Miraflores y su combo continúan recurriendo a las excusas trilladas de conspiraciones, planes imperialistas para invadir a Venezuela y un sinfín de panfletarias palabras que ya ni ellos se las creen. El último, que de pena pasa a carcajadas, es el subestimar a la oposición y el proceso de recolección de firmas para revocar mandato de Nicolás Maduro.
Hace unos días una diputada a la Asamblea Nacional por el Gran Polo Patriótico, Nosliw Rodríguez, afirmaba que dudaba que la oposición obtuviera los votos necesarios para ganar el revocatorio. Se peló, hasta hoy que escribo lamentos del discurso chavista, van 1.102.236 firmas que quintuplican lo exigido para solicitar el revocatorio y como el país quiere revocarlo, sacará más y más del que sacó en las presidenciales del 2013.
Diputada de nombre misión barrio adentro, Nosliw, su tesis que se necesitaban más de la cantidad de votos con las que el pueblo los mandó a quitar de sus curules el pasado 6D, le demuestra que su mente disociada por el pavor de perder sus creces, no es ni ha sido como la calificó, “propuesta demagógica”. Ese pueblo que los idolatraba, volvió a salir en masa, sin pago ni bolsa de comida podrida a firmar porque sencillamente está harto de todos los que ustedes han representado en los últimos 17 años para sus bolsillos y vida.
Ya el pueblo sabe cómo acabar con sus mentiras y discurso repetitivo que “si la derecha está jugando por su propio interés”. Vayan callándose que han pasado de moda en sus hogares por tenerlos con las neveras vacías.
Diputada, acepte, su pan de piquito le queda tan solo burusas. Se les volteó la tortilla, ahora es el venezolano de pie quien está claro y consciente que ni una maniobra con psicoterror aceptará ni para sobrevivir. Así lo demostraron este miércoles 27 de abril, en manada con un cántico que en las azoteas de edificios de Chacaíto donde la Disip los divisaba, enloquecía escuchando: “Y va a caer … Este gobierno va a caer”.
Fuera Maduro
Vergüenza para Nicolás. La última encuesta revela que 6 de cada 10 venezolanos quiere que Maduro deje el poder antes de 2019. Es decir, un 80 % de los venezolanos no quiere a Maduro y exigen deje el poder este año o sea destituido lo antes posible. La crisis económica preocupa mucho a los habitantes del país; es tan de espanto y brinco que ha crecido un 90 %.
Lamentable para su padre adoptivo que su hijo tenga una percepción negativa que cae a diario. En marzo se posicionó en un 66,4 %. Hay razones, Venezuela no ve luz. No se siente representado menos, respetado. En ellos hay una muralla que los aleja cada día del proceso revolucionario, solo claman que se aplaque la crisis voraz económica del país.
La situación de Venezuela es sumamente crítica, hay una crisis de tipo económico muy grave, hay una crisis de tipo político por este bloqueo que se está dando contra la Asamblea Nacional desconociendo así la voluntad del pueblo de venezolano. Y una, la más dantesca de la historia, la social, no hay un día que nadie (del bando que sea) se escape de la tortura, la persecución, la violencia o la muerte como política de Estado.
A diario hay una referencia, rechazo por desaprobar el decreto de emergencia humanitaria propuesto por el parlamento y que fue sentenciado por el Tribunal Supremo de Justicia. En estas horas aciagas, no se trata de lo que les guste a ustedes, el oficialismo, se trata de lo que es bueno para el país y eso es lo que el país unido debe promover.
Repite como un loro que no renunciará y que la oposición puede hacer “lo que quiera” pero fracasará en su empeño por acortar su mandato, en discurso en el que, además cual populista en extinción, anuncia locuras como fue la expedición de un “carnet bolivariano” para que sus seguidores estén plenamente identificados. ¡Qué de mentiras!
En sus discursos está Obama, ¡oh pavor!: “¡Hagan lo que les dé la gana. Yo estoy aquí para luchar y Maduro va a estar aquí hasta el último día!” de su mandato, que finaliza el año 2019, remarca todos los días en cadena nacional el jefe de Estado doblemente ilegítimo. Hasta llamado a la cárcel ha hecho al quien se le oponga. ¡Qué barbaridad de hombre!
En una suerte de sostenerse “en cuatro patas”, usa a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, crepúsculo de chicos malos, vestidos de verde con corazón blanco por tanto lavado de dinero producto de negocios redondos como el narcotráfico, la explotación del oro, uranio y más. Y así Maduro, con un cristo en la mano, sentadito dice “con el apoyo del pueblo, de la Fuerza Armada, de la historia y con la decisión absoluta de que aquí no se rinde nadie; así que vengan por mí, pues que hay bastante pueblo para enfrentarlos y vencer”.
¿Habrá la salida?
Mucho se habla que en Venezuela pudiera estar en marcha una transición, pero hasta ahora, seamos objetivos y transparentes, no hay una claridad total de cómo y con quiénes pudieran diseñar ese cambio. Se rumorea un cambio que puede ser sólo de algunos actores actualmente del gobierno de facto junto con algunos de la oposición. El país no está para ecuaciones y tubos de ensayos, requiere urgente de una transformación contundente de la actualidad y del statu quo de los venezolanos. En el país de las mil desgracias están ocurriendo muchas cosas, algunas son visibles y forman parte del clima de opinión actual. Otras ocurren tras bastidores. Quizás las más importantes son esas que suceden y están alejadas del foco de la opinión pública para así operar con mano de obra exitosa.
