Sin fastuosidad Miss Venezuela se apresta a paralizar a millones de televidentes

Sin fastuosidad Miss Venezuela se apresta a paralizar a millones de televidentes

Osmel-Sousa

 

Tributo a la belleza y este año sin la fastuosidad habitual, un ramillete de 25 jóvenes chicas buscará este jueves ceñirse la corona de Miss Venezuela, el concurso que cada año paraliza a millones de televidentes de este país experto en formar reinas universales.





Nota de prensa

De medidas perfectas, las concursantes representan a los 23 estados en que está dividido el territorio, además del Distrito Capital y la región Costa Oriental, reflejo de una diversidad que abarca el Caribe, la Amazonia y la sierra andina.

Las candidatas, cuyas edades oscilan entre 18 y 25 años, dieron este martes las puntadas finales a su preparación con un ensayo para la prensa en el que desplegaron su elegancia y desenvoltura al recorrer la pasarela con vestidos cortos y elevados tacones.

Sonrisas, miradas coquetas y licencias que seguramente no se darán en la gala de coronación marcaron la práctica, en la que estuvo presente Osmel Sousa, director del certamen y conocido en Venezuela como “el zar de la belleza”.

Bajo su batuta, el país sudamericano orgullosamente ha ganado siete Miss Universo -es el segundo con más de esas coronas detrás de Estados Unidos (8)-, seis Miss Mundo y seis Miss Internacional, y decenas de otros concursos regionales.

Sousa posó con las aspirantes y otras beldades ya consagradas como María Gabriela Isler, coronada Miss Mundo en 2013 en Moscú.

A mediados de año, este fabricante de reinas puso a prueba a su habilidad en medio de la polémica por el concurso de Miss Universo, a raíz de las declaraciones de su dueño, el precandidato presidencial estadounidense Donald Trump, contra los inmigrantes mexicanos.

Entonces, Sousa se limitó a señalar que evaluaba la situación y que en todo caso tenía prohibido hablar sobre la controversia.

Lejos de la fastuosidad

Los orígenes del Miss Venezuela, cuyo dueño es el grupo empresarial Cisneros, se remontan a 1952, cuando comenzó como un artificio publicitario de la aerolínea Pan Am.

Este año, como en los más recientes, se celebra en medio de una crisis económica marcada por alta inflación y escasez de divisas y productos básicos, aunque un miembro de la organización comentó a la AFP que no hubo problemas para adquirir elementos como vestidos o maquillaje que provee el concurso.

Pero no en vano, la gala transcurrirá con sencillez, lejos de las lujosas celebraciones por las que fue conocido tiempo atrás.

En esta edición no se presentarán artistas ni animadores internacionales, y en lugar de celebrarse en un escenario de grandes dimensiones, será transmitido en vivo desde un estudio de la televisora privada Venevisión, dueña de los derechos de transmisión y también propiedad del grupo Cisneros.

Pese a ello, la belleza sigue estando a la altura de estos 63 años de historia, sin una clara favorita a la corona. “La competencia está muy pareja”, dijo una fuente del certamen.

A falta de famosos la gala dará espacio a músicos locales y una coreografía que incluirá a las candidatas.

La responsabilidad de elegir a la candidata que buscará la corona universal e igualar a Estados Unidos recaerá en un jurado integrado, entre otros, por el exbeisbolista venezolano de Grandes Ligas Bobby Abreu y su compatriota Alyz Henrich, ganadora del Miss Tierra 2013.