otros factores como el sexo, la edad o la herencia genética.
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