Leonardo Morales  P.: Acercándonos a la crisis humanitaria

Leonardo Morales  P.: Acercándonos a la crisis humanitaria

 

Los venezolanos asistiremos a un proceso electoral en un contexto cuyas consecuencias son profundamente preocupantes. Chávez concurrió a su última elección echando manos de los recursos del Estado para garantizar su reelección. Fue uno de sus ministros, Giordani, quien lo manifestó públicamente y advirtió las consecuencias de semejante práctica, que, en fin de cuentas, son las que hoy exhibe el país.

Su heredero, el designado por Chávez, Nicolás Maduro, concurre a unas elecciones parlamentaras en la que se evidencia un deterioro acelerado de la crisis política que incorpora nuevos ingredientes: una fuerte caída de los ingresos reales, una importante escasez de alimentos esenciales, medicamentos y otros bienes básicos, la degradación de los servicios de salud y altísimo niveles de  inseguridad y violencia, que configuran la colosal crisis social, ya presente y que tenderá a extenderse sino se toman medidas urgentes.





En estas circunstancias, un gobierno serio, que no es el caso, ya se hubiera prestado para convocar a los diferentes sectores de la sociedad para un acuerdo nacional para enfrentar la crisis que ha atropellado y sobrepasado la capacidad gubernamental para responder adecuadamente.

En estos aciagos tiempos, y hay que decirlo, Venezuela se adentra a un verdadero desastre humanitario y no hay forma que el régimen lo entienda. Mientras el gobierno dispuso de un altísimo flujo de caja, fundamentalmente derivados de los altos precios de petróleo, pudo disponer de una importante redistribución de la renta; aumentó el nivel endeudamiento, mantuvo una moneda sobrevaluada y hasta pudo vulnerar y atropellar los derechos civiles y políticos.

Las circunstancias presentes son otras. El precio del crudo bajó significativamente y la premonición de Maduro de que éstos rebotarían quedará como el pajarito que dio vueltas sobre su cabeza. Los precios del crudo no rebotaron ni rebotarán, por el contrario, al regularizarse las relaciones con Irán el mercado petrolero aumentará su oferta que superará, ahora mucho más, la demanda existente. Estas circunstancias junto al pago de intereses por el orden de 6,2 millardos de dólares antes de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, además de tener que cancelar 16,1 millardos de dólares en 2016, cuando nuestras reservas internacionales, según datos del BCV, están en 15.398 millardos de dólares, son definitivamente muy malas noticias para el gobierno pero peores para quienes sufren de tan inmensa incompetencia.

El país debe internalizar y comprender que en las elecciones del 6 de diciembre está en juego parte del poder, sin dudas, así es, pero más que eso, está en discusión la posibilidad cierta de que este modelo que lleva a los venezolanos hacia un severa crisis humanitaria pueda ser superado.

Los partidos políticos y la MUD hicieron lo que les correspondía, un gran acuerdo nacional. El líder opositor Henrique Capriles hace lo propio en los escenarios nacionales e internacionales. Toca a los venezolanos colocar la “guinda al pastel” de la única y mejor manera de hacerlo: votando, votando…

@leomoralesP