José Vicente Carrasquero: Corrupción omnipresente

José Vicente Carrasquero: Corrupción omnipresente

 

Cuando la gente piensa que hemos tocado fondo surge siempre algún elemento que nos indica claramente que nos seguimos hundiendo en el inmundo fango de la peor deshonestidad política que se recuerde en nuestros predios. La corrupción grosera no se ha limitado a enriquecerse accediendo a negocios con el gobierno u obteniendo dólares preferenciales para comprar basura y venderla aquí a precio de oro. Ha llegado al uso de instrumentos del Estado para cometer fechorías de la peor calaña como el tráfico de drogas.

La corrupción de esta clase política añade aristas que permitirán a los científicos de la política o de la sociología describir formas de corrupción que, aunque conocidas, no se ven tan frecuentemente suceder de forma concurrente sin que ningún poder público lance una señal de alarma. Esta putrefacción ha penetrado, lamentablemente, a sectores de la sociedad que se sienten obligados a defender a los corruptos con el fin de seguir recibiendo los favores que de cualquier forma constituyen un derecho.





Es corrupción pedirle a un ciudadano que fotografíe su voto para enseñárselo al capataz político que determinará si sigue o no en el cargo que está desempeñando. Es corrupción igualmente decirle al beneficiario de una misión que le quitarán el favor si no vota por el partido de gobierno y que ellos además saben a qué partido le darán el sufragio. Es corrupción ominosa amenazar con despedir a un familiar de un cargo si no se favorece al partido de gobierno en el acto electoral.

Es corrupción que un candidato a diputado participe en actos de gobierno con la finalidad de promocionar su candidatura. Que reparta kits de CANTV para ver televisión, que participe en eventos de Mi Casa Bien Equipada, que entregue vehículos, cauchos, baterías, etc. Es un vulgar y descarado uso de los bienes de la nación para favorecer a un particular que se está promocionando a si mismo.

Es corrupción apresar políticos con cargos inventados y más corrupción todavía llegar al exabrupto de condenarlos sabiendo que no existe razón alguna. Es corrupción que un ex fiscal denuncie que lo que hizo fue todo basado en la mentira y que no aparezca alguien en el poder judicial y saque la cara por la justicia. Al contrario, aparece la capataz de la fiscalía descalificando al desacreditado fiscal y que el condenado se queda preso.

Es corrupción que se dicten estados de excepción para resolver unos problemas que no terminan siendo resueltos. Se usan estas acciones contra los ciudadanos para cambiar la agenda pública y poner a la gente a hablar de otras cosas. Mientras tanto, las fronteras siguen siendo tan permeables como antes y los ciudadanos sufren las consecuencias de una medida sin sentido.

Es corrupción fijar los precios sin fundamento alguno para hacer creer que se están tomando medidas contra presuntos especuladores. Se hace esto para promocionar a un gobierno que se destaca por su incapacidad y por la ignorancia impúdica con la que maneja la economía nacional. En esta misma línea, es corrupción llamar aumento de salario mínimo a unas correcciones que nunca son incrementos reales del poder de compra.

Es corrupción entrar en negocios y fijar los precios de manera arbitraria sin que medie razonamiento alguno. Es un robo a mano armada a pequeños comerciantes que generan empleo, pagan impuestos y se mantienen trabajando a pesar de las adversidades. Es corrupción decir que Lorenzo Mendoza es un delincuente porque produce y distribuye cerveza. Mucho más preocupante que el que dice semejante disparate sea ministro de educación. ¿Estudiaría algo? Solo basta oírlo hablar para saber que este señor no tiene lo que se requiere para ser ministro. Su nombramiento es una forma de corrupción.

El nepotismo es la corrupción más común en este gobierno. Hijos, hermanos, sobrinos, cuñados en puestos públicos. Es la norma de un gobierno primitivo que concibe el poder como una forma de beneficiar a su entorno al tiempo que les permite un uso abusivo del poder a través del cual se enriquecen.

Cuando pensamos que la corrupción no podía ser peor nos enteramos de allegados a la familia presidencial siendo imputados por delitos de tráfico de droga en los Estados Unidos. Estos ciudadanos muestran un nivel de vida propio de personas con mucho dinero. Sería interesante que nos contaran como hicieron para enriquecerse con tanta velocidad.

Uno se pregunta si el prestigioso bufete de abogados que defiende a estos ciudadanos venezolanos es pagado por ellos o cuenta con el financiamiento del gobierno o de alguna empresa del gobierno. No creo que los abogados se hayan ofrecido pro bono a defender a estos individuos. Nuevamente los pestilentes olores de la inmunda corrupción roja se dejan sentir.

Para rematar este tema tan escandaloso, algunos medios afectos al gobierno han inventado declaraciones de funcionarios de otros países para descalificar los hechos. El colmo es que el presidente de la AN califique de secuestro un acto policial que incrimina a dos individuos que según la imputación del fiscal, conspiraban para introducir droga en los Estados Unidos.

Es corrupción que el primer mandatario nacional diga que si pierde las elecciones se lanzará a las calles a defender la revolución. Por muchísimo menos que esto está condenado Leopoldo López. Igualmente corruptos los miembros de los otros poderes que debieran rechazar estas declaraciones de Maduro y llamar al respeto de la institucionalidad.

Nunca los venezolanos habíamos visto tanta podredumbre alrededor de una clase política. Personas con un tren de vida que no se obtiene del ejercicio probo de cargos públicos. Individuos que de andar en colita pasaron a tener vehículos de lujo último modelo y a vivir en las mejores zonas del país.

La mala noticia para ellos es que todo esto ha sido a costa del trabajo que están pasando los venezolanos. Los ciudadanos tienen en sus manos el instrumento que usarán el 6d para poner fin al hundimiento del país y para darle un escarmiento a la más corrupta de las clases política que haya azotado la nación.

@botellazo