“Grupo de personas que se asocian con fines delictivos o embaucadores”, esa es la definición que la Real Academia Española hace de Pandilla.
Ahora bien, ¿díganme ustedes si este grupito: Calixto Ortega, Luis Damiani y Lourdes Suárez, Federico Fuenmayor, Mirna Mas y Rubí, Juan Carlos Valdez y René De Graves, integrantes de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, designado fraudulentamente por la “moribunda” Asamblea Nacional el 23 de diciembre de 2015, no es una pandilla?
En dos meses, estas siete personas, ordenaron la desincorporación de los tres diputados del estado Amazonas; dio vigencia al Decreto de Emergencia Económica que presentó Nicolás Maduro, y que rechazó el Parlamento; y como guinda del pastel, hace dos días limitó las funciones del Poder Legislativo.
Siete magistrados no pueden estar por encima de siete millones de venezolanos que pidió un cambio de manera clara y contundente, a través de las urnas electorales el 6 de diciembre cuando escogió a 112 diputados para que los representara en la Asamblea Nacional; traduciéndose esto en una mayoría calificada.
El más reciente acto de la “Pandilla de los 7”, pretende convertir al Parlamento en unos tontos útiles, pues limita sus funciones y entre otras cosas, no podrá revocar, ni revisar a ningún magistrado porque no cuenta con las dos terceras partes de los 167 diputados que conforman la AN, por ejemplo.
Ah, pero tampoco podrán interpelar a los funcionarios públicos, ya que anula su función contralora al “desaplicar” el artículo 113 del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional para evitar, de esta manera, la comparecencia de funcionarios.
En el Zulia continuaremos alzando nuestra voz para que el señor gobernador, Francisco Arias Cárdenas, nos diga ¿dónde están los reales?, tiene que explicarnos ¿en qué invirtió cada bolívar recibido en estos tres años?; y también tiene que decirnos ¿a dónde fueron a parar los dos milloncitos de bolívares fuertes que faltan del presupuesto asignado para el ejercicio fiscal de 2015?.
Yo no me voy a callar, yo seguiré denunciando los casos de corrupción que tenga que denunciar. Una sentencia del TSJ no me callará. Ahora más que nunca reafirmo mi compromiso con el Zulia.
Ante la vil patraña del TSJ, no nos queda más que seguir firmes e inquebrantables en la lucha por el Cambio ya, que se traduce en la salida de Nicolás Maduro de la presidencia y de la pandilla corrupta que lo acompaña.
Desde Voluntad Popular nos ponemos al frente del cambio. Un país donde la gente pasa hambre y muere por falta de medicina, no puede esperar más.
Para hoy se tiene previsto que la Mesa de la Unidad Democrática anuncie los mecanismos constitucionales que emprenderemos para salir de este Gobierno corrupto, ineficaz e ineficiente.
Esos mecanismos pasan por la presión popular que se debe ejercer en la calle de manera organizada y sin violencia.
El 2016 es el año del cambio y de la Mejor Venezuela. Y como dice mi hermano Leopoldo López: Fuerza y fe!!!