Asiste a su propio funeral luego de que su esposo la mandó a matar

Asiste a su propio funeral luego de que su esposo la mandó a matar

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Hace un año, un grupo de sicarios de Burundi (África) fue contratado por un hombre para que mataran a su esposa. Pero el asesinato no ocurrió como estaba planteado, y ella lo sorprendió en lo que era su propio funeral.

Sucedió en febrero de 2015. Noela Rukundo vive en Melbourne, Australia, pero tuvo que regresar a su África natal porque había fallecido su madrastra. Estaba muy triste y estresada. Un día, al anochecer, mientras descansaba en su hotel, sonó el teléfono. La llamaba desde su casa Balenga Kalala, su marido y padre de tres de sus ocho hijos.





“Dijo que había estado tratando de encontrarme todo el día”, contó Noela. “Le respondí que me estaba yendo a la cama. ¿A la cama? ¿Por qué estás durmiendo tan temprano?”, indagó él. “Me preguntó: ¿Cómo está el tiempo? ¿Hace mucho calor? Y me dijo que saliera a la calle a tomar aire fresco”, continuó la mujer, que sin dudarlo siguió su consejo. “No imaginé nada. Solo creí que me estaba cuidando, que estaba preocupado por mí”, comentó en la entrevista.

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Cuando salió del hotel, se encontró en una situación peligrosa. “Abrí la puerta y vi a un hombre que venía hacia mí. Luego me puso una pistola encima y me dijo: ‘No grités. Si empezás a gritar, te disparo’. Entonces hice exactamente lo que él me dijo”, relata la mujer.

La metieron dentro de un lugar y la ataron a una silla. Entonces le preguntaron: “¿Qué le hiciste a este hombre? ¿Por qué nos pidió que te matemos?” Y ella lanzó: “¿Qué hombre?”. Le respondieron: “¡Tu marido!” La mujer aseguró que su esposo no podía matarla y los acusó de mentirosos.

“Eres muy estúpida… Voy a llamar a quien nos pagó para matarte”, le dijo el jefe de la banda. Agarró el teléfono y comentó a quien estaba del otro lado: “Ya la tenemos”. Entonces puso el teléfono en altavoz para que ella escuchara la conversación. “Matala”, soltó su marido. “Escuché su voz, era él. Sentí que mi cabeza iba a explotar”, relató la mujer.

“No vamos a matarte. Nosotros no matamos a mujeres ni a niños”. El marido había pagado un depósito, pero no la cuenta completa. Entonces volvieron a llamarlo y le pidieron otros 3.400 dólares australianos para concretar el trabajo. Después de pasar dos días en cautiverio, Noela fue liberada y tres días después pudo volver a Australia.

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Y llegó el día del funeral. Noela fue hasta su casa, donde entraba y salían personas que iban a darle el pésame a su marido, quien había dicho que su esposa había muerto trágicamente en un accidente. Noela se acercó y se quedó frente a la casa, cuando el hombre salía para acompañar a un grupo de personas que había ido a acompañarlo en ese momento. “Se quedó paralizado mirándome, asustado, y empieza a caminar hacia mí, hasta que me alcanzó y me tocó el hombro. Entonces dijo: ‘Noela ¿eres tu? ‘”, relató la mujer. Y el hombre comenzó a gritar: “¡Lo siento por todo!”.

El impacto del hombre le duró poco, pues la mujer ya había contactado a la policía, quienes lo detuvieron y después de un largo juicio finalmente Kalala fue sentenciado a 9 años de prisión por el intento de asesinato de su querida mujer.

Vía Clarin.com