Productores siguen esperando por la semilla de papa

Productores siguen esperando por la semilla de papa

Papa

 

Productores de papa del país temen por el destino del rubro. Ante la falta de semilla y la “estrepitosa caída en la producción”, el precio del kilogramo de esta podría llegar para diciembre a Bs. 3.500.





Rosmir Sivira para El Impulso

Así lo informó Enmanuel Escalona, director de hortalizas de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), quien manifestó que “el Estado, en otra de sus jugadas en contra del sector productivo, ha obstaculizado la llegada de la semilla a Venezuela, lo cual hace entrever que no habrá semilla para sembrar en 2016.

Escalona apuntó que se trataría del segundo año en que Venezuela no cuenta con semilla de papa, lo que generará una caída en la producción hasta llegar a aproximadamente 50 mil toneladas cosechadas, lo cual representaría un consumo per cápita de 1,6 kilogramos; casi 3 kilogramos menos de lo que podría consumirse en Haití.

En este sentido, Escalona lamentó que en el tema de la papa, el cuarto rubro en importancia según consumo nacional, se registre una reducción en el consumo a estos niveles e inferior a Haití, país con problemas de hambruna.

La advertencia fue hecha

-Es grave. Al gobierno venezolano se le advirtió en múltiples ocasiones que solventaran la problemática y se hicieron de la vista gorda… No sabemos qué negocio existe entre la empresa que está importando la semilla de papa y el Estado venezolano.

Escalona recuerda que en ocasiones anteriores se informó que la semilla que sería importada fue pagada. Sin embargo, tiempo después el mismo gobierno se niega importarla, “porque supuestamente no se encuentra en condiciones adecuadas, cuando ellos mismos fueron quienes la negociaron y certificaron su calidad”.

Señaló al ministro de agricultura y tierra, Wilmar Castro Soteldo como “el asesino de la papa en Venezuela”, por “políticas erradas y la omisión de lo que ocurría”.

Dependencia de la importación

El representante de hortalizas para Fedeagro, señaló que a propósito de que el venezolano no sienta la pérdida de la papa en su plato, el gobierno puede que recurra a la importación, práctica que condenó por tratarse de un rubro de producción nacional comprobada.

Sobre la petición que hiciera la Federación de Productores de Papa de Venezuela (Fenafhort) al ministro Soteldo para que apoye el rubro y los productores en el país, Enmanuel Escalona apuntó que el gobierno debe abandonar la política de puerto y pasar a la economía productiva. Sin embargo, “pareciera que no está interesado en la solución del problema”
En tal sentido, formuló un llamado al ministro y demás responsables de las políticas agrícolas en el país, para que “le den la cara a los productores de papa” que en este momento exigen respuestas al respecto.

Recordó que la problemática no sólo se presenta con la papa, sino con el maíz, arroz, ganadería y otros rubros, motivado por el fracaso de las actuales políticas económicas.

Subrayó que rubros como el ajo registran un incremento diario de Bs. 400, basado en la crisis que se registra en el campo.

Asimismo, apuntó que si han faltado políticas oportunas, no ha sido por falta de recursos al país, sino por decisiones equivocadas, interesadas en importar los alimentos “en vez de dar la mano a los productores nacionales”.

Ciclos anteriores

Dos años atrás se producían 220 mil toneladas de papa, lo que representó 8 kilogramos de consumo per cápita y un precio estimado que rondó entre los Bs. 130 y Bs. 150 el kilogramo.

De no contar con la semilla, “tal y como se observa”, la producción perdería en sólo dos años 170 mil toneladas de producción, dijo Escalona, quien sentenció que “si no producimos, no habrá qué comer”.

-El sector papero y agrícola en general, se encuentran bien molestos y en pie de lucha, en defensa del derecho legítimo que tiene el productor de papa de sembrar y el derecho del venezolano de consumir alimentos producidos en Venezuela.

Subrayó que en el país no existe “guerra económica”, sino que ha sido el Estado el que le ha declarado la guerra al sector.