La “vía al socialismo” de Dilma está destruyendo a Brasil

La “vía al socialismo” de Dilma está destruyendo a Brasil

Dilma Rousseff / REUTERS/Ueslei Marcelino
Dilma Rousseff / REUTERS/Ueslei Marcelino

 

El desplome del consumo y la caída del crédito ha llevado a firmas como Mercedes, GM, Daimler, Walmart, HSBC o Deutsche Bank a anunciar ajustes. El PIB del país carioca caera más de un 3% en 2016 hilando su peor racha en los últimos 67 años

Por Economía Hoy (México)





La próxima gran crisis brasileña empuja al éxodo a grandes empresarios y banqueros que a principios del siglo XXI vieron en el gigante sudamericano una gran oportunidad de negocio. Mientras la Inversión Extranjera Directa (IED) cayó un 54% en el primer semestre del año 2015, Deutsche Bank ha sido la última entidad financiera en plantear un fuerte ajuste de su negicio en la segunda economía de América. Según publica Bloomberg, el banco alemán planea reducir a la mitad su personal en Brasil al trasladar las operaciones a otra parte al tiempo que abandonará países como Argentina y México. Así, la entidad capitaneada por John Cyran sigue los pasos de otras firmas como HSBC, Abengoa, Elektra, Walmart o Mercedes Benz que en los últimos meses han decidido reducir su tamaño o abandonar el país ante la fuerte recesión que se avencina y que se está viendo agravada por los casos de corrupción y la inestabilidad política protagonizada por Dilma Rousseff.

Y es que, las últimas previsiones publicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central carioca confirman que la economía brasilera volverá a caer en 2016, hilando así dos años contracción económica por primera vez en 67 años. En concreto, el FMI estima que el gigante sudamericano caerá un 3.5% este año tras ceder un 3.8% en 2015. Por su parte, los analistas del mercado financiero consultados por el Banco Central brasileño prevén que el PIB se contraiga otro 3% en 2016 (en 2015 cayó un 3,71%). No será hasta 2017 cuando la economía registre un pequeño alza del 0.7%.

Estos malos augurios se suman a los últimos datos publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge) que confirman que Brasil vive la peor recesión desde 1990. Unos de los principales problemas es el alza del desempleo, que en el tercer trimestre de 2015 alcanzó el 9%, lo que implica un alza con respecto al 6.6% registrado en el mismo trimestre de 2014 y al 8.6% del segundo trimestre de 2015. El incremento del paro (hay algo más de 2.5 millones más de desempleados que hace un año) afecta directamente al consumo y a la venta de servicios, que acumula caídas desde mayo de 2014, lo que ha golpeado directamente a los resultados de Bimbo, América Móvil o Telefónica, que es una de las pocas firmas que ha asegurado sus inversiones en el país pese a la recesión.

Desplome del consumo

En concreto, el consumo de las familias ha caído un 4.5% en el tercer trimestre de 2015 con respecto al mismo trimestre de 2014 por el aumento de la inflación, que supera el 10%, el alza de los intereses, la caída del crédito y del empleo, tal y como explica el organismo brasileño. Entre enero y septiembre de 2015, el PIB de Brasil retrocedió un 3.2%, el mayor descenso desde 1996, arrastrado por el sector industrial (5.6%) y servicios (2.1%). Las importaciones cayeron un 12.4% mientras que el consumo de las familias retrocedió un 3% y el del gobierno cayó un 0.4%.

Este deterioro de consumo, otrora la base del crecimiento de la economía brasileña, asusta a las grandes multinacionales que han empezado a plegar velas al ver cómo sus resultados se deterioraban. Por ejemplo, Walmart ha cerrado unas 60 tiendas en Brasil, más del 10% de sus negocios en el país, como parte de una reestructuración que está llevando a cabo en algunos países de América donde “la rentabilidad de los negocios no es la deseada”.

Despidos en automotriz

En esta línea, Mercedes Benz ha despedido a 500 personas y ha paralizado plantas de producción en el país que preside Dilma Rousseff por la caída de la demanda de vehículos. Una medida que también ha tomado Ford. Por su parte, la automotriz alemana Daimler llegó a un acuerdo con los trabajadores de su planta de camiones en Sao Bernardo do Campo para postergar el despido de 1,500 empleados hasta agosto del 2016, informó Reuters, mientras General Motors despidió en agosto a 250 trabajadores de fábrica de Sao José para hacer frente a la profunda caída de las ventas del sector en Brasil, que acumula una contracción del 21% interanual. Según la asociación de fabricantes Anfavea, entre enero y abril de 2015 se produjeron 881,770 vehículos en Brasil, 17.5% menos que en igual periodo del 2014, mientras que las ventas cayeron 19.2% a 893,630 unidades.

Lejos del sector metalúrgico o automotriz, Monsanto, una de las mayores compañías de semillas y agroquímicos del mundo, dijo el miércoles que recortará 2.600 empleos y cerrará sus operaciones de caña de azúcar en Brasil, como parte de sus esfuerzos por reducir costos ante la caída de los precios de las materias primas que golpean sus resultados.

Más allá de los planes de ajuste, hay varias empresas que han decidido abandonar Brasil. La mexicana Elektra fue de las primeras que dejar el país carioca asegurando que su negocio de financiación no funcionada por los elevados impagos. El banco HSBC, que planea un fuerte ajuste de plantilla, ha decidido dejar Brasil y Turquía, eliminado unos 25,000 puestos de trabajo y Abengoa, que atraviesa grandes dificultades, va a despedir a sus más de 4,000 trabajadores cerrando sus negocios ahí.