Víctor Simone de la Cruz: El legado de Nicolás Maduro

ThumbnailVictorSimoneDeLaCruzCon toda seguridad la historia no será benevolente con Nicolás Maduro cuando le toque ser ex presidente y se evalúe su gestión de gobierno.  Que tragedia la suya que no puede acusar al presidente anterior de todos los males que se sufren bajo su administración, ello a pesar que este desmadre tiene su origen en el legado de Chávez.  Si es que se queda en el país y al tener que defenderse, tampoco podrá apelar al desplome de los precios petroleros como argumento para justificar la brutal caída de la economía y las penurias a la cuales ha sometido a la población, al ser Venezuela la única nación petrolera que está pasando por un trance cómo el nuestro.  Igualmente no podrá escudarse tras la tan manoseada guerra económica, la cual pasará a la historia como un mal chiste —que según dicen muchos es una guerra que él mismo se inventó y perdió—, y que será recordada como una burda justificación que utilizó para ocultar el mal manejo de  la que muchos economistas califican como la peor crisis en la historia de nuestro país.

 

El 5 de septiembre de 2014, los economistas venezolanos Miguel Ángel Santos y Ricardo Haussman publicaron en el portal Project Syndicate el artículo Should Venezuela Default, donde plantearon un aspecto de la deuda que trataba sobre los elevadísimos costos en dólares para la República y como se beneficiaban los tenedores de los bonos (en su mayoría nacionales).  El otro aspecto tuvo que ver con lo ético, al plantear que era un deber moral sopesar la decisión que debería tomar el gobierno entre si le pagaba a Wall Street, metáfora figurativa por ser el sitio donde se negocian los bonos, o atender las necesidades de los ciudadanos.  Evidentemente que decidió sacrificar a la población en beneficio de unos vivos que están amasando fortunas inconmensurables en detrimento del tesoro nacional.





 

Hay quienes sostienen que, durante la presidencia de Maduro, todo lo que se ha hecho o ha dejado de hacerse en materia económica, es culpa de la incompetencia del presidente o de su sesgo izquierdista, cosa que le impide tomar decisiones que podrían ser catalogadas como neoliberales.  Hay otros quienes han asomado,  que sus decisiones obedecen a que él está entrampado en la telaraña de intereses de quienes aspiran a que todo siga igual y que no se desmonte el que, sin lugar a dudas, es el mejor negocio del mundo. Este consiste en tener acceso a dólares a cualquiera de las tres tasas preferenciales: Cencoex a Bs. 6,30; SICAD alrededor de Bs 12,00 o SIMADI alrededor de 200,00.  Mediante uno o varios mecanismos empleados, bien sea sobrefacturando; importando menos mercancía; o mediante una comisión cobrada a los proveedores, dejan una porción de dólares en el exterior que luego pueden vender a  la tasa de cambio cucuteña que en este momento está alrededor de Bs. 890 x $ 1.

 

Finalmente, otros argumentan que las decisiones que  toma el presidente las hace con el propósito de mantenerse en el poder ¡Como sea!   Un buen ejemplo es el no haber aumentado el precio de los hidrocarburos en el mercado interno, con la consecuencia, que el ridículo valor  le abre las puertas a la corrupción, al haber veinte mil vivos intentando contrabandear los productos para venderlos afuera, con unas ganancias que no se pueden computar en la calculadora del celular. Cualesquiera hayan sido las razones para manejar la economía en la forma en que se ha hecho, no puede catalogarse de otra manera que como un acto de irresponsabilidad demencial y que nos puede llevar al suicidio como país,  basta con ver los resultados.

 

Por eso es que el presidente, entre otras cosas, será recordado porque bajo su mandato se disparó el dólar paralelo hasta alcanzar el valor de 140 veces la tasa cambiaria del Cencoex; también lo recordaremos como el que en los años 2013, 2014 y 2015, castigó a los venezolanos con la mayor inflación del mundo y record nacional.  Por haber sido denunciado el régimen reiteradamente por la violación de los derechos  humanos.  También hay que añadir que tenemos la segunda tasa más alta de homicidios; por haber llevado a Venezuela a ser el segundo peor país para hacer negocios; por habernos ubicado entre los mayores países violadores de la libertad de expresión; porque bajo su mandato se han incorporado la mayor cantidad de funcionarios del régimen a la lista Clinton y a la lista Obama; igualmente recordaremos a este gobierno como el responsable del aumento de las enfermedades endémicas que habían sido erradicadas del país hace décadas; por tener la mayor cantidad de presos políticos desde los tiempos del  dictador Marcos Pérez Jiménez; por haber ocasionado la mayor caída del poder adquisitivo de los ciudadanos y por ser el mandatario sobre quien se han hecho más chistes derivados de sus propios comentarios, como cuando se refirió al reparto de los penes, al pajarito o a que se le iba a fundir el poco cerebro que le quedaba. También lo recordarán las futuras generaciones por no haber suspendido la regaladera de nuestro petróleo a los países de Petrocaribe, del Alba y Cuba, cuando con el cobro de ese petróleo podrían haberse atendido numerosos problemas de los venezolanos y last, but not least, entre los suyos será recordado como el responsable de que se haya perdido la revolución después que les propinemos la gran paliza en las elecciones del próximo 6 de diciembre.

 

Nada envidiable el legado que dejará el presidente Nicolás Maduro Moros para la historia.