Luis Izquiel: Toques de queda delictivos

Luis Izquiel: Toques de queda delictivos

thumbnailluisizquielLa semana pasada el país vio con estupor cómo bandas delictivas, por distintos caprichos, ordenaban la paralización de la actividad comercial y del transporte en la ciudad de Maracay y en la población de Tumeremo, en el estado Bolívar. Estos toques de queda delictivos se suman a lo ocurrido hace pocos días en Nueva Esparta, tras la muerte del expran de la cárcel de San Antonio. Es realmente sorprendente ver cómo el Estado ha ido perdiendo terreno y autoridad frente a las agrupaciones criminales.

Que algo así pueda suceder en Maracay, quizás la ciudad con más bases militares del país, y capital de un estado gobernado por alguien que fue ministro de Interior y Justicia por varios años, dice mucho sobre el poderío que han adquirido las pandillas delictivas en Venezuela, las cuales actúan cada día con más organización y con mayor capacidad de fuego. Ante esto, resulta pertinente la pregunta que en un reciente editorial se hacía el periodista César Miguel Rondón: ¿Quién gobierna realmente en este país?

Hace 15 o 20 años la criminalidad en Venezuela, salvo contadas excepciones, se manifestaba a través de delincuentes solitarios o pequeñas agrupaciones hamponiles. Esta situación ha cambiado y ahora la tendencia es a la configuración de bandas de verdadera delincuencia organizada. Este proceso, visto lo ocurrido en otros países de la región, era predecible, pero el gobierno no actuó en consecuencia.





Con esta situación de anarquía criminal en el país, no resulta extraño el reciente informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, ONG mexicana que desde hace algunos años realiza el ranking de las 50 ciudades del mundo con mayor tasa de homicidios. En este documento, Caracas, con un índice de 119, 87 asesinatos por cada 100.000 habitantes, ocupó el primer lugar de la lista. En la quinta posición quedó Maturín, con 86,45/100.000hab. Valencia ocupó el séptimo lugar, con 72,31 homicidios por cada 100.000 habitantes. Otras 5 urbes del país también se encuentran en esta deshonrosa lista, a saber: Ciudad Guayana (lugar 11, con 62,33/100.000hab), Barquisimeto (número 20, con 54,96/100.000hab), Cumaná (lugar 24, con 47,77/100.000hab), Barcelona (posición 34, con 40,08/100.000hab) y Maracaibo (lugar 49, con 28,85/100.000hab).

Muchas ciudades y países han logrado salir de graves crisis de violencia criminal. Sobre este punto señala el informe de la ONG mexicana, lo siguiente: “la salida del ranking más relevante corresponde a las urbes de Ciudad Juárez (México) y Medellín (Colombia). La primera ocupó en forma consecutiva el liderato mundial (de tasa de homicidios) entre 2008 y 2010. La segunda hubiera sido, a inicios de los años 90 y a lo largo de toda esa década, la ciudad más violenta del mundo si en ese entonces hubiera existido un ranking como éste”. Hoy las dos ya salieron de la lista de las 50 primeras. Otro ejemplo, ya como país, pudiera ser Colombia, que durante los años 90 llegó a tener una tasa de homicidios cercana a los 80/100.000hab y cerró 2015 con un índice de 25/100.000hab, el más bajo en los últimos 40 años.

El crecimiento de las megabandas criminales en Venezuela debería obligar al gobierno a ejecutar estrategias para detener este proceso, pero eso pareciera no estar en la agenda. Los que hoy están en el poder prefieren guardar silencio o atribuir las acciones de estas pandillas de delincuencia organizada a la “derecha” o a los “paramilitares”. Esta irresponsable política del avestruz pudiera llevar a Venezuela a vivir situaciones similares a las que se presentan en Honduras o El Salvador con las denominadas “maras”, las cuales colocan constantemente en jaque la gobernabilidad en esos países.

Venezuela se encuentra bajo el yugo de las bandas criminales. La incapacidad y la irresponsabilidad del gobierno llevó al país a este punto. La delincuencia está hoy completamente fuera de control.
Twitter: @luisizquiel