Lester Toledo: Maduro le teme a la OEA

Lester Toledo: Maduro le teme a la OEA

thumbnaillestertoledoabr2014¿Qué han tenido en común los mandatarios caribeños Leonidas Trujillo, Alfredo Stroessner, Gustavo Rojas Pinilla, Marcos Pérez Jiménez, Fulgencio Batista, más recientemente otros latinoamericanos como Alberto Fujimori, y en la actualidad, Daniel Ortega, Rafael Correa, Evo Morales, los Kirchner, el fallecido Hugo Chávez y su heredero Nicolás Maduro?

Podrían ser tantas arbitrariedades, pero una de las más infames es el excesivo control de los procesos electorales que se han celebrado en cada uno de los países donde han gobernado. Es evidente en nuestro caso cómo el régimen chavista madurista ha utilizado groseramente los recursos de todos los venezolanos para su intento desesperado de no perder sus enchufes de poder.

Fidel Castro, el retirado dictador caribeño quien se negó a celebrar comicios en su país, lo dijo una vez: las elecciones se hacen para ganarse. Y esa máxima pone en evidencia los múltiples “modus operandi” del chavismo madurismo para contrarrestar la avalancha de votos que cada día pierden por los desastres evidentes de este desgobierno.





Sabemos del exorbitante gasto propagandístico proveniente de nuestro erario. La presión y persecución a funcionarios para que voten por los candidatos del PSUV. Los excesos del Plan República. El uso de vehículos de PDVSA, Corpoelec y demás empresas del Estado para transportar votantes. El abuso y censura a medios de comunicación, incluyendo las cadenas presidenciales para promover candidaturas. La injerencia internacional de agentes no calificados en el proceso comicial. Todo esto constituye un cóctel de perversiones con el fin de intentar torcer la voluntad popular.

Grave es que ahora el CNE y el Gobierno se nieguen a que observadores internacionales calificados puedan evaluar las elecciones del seis de diciembre. El pasado 10 de julio el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ratificó en su cuenta en Twitter la disposición del organismo que dirige a brindar la observación electoral, dirigiéndose directamente a la rectora del CNE Tibisay Lucena.

Como respuesta Maduro hizo lo contrario a lo que hacen los gobiernos que no temen el escrutinio internacional: arremetió contra la OEA, de la que dijo “no sirve para nada” y contra Almagro, a quien no mencionó abiertamente, al decir que en la secretaría general de la Organización “hay un maleficio” que convierte a esa instancia en “una guarida de conspiración contra los procesos progresistas nobles, revolucionarios y auténticamente populares”.

Rubén Perina, ex jefe de la Misión de Observación Electoral de la OEA en Venezuela de 2000 a 2005 escribió en el diario El País de España el artículo: “¿Observación electoral en Venezuela?”, donde explica que “sin observadores calificados de la OEA y Unión Europea, la convocatoria electoral del CNE chavista para el 6-D no cumple con las exigencias internacionales para garantizar elecciones transparentes, justas, libres y ajustadas a la ley”. Allí además afirma que Unasur “no tiene la imparcialidad, trayectoria, ni la capacidad técnica para organizar una observación adecuada y efectiva.

Porque es cierto que lo único que hace Unasur es venir a pasear el día de las elecciones. Ponerse a “mirar” votaciones, no a escudriñar el proceso. Y eso no es una verdadera observación, sin agregar que Unasur no tiene independencia logística, técnica, ni política. La verdadera observación electoral es independiente del Gobierno y conlleva un proceso.

Desde 1962 la OEA ha desplegado más de 200 misiones de observación electoral en 27 países del continente y el resultado ha sido el mejoramiento del sistema electoral. Igual la Unión Europea. Un ejemplo reciente fue la aprobación de Haití para permitir que la OEA observe activamente las elecciones presidenciales, legislativas, municipales y locales allí este año. ¿Por qué aquí no?

La respuesta es que al régimen le aterra quedar en evidencia ante el mundo por sus desafueros electorales, por la intimidación a los votantes, por la trampa del voto asistido, por el uso de bienes del Estado para beneficio del PSUV, la violencia de los colectivos, y miles de tropelías más que aún así no van a poder ocultar.

@LesterToledo