A pesar del miedo para declarar, el intenso calor y los controles militares, pues afirmaban que hasta por eso los amenazaban, varios pobladores de la parroquia Boca de Grita denunciaron que están esperando mucho del Gobierno para que les resuelva problemas de aseo, agua, salud e inseguridad, pero sobre todo que entienda que no pueden tenerlos sometidos al no permitirles tener libre el paso binacional. Así lo reseña lanacionweb.com
La parroquia, con unos 2.416 habitantes, se muestra con escasez de todo, se quejan de que con el cierre de la frontera están pasando múltiples necesidades y nadie les da respuestas, mientras deben estar sometidos al control de los cuerpos de seguridad.
A grito, según les manifestaron a los diputados, los habitantes de Boca de Grita le piden al Gobierno que les abra la frontera. Luz Marina Peña, dirigente comunal, dijo que estaba satisfecha por la presencia de los diputados de la AN, “porque es la primera vez que vienen y tenemos que decir las cosas que nos están pasando, como el cierre de la frontera, algo que nos ha perjudicado mucho”.
—Este pueblo está olvidado, nos falta de todo, no hay ni una pastilla para la fiebre, a pesar de que este era un pueblo pujante en ganadería y ahora luce acabado, deprimido, mientras vemos que nos tratan a todos como contrabandistas y parece mentira, pero si no sacamos una carta de residencia no podemos ingresar a nuestro pueblo-, dijo con desdén.
Este jueves, desde Orope en la vía principal no se recorren 11 kilómetros en vía en mal estado, y se observaron 11 puestos de control móviles, sin contar los dos fijos de la Policía regional, a lo que Juan, campesino de la zona, dijo: “yo soy de este pueblo de generación en generación y me duele lo que está pasando, con tanta humillación que nos someten para ir a la finca y para volver a la casa”. (AM)