Uribe y Piedad Córdoba dejan de lado sus diferencias para hablar de paz

Alvaro Uribe Vélez, ex Presidente de Colombia
Alvaro Uribe Vélez, ex Presidente de Colombia (Archivo)

El expresidente colombiano Álvaro Uribe y la exsenadora Piedad Córdoba, enemigos ideológicos, han olvidado sus diferencias y acordaron conversar sobre el proceso de paz que mantienen el Gobierno y las FARC, anunció hoy la defensora de derechos humanos. EFE.

“Nos saludamos, conversamos y quedamos en volver a hablar sobre el tema de paz. Yo lo voy a hacer porque a mí me parece muy importante”, dijo Córdoba a la emisora Blu Radio, donde especificó que por el momento no hay fecha para esa cita.

El futuro encuentro se propone después de que el pasado martes ambos se saludaran de forma cariñosa en Riohacha, capital del departamento de La Guajira (norte), donde tras asistir a una misa en la Catedral de la ciudad, Uribe, senador del partido Centro Democrático, llegó a piropear a Córdoba, a quien le dijo que estaba “muy bonita, como una quinceañera”.





La anécdota, que ha sido ampliamente destacada en la prensa colombiana, representa a juicio de la exsenadora un ejemplo de “tolerancia y respeto” que muestra al país “que no se puede seguir en esta polarización” política.

Sobre Uribe, con quien ha mantenido sonados enfrentamientos, Córdoba dijo que “es un inteligente político al cual uno no le puede desconocer su trayectoria y su importancia independientemente de que uno no coincida con sus ideas”.

Córdoba, líder de Colombianos y Colombianas por la Paz, fue mediadora en la liberación de decenas de secuestrados durante el Gobierno de Uribe (2002-2010) y partícipe de distintos operativos humanitarios llevados a cabo por la Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

En 2010, el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez, la destituyó de su puesto e inhabilitó por 18 años para ejercer cargos públicos, precisamente por sus contactos con la guerrilla.

La tensión entre la exsenadora y el expresidente, que viene de lejos, se agudizó con el espionaje que Córdoba sufrió junto con otros defensores de derechos humanos y políticos opositores entre agosto de 2007 y octubre de 2008, que según la Justicia colombiana fue ordenado por María del Pilar Hurtado, jefa de inteligencia durante la Presidencia de Uribe.