Juan José Moreno A: Hagámosle caso a Capriles y juguemos cuadro cerrado

Juan José Moreno A: Hagámosle caso a Capriles y juguemos cuadro cerrado

thumbnailjuanjosemorenoEn términos deportivos acostumbramos hablar de jugar “cuadro cerrado” a la hora de “la chiquita” en la cancha, y a esto se traduce la actitud política que estamos llamados a adoptar los venezolanos conscientes de los padecimientos que sufre el país en estos momentos, como consecuencia de lo que es reconocido en todo el planeta: Venezuela es campeón mundial en gestión del fracaso.

Henrique Capriles hizo mención recientemente de esta expresión que a nuestro juicio constituye la clave del reto que tenemos planteados todos los dirigentes y partidos de oposición quienes jugamos —en el mejor sentido de la palabra—, en este lado de la cancha; no hay otra.

No hay un día en estos 16 años de desgobierno del país que no nos sobresaltemos con un nuevo anuncio por parte de quienes intentaron un fatídico  4 de febrero tomar el poder por las armas, y que lo han logrado solo a través de un engaño que incluye las más inverosímiles triquiñuelas, inconcebibles en un país de la tradición moral y democrática como Venezuela. Pero preocupan sobremanera, las tácticas aplicadas en esa complicidad vergonzosa en la que participan instituciones fundamentales del Estado, como la Contraloría General de la República, el Concejo Nacional Electoral, Corte Suprema de Justicia y Asamblea Nacional Legislativa, entre otras,  para impedir a todo trance lo que es hoy una decisión del pueblo venezolano de sacudirse de este nefasto régimen.





A nadie, sin embargo, extraña lo que hagan o dejarán de hacer en lo que queda hasta la fecha de las elecciones parlamentarias pautadas para el 6 de diciembre, incluso suspenderlas como mucha gente sospecha, cuando hayan agotado todas las trampas. Ya sobre esto hemos advertido que se trata esta de una carrera con muchos obstáculos, pero en la que debemos competir y vencer para alcanzar la deseada meta, como es la recuperación, por ahora, del organismo clave para enderezar la base institucional del país representada en la promulgación y respeto de sus leyes; el ejercicio de un control efectivo sobre el funcionamiento y utilización de los recursos por parte de todos los entes públicos; así como restablecer la debida separación de los poderes, para evitar que sigan convertidos en apéndice del Gobierno; y contribuir, desde esa plataforma que conquistemos, en la búsqueda de los correctivos que puedan ser aplicados para alcanzar una economía con verdadero rostro humano. Devolverle a todos los habitantes del país la paz y su capacidad adquisitiva, deben figurar en la agenda de ese proyecto de reconstrucción del país en la cual debemos participar todos los venezolanos, sin exclusión de ningún sector.

Pero si obligado debemos considerar ese reto, más imperioso es el de asumir con mayor conciencia el de “no descarrilarnos” en el propósito unitario como única forma viable de alcanzarlo. Se entiende que hasta el momento el régimen ha llegado a un punto de lograr algunos de sus objetivos dentro de su estrategia y perversas tácticas, que han incluido la inhabilitación sin base ni juicio de figuras claves de la oposición para impedir el rotundo éxito que a cada uno esperaba en distintos lugares del país; pero ahora juega al conflicto interno entre individuos y organizaciones de este sector, con la táctica del “divide y vencerás”; y es allí precisamente donde debemos concentrar nuestro mayor esfuerzo en estos momentos para evitar caer en esta nueva trampa. Podemos entender que cada persona y organización tenga razones justificadas para considerar válido su punto de vista, pero nunca que por causa de la radicalización de posiciones se permita la fractura de lo que hasta ahora ha costado tanto trabajo alcanzar. Y la razón es muy sencilla, ese que consideramos el soberano, está muy atento a todo lo que está ocurriendo y mal podría confiar, para encomendar esa recuperación de la institucionalidad y del propio poder político, a quienes internamente no logren mostrarse capaces de superar situaciones tan evidentemente manejables como las que hoy están planteadas en el seno de la oposición democrática del país.

Entonces, hagámosle caso a Capriles, juguemos  cuadro cerrado, y ganémonos esa confianza que tanto necesitamos del elector que vigila todos nuestros pasos.

 

Twitter: JJMorenoA