AQUÍ CABEMOS TODOS, lema que a -inicios de la década pasada- utilizamos para convocar la inclusión y pluralidad política, quizás asume hoy su mayor significación, cuando Venezuela enfrenta problemas de una complejidad tal, que sólo podrán ser resueltos con la participación de TODOS los sectores sociales y políticos.
Las próximas elecciones legislativas del 6 de diciembre, ofrecen una oportunidad para iniciar la búsqueda de soluciones de manera pacífica a esta crisis general que afecta profundamente a nuestro país. En dichas elecciones, los ciudadanos tienen el derecho y el deber de expresarse con libertad, sin temor a amenazas, coacción o soborno. No sólo porque la Constitución así lo establece, sino porque la campaña electoral se desenvuelve en un clima de desconfianza, que se agrava ante las crecientes manifestaciones de violencia e intentos de intimidación, y la posibilidad de que los resultados de la consulta puedan sufrir cuestionamientos, impugnaciones y/o desconocimientos, lo cual constituye un grave peligro para la estabilidad del país y su curso democrático.
La convivencia pacífica y democrática de los venezolanos, exige el reconocimiento del pluralismo y la voluntad mayoritaria del ejercicio del voto expresada en elecciones. Por ello insistimos sobre las graves consecuencias que tiene concebir al otro, al que piensa distinto, al adversario político, como un enemigo a eliminar, simbólica o físicamente. Abogamos por la restitución del juego político que dé pasos firmes hacia el entendimiento y la necesaria coexistencia de expresiones políticas diversas, que reconozcan y respeten la representatividad de mayorías y minorías.
Sólo el respeto a la diversidad política, al debate constructivo abrirá paso a los urgentes y necesarios consensos y al reconocimiento de los disensos, que permitan abordar los graves problemas que confrontamos. Sin la participación y convergencia de todos los sectores políticos y sociales, difícilmente podrán ser resueltos temas centrales y complejos como el funcionamiento plural de la Asamblea Nacional y su relación con los otros poderes, la recuperación de la economía y la superación del rentismo, el impulso a la producción nacional y la satisfacción de las necesidades de la población, la reducción de la pobreza, la violencia, la inseguridad y la impunidad.
No menos importante que estas difíciles tareas, en medio del deterioro ético, es la educación para la dignidad, que apueste a la justicia y a la libertad, no a la fuerza y a las armas. Igualmente urgente y relevante es la necesidad de emprender acciones tendientes a facilitar procesos de despolarización, justicia y reparación social, que atiendan el impacto de la violencia socio-política sobre las víctimas y sus familiares. Acciones que eviten retaliaciones o venganzas, y contribuyan a la reconstrucción del tejido social y la lucha contra las causas estructurales y coyunturales del conflicto, bajo el respeto irrestricto a los derechos humanos y la promoción de una cultura de paz.
En fin, hacemos un llamado a los diferentes sectores nacionales a impulsar prácticas ciudadanas y acciones colectivas desde una convivencia fundada en la complementariedad mutua para resolver los problemas y no en la violencia que impone la propia postura. Tenemos por delante un gran compromiso con el destino del país y nuestro mayor desafío es ético-político: profundizar la democracia y defender la paz en Venezuela.
Desde AQUÍ CABEMOS TODOS seguiremos favoreciendo encuentros, discusiones y comunicaciones que alienten ese necesario entendimiento que ahora, junto con muchos otros, proponemos para atender los problemas que nos aquejan como ciudadanos y como sociedad, respetuosos de las diferentes posiciones y empeñados en formular y definir rutas que conduzcan a nuestro país a un horizonte de prosperidad y equidad para sus habitantes.
Alberto Lovera, Arnaldo Esté, Ignacio Avalos, José María Cadenas, Luis Lander, José Virtuoso, Luzmely Reyes, Margarita López Maya, Mireya Lozada, María Teresa Urreiztieta. Siguen firmas de personas e instituciones… 26/11/2015