El Fondo Monetario Internacional en tierra hostil

El Fondo Monetario Internacional en tierra hostil

 

(Foto Reuters)
(Foto Reuters)

 

Al celebrar esta semana su asamblea anual en Lima, el Fondo Monetario Internacional eligió una de las regiones del mundo más hostiles a sus recetas.





Desde Venezuela hasta Argentina pasando por Cuba y Brasil, América Latina parece tener una indigestión de los remedios anticrisis que el Fondo Monetario Internacional le ha prescrito desde la década de 1960.

“Es una larga historia de amor”, comentó irónicamente a la AFP Claudio Loser, un exjefe de la división América Latina en el FMI. “Hay desde hace mucho tiempo un discurso en el continente según el cual el FMI es un instrumento de un nuevo tipo de imperialismo”.

Cuba fue hasta el final de esta lógica al convertirse en 1964, pocos años después de la revolución castrista, en el único país en dar un portazo en la cara al FMI.

Argentina ha sido menos drástica, pero sigue teniendo la lengua afilada contra la institución -y sus planes de rescate-, a la que considera responsable de su quiebra en 2001. “¿Dónde estaba el FMI que no pudo advertir ninguna crisis?”, se preguntó su presidenta, Cristina Kirchner, en 2013.

Venezuela no es menos dura. En julio pasado, su presidente, Nicolás Maduro, dijo que la institución “les chupa la sangre (a los países) por un lado y cuando necesitan oxígeno les quita la bombona de oxígeno”. Caracas, además, no le ha abierto sus libros de cuentas al FMI desde 2004.

Su homólogo boliviano, Evo Morales, usó una metáfora para criticar al FMI en 2009, en momentos en que la institución estaba saliendo a flote. “Es como entregar la plata al lobo o que el lobo cuide a las ovejas; el lobo jamás va a cuidar las ovejas, se las va a devorar”, declaró.

Primera potencia del continente, Brasil, que contó con ayuda del FMI de 1998 a 2005, tomó distancia más sutilmente: creó con otros países emergentes su propio fondo monetario para denunciar una institución todavía dominada por las potencias occidentales.


– “Errores” –

¿Por qué tanta desconfianza? El saldo del FMI en la región sigue siendo difícil de medir.

“Se han cometido errores y ha habido una cuota de arrogancia”, concede Loser, “pero los países son ahora más prudentes en su gestión económica”.

En este rechazo de la institución podría incidir, de hecho, un factor geopolítico: la creciente emancipación de América Latina respecto de Estados Unidos, especialmente desde la llegada al poder de líderes de izquierda en la década de 2000.

“Es parte de su declaración de independencia frente a Estados Unidos”, primer país accionista del FMI, asegura a la AFP Mark Weisbrot, del centro de análisis Center for Economic and Policy Research, con sede en Washington.

En los últimos años, los países de la región se han ocupado además de acumular importantes reservas para no tener que llamar al FMI en tiempos difíciles.

Resultado: exceptuando pequeñas islas del Caribe, sólo dos países -México y Colombia- cuentan con programas del FMI en la región en forma de simples créditos de precaución.

El actual jefe del departamento de América Latina del FMI no percibe, sin embargo, “signos de desconfianza”.

“La ausencia de programas de asistencia refleja sobre todo, de hecho, que la situación financiera de los países de la región es mucho mejor que antes”, asegura Alejandro Werner en una entrevista con la AFP.

Al tener su reunión anual en América Latina por primera vez en 50 años, específicamente en Lima, el FMI también quiere demostrar que los tiempos han cambiado y que se está pasando una página.

“La región ha cambiado mucho en los últimos veinte años y el Fondo también ha evolucionado”, dice Werner, para quien la relación es “menos conflictiva y más constructiva que en el pasado”.

Es cierto que las relaciones con Argentina y Venezuela siguen siendo frías, pero el FMI no pierde la esperanza de un calentamiento que sería “mutuamente beneficioso”.

“Es para beneficio de los países, ya que podemos aportarles experiencia y compartir con estos las mejores prácticas”, dice Werner. “Y es también para nuestro beneficio porque podremos tener un análisis más profundo de la región”.

AFP