Análisis: Convenios con Vietnam son un “refrito”

Venezuela's President Nicolas Maduro and his Vietnamese counterpart Truong Tan Sang raise the toast after a signing ceremony at the Presidential Palace in Hanoi, Vietnam

El anuncio de convenios del gobierno con entes económicos de Vietnam, para el desarrollo agroalimentario de nuestro país son un “refrito”, ya que estos acuerdos existían y es por eso que el gobierno los menciona como un “relanzamiento”. Esta propaganda oficial, es la continuación de anuncios anteriores, como el financiamiento del Fondo China-Venezuela destinados, según ellos, al desarrollo de la infraestructura y de la producción agrícola y agroindustrial, afirmó Fernando Camino, Expresidente de Fedeagro y Coordinador Nacional de Productores y Emprendedores de Un Nuevo Tiempo.

Para un supuesto desarrollo agroalimentario, el gobierno ha firmado acuerdos con China, Brasil, Argentina y Vietnam. Si los dólares que se mencionan en esos acuerdos se hubiesen invertido verdaderamente en el campo, no se importaría el 70% de lo que consumimos, ni tendríamos que padecer más de ocho horas de cola a causa de la escasez, ni mucho menos, tener que pagar el aumento desmedido de los alimentos, que en la mayoría de los casos se han elevado en más de un 200%.





Como muestra de que estos acuerdos son pura propaganda, es importante recordar que, en el mes de septiembre de 2013, el gobierno anunció también, la firma de seis convenios con empresas chinas, con financiamiento del Fondo China-Venezuela, para la construcción y reparación de la vialidad rural; para inversiones en agroindustrias, en almacenamiento y comercialización; para la recuperación, expansión y consolidación de tierras Agrícolas, y para apoyar el desarrollo de los cultivos en nuestro país. Para el sector azucarero, el gobierno prometió la construcción de cinco centrales y la ampliación de los diez centrales propiedad del gobierno.

Lo cierto es que las inversiones prometidas, no incrementaron la producción de alimentos en el 2014. El año pasado, los ocho cultivos con mayor importancia en volumen y valor de la producción tuvieron una disminución en su producción, de entre un 31% como el caso del café y un 65% como el girasol y se perdieron 500.000 toneladas de caña, por incapacidad de molienda de los centrales azucareros del gobierno. En el sector ganadero y avícola la producción también disminuyó sustancialmente.

El gobierno pretende con toda esta propaganda, crear la percepción de que va a solucionar la escasez y la carestía de los alimentos y de esta manera, tapar su fracaso en el manejo del sistema agroalimentario. Pero es muy tarde, ya ha perdido el apoyo de los sectores populares y del sector campesino, sobre todo en las poblaciones que cultural y económicamente dependen del sector productor de alimentos.

Nuestro país ya se convenció, que es necesario un cambio del sistema económico y político actual y que el inicio de este cambio es la autonomía de los poderes públicos. El pueblo quiere una Asamblea Nacional que legisle para promover programas de producción de alimentos. Y para aplicar subsidios de alimentación a los que verdaderamente lo necesitan, que son esos 7 millones de compatriotas que sus ingresos no le permiten comer tres veces al día. Una Asamblea Nacional que modifique las leyes, que intervienen negativamente, en el normal desarrollo del sistema privado de la producción de alimentos, para convertirlas en instrumentos de estímulo al desarrollo agroalimentario de nuestro país.