Venezuela no dispone de vacuna para prevenir el cáncer de cuello uterino

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La enfermedad causada por el Virus de Papiloma Humano (VPH) se puede diagnosticar con una citología, pero también han disminuido las posibilidades de que las venezolanas se practiquen este examen en el país, informó el gineco-obstetra Jairo Fuenmayor

Venezuela no dispone de la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH), principal causante del cáncer de cuello uterino, a pesar de ser uno de los países, a nivel de América Latina, con mayor incidencia de muertes por esta enfermedad, aseguró el médico gineco-obstetra Jairo Fuyenmayor.





“Las dos primeras causas de muerte en las mujeres son el cáncer de mamas y el de cuello uterino. A causa de este último, cada minuto mueren dos mujeres en el mundo. Es lamentable que esta circunstancia ocurra y sobre todo aquí en Venezuela, donde se reporta una alta incidencia de muertes por esta enfermedad, cuyo origen es el VPH y que es totalmente prevenible a través de la vacuna”, dijo.

“Quizá somos el país más atrasado de Latinoamérica en este sentido. Incluso otros que habían estado, desde el punto de vista de políticas de salud, mucho más atrasados que nosotros, cuentan con la vacuna y han logrado disminuir la mortalidad de las mujeres por esta causa”, aseguró.

El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte oncológica de mujeres en Venezuela y el mundo, según cifras del ministerio para la Salud dadas a conocer el pasado 26 de marzo, con motivo del Día mundial de la lucha contra el cáncer de cuello uterino. En Venezuela, de cada 100 mil mujeres, alrededor de 30 tienen cáncer de cuello uterino y diez de ellas – equivalente al 0,1 por ciento – mueren por esta patología.

Según Fuenmayor, otro problema grave que presenta Venezuela en esta materia es la falta de políticas públicas adecuadas para combatir la enfermedad. “Hasta hace poco, hubo un decreto del ministerio de Salud que proponía que la citología se realizara cada dos años. Si no tenemos la vacuna ¿también vamos a alargar el pronóstico o determinación de la enfermedad? Eso es un retroceso”, explicó.

Aseguró que la enfermedad se puede diagnosticar con un examen citológico, el cual deben practicarse las mujeres una vez al año. “La mayoría de las lesiones de cáncer de cuello uterino, si son diagnosticadas a tiempo, se pueden curar con un tratamiento local en el mismo consultorio.
Pero si se deja avanzar, el tratamiento será mucho más complejo, pues podrá requerir cirugía y eventualmente radio o quimioterapia, lo cual es muy costoso y, aparte de eso, invalidante para la mujer (…) Por eso insistimos en el diagnóstico temprano para mejorar la sobrevivencia y calidad de vida de las venezolanas”, dijo.

Otro problema que se presenta en el país es que han disminuido las posibilidades para que las mujeres se hagan sus controles ginecológicos. “Vemos una falta de campañas adecuadas para atraer a las mujeres a la práctica de la citología; y también vemos que, en algunos sitios, las pacientes acuden pero se encuentran con que no hay los recursos necesarios para realizar las citologías”.

En ese sentido refirió que uno de los mecanismos que se usó durante mucho tiempo para atraer a las pacientes jóvenes a hacerse controles ginecológicos, era brindarles anticonceptivos de manera gratuita. “Pero en la actualidad no hay anticonceptivos, lo que también está trayendo otro problema, como lo es el tromboembolismo venoso, debido a que las pacientes están cambiando constantemente de uno a otro anticonceptivo, dependiendo del que consigan en las farmacias”.

La crisis humanitaria

Fuenmayor aseguró que en los 34 que lleva ejerciendo la medicina tanto hospitalaria como privada y también como docente, nunca se había encontrado “con una situación tan crítica como la que está aconteciendo en este momento en Venezuela en el área de la salud. Siempre hubo fallas, hubo malestar y protestas porque faltaban gasas o inyectadoras en los hospitales, pero no a este nivel (…) Por eso creo que es justificado el decreto de emergencia humanitaria para nosotros”, dijo.

“La ayuda internacional puede ayudar en algo, pero es un parche muy pasajero porque esa ayuda no es permanente. Debe haber un cambio dentro de los entes que regulan la salud en Venezuela para poder generar de manera eficaz los cambios que requiere este sector para ponerlo a marchar adecuadamente o por lo menos a que marche como estaba antes”, agregó.

“Venezuela era un país que recibía a pacientes de las islas del Caribe y de las otras naciones andinas. Ahora resulta que somos los grandes emigrantes no solo desde el punto de vista profesional, sino también de enfermos. Los pacientes venezolanos están emigrando a otros países para recibir atención de salud”, apuntó.

“Los venezolanos tenemos que tomar conciencia de lo que está sucediendo, por lo menos en el área de la salud, porque de una manera u otra todos nos vemos afectados. Yo sufro de hipertensión arterial y no consigo el antihipertensivo que tomo. Y esto es solo un ejemplo de lo que estamos viviendo”, concluyó.?

Nota de prensa