Juan José Moreno A: Todo es prioritario en la Asamblea

Juan José Moreno A: Todo es prioritario en la Asamblea

thumbnailjuanjosemorenoSobre la nueva Asamblea Legislativa recae la enorme responsabilidad de contribuir a enderezar un país en ruina económica, social, política y moral, entre otras;  y de allí que todos los sectores de la vida nacional  que se consideran afectados parecieran caer, de manera desesperada y en algunos casos autoritaria sobre los recién electos parlamentarios, para solicitarles atender la diversidad de exigencias planteadas por la acumulación de problemas de la más variada índole en el país. Incluso, puede hasta observarse la irracional actitud de quienes, truculentamente azuzados por voceros del régimen, reclaman el cumplimiento de las presuntas promesas de la oposición de “acabar con las colas” en los supermercados, farmacias y otros establecimientos comerciales en todo el territorio nacional.

Todo esto se entiende, pues ante el tenue rayo de luz que la realidad surgida del reciente proceso electoral genera, resulta comprensible tal actitud de apego a esa esperanza madurante en la mente de la mayoría de los venezolanos por cerca de 17 años, desde cuando comenzó a perderse la democracia en Venezuela. Podríamos comparar esta situación, con la que experimentaría una colectividad sometida a una grave contingencia, ante la llegada de los bomberos.

Por eso cada grupo, expone su propia situación como prioritaria, y nuestra opinión personal es que realmente todos tienen razón. Todo debe ser considerado como de urgente solución en la nueva Asamblea. Diríamos que está plenamente justificada la exigencia de quienes reclaman, legislar con carácter de apremio en materia económica, pues el país se encuentra a un paso de caer en la pronosticada situación de default que, como se sabe, consiste en incurrir en la suspensión de los pagos de la deuda externa, para atender las necesidades de abastecimiento de alimentos y medicinas a la población que sufre la más espantosa escasez de toda su historia republicana.





Tienen sobrada razón quienes exigen atender primero el problema de la salud, ante la desastrosa situación de los servicios asistenciales; o los docentes de educación superior involucrados en el más prolongado para de actividades de muchos años, ante las pésimas condiciones salariales que soportan y el deterioro  del sistema de formación en el área universitaria; como de los beneficiarios de la Misión Vivienda, quienes perciben la manipulación política de la que son objeto, por parte de un régimen que los chantajean y les niegan la propiedad del inmueble adjudicado, al igual de quienes reclaman la titularidad de los terrenos que ocupan por muchos años.

Pero también está plenamente justificada la exigencia de amnistía por parte de los familiares de personas sometidas  a   la condición de presos políticos, con tratos inhumanos y procesos  legalmente arbitrarios, tan solo por disentir de la maneras de conducir al  país por parte de la camarilla que secuestra hoy día la institucionalidad de la nación.

Por todo esto, comparto el criterio de quienes sostienen que los nuevos asambleístas deben redoblar los esfuerzos para atender todas esas exigencias de manera simultánea; y para ello  considero necesario que las distintas comisiones recién estructuradas en el seno de este fundamental organismo para la recuperación institucional del país, asuman sus funciones con el mayor empeño y dedicación en el marco de la hoja de ruta que ha venido siendo diseñada desde el mismo momento que participaron en la instalación de la nueva Asamblea,  y la cual viene a constituir la concreción del cuerpo de promesas expuestas por las distintas organizaciones de la Mesa de la Unidad Democrática que  llevaron su mensaje a la población en todo el territorio nacional, y donde recogieron los planteamientos e inquietudes de quienes convinieron en la necesidad de torcer el rumbo en la conducción del Estado y emprender el aplazado desarrollo agrícola e industrial interrumpido por quienes a sangre y fuego irrumpieron en la política nacional aquel fatídico 4 de febrero.

Y que nada nos detenga en ese propósito de dotar al país de una adecuada legislación que recoja el sentimiento de las grandes mayorías que aspiran retomar el camino de la paz y del bienestar colectivo, devolviéndole a la Asamblea Legislativa las funciones que constitucionalmente le corresponden, contra la voluntad de esa cada vez más reducida minoría de nefastos personajes que pretenden perpetuarse en el poder a la fuerza, a pesar de lo que hoy es más que evidente en el país: nadie los quiere, salvo los inocentes venezolanos engañados y sus grupos mercenarios pagados con fondos del erario público, como los que pretenden adueñarse de las áreas circunvecinas del Capitolio Federal, según denuncias del propio presidente del parlamento, pagados por la Alcaldía de Libertador.

@JJMoreno A