Ante cruel avance arrollador de la crisis y la crispación general que hay en Venezuela, cada día toma mayor fuerza la posibilidad de una transición que permita encontrar luz al final del oscuro túnel en el cual estamos tapeados. ¡Si habrá salida, nos toca más paciencia y en el cuerpo, resistencia!
Hace poco, Felipe González, exjefe del Gobierno español, aseguró que Venezuela es “una democracia traicionada”, cuya “imprevisibilidad” hace que nunca se sepa lo que va a pasar. “Es más una tiranía que una dictadura”, la calificó tal como es durante una intervención que tuvo el simposio en homenaje a los 80 años del premio Nobel peruano, Mario Vargas Llosa.
Sobre la reflexión de González, la historia del mundo ha narrado que las dictaduras son injustas, como lo bastardo que acontece en Venezuela donde vivimos de inciertos, oscuridad, hambre, odio, pobreza humanística y mental; sin dejar de mencionar, lo presos que estamos y que pareciera que nunca vamos a ser liberados.
Cortesía Orlando Sentinel
Actualmente esta crisis que paraliza y atrapa al ciudadano pone en evidencia que estamos frente a un Estado que siente su fracaso y por tal motivo, usa la fuerza, la intimidación y la violencia como suerte de ruleta rusa para que nadie se atreva a sacarlos del poder.
Muchos analistas aseveran que “ya estamos en el llegadero”; no es así, ese llegadero lo pisamos hace rato y muy a fondo. Es ahora la correlación de ideas entre varios sectores del país quienes con deber y gran disciplina les tocará ir empatando los nudos de millones de metros de sogas, para rescatar a Venezuela del subsuelo por los diarios terremotos y replicas que la tapizaron y no puede sola quitarse tanto escombro de encima.
Maduro debe renunciar para evitar que Venezuela explote, para evitar que se desencadene una tragedia de consecuencias gigantescas que ya se sienten, padecen y lamentan.
Cambio político urgente
El riesgo de un estallido social ha aumentado en las últimas semanas, ante la acumulación de angustias y la desesperación que padece el pueblo venezolano, por ello la necesidad del cambio político es urgente. La salida tiene que ser ya, no más saqueos y no más linchamientos.
Nadie está ciego, lo sabemos; esto que va sucediendo a diario en Venezuela es la crónica de una tragedia anunciada. La escasez de alimentos ha empeorado hasta extremo que ciudades y pueblos enteros en el interior están de cara a la hambruna, y ahora que 8 de cada 10 medicamentos usados en el país no pueden ser conseguidos en las farmacias.
Por la tragedia económica inducida por el régimen, la medicina ha retrocedido décadas, los venezolanos están muriendo o son víctimas del resurgimiento de enfermedades del siglo XIX como el cólera y ahora un escandaloso repunte de malaria. ¡Misericordia!
17 años que fueron para dejarnos en ruinas, 90 % de las pequeñas farmacias cerraron sus puertas por crisis en el país. Miraflores impone un férreo control de precios a los comerciantes que hacen vida en el país, sumido en una profunda crisis económica, social, moral y política. El socialismo destructor ha arrasado con todo. Ahí están los empresarios obligados a reducir personal debido al racionamiento eléctrico impuesto por éstos, lo que se traduce en desempleo e improductividad.
¿Qué vamos hacer ahora con estas cifras mortales?
El bolívar se devalúa 44 % frente al tipo de cambio flotante Dicom. Nuestra moneda se devalúa constantemente gracias al tipo de cambio flotante implementado por estos pillos irresponsables, que a la fecha alcanza casi 50 % de deprecio frente al dólar.
El tipo de cambio flotante empezó a cotizarse en Bs. 206,78 (Simadi 09 de marzo 2015), a partir de ese día ha tenido un aumento del 79 %, teniendo un valor actual de Bs. 369,33 por dólar, según cifras publicadas por el Banco Central del Venezuela. Esto implica una devaluación del 44 % del bolívar frente a la divisa norteaméricana, ¡y se llaman bolivarianos!
Venezuela está pasando hambre. Según la última encuesta por Barómetro el 86,3 % de los venezolanos compra menos comida que antes debido a los altos precios y la inflación que está asfixiando al comprador. Somos un país devastado, depredado y saqueado vilmente, como se corrobora cuando el FMI pronostica para este año una inflación de un 720 %.
La economía venezolana muestra un franco deterioro gracias al desbarajuste productivo impulsado por el sistema chavista en los últimos años y que verán al país con un 720% de inflación el presente año y de más del 2000% para 2017. ¡Justicia!
¡En quiebra estamos! La inflación y trance económico que vive Venezuela es tan grave que ya el Estado no cuenta con el dinero suficiente para la impresión de su propia moneda. Venezuela sigue su retroceso. El ineficiente plan de Gobierno de Nicolás Maduro mantiene al país en recesión y en franco deterioro económico y moral para el 2016 con miras a extenderse aceleradamente hacia 2017 de no haber una solución efectiva, algo que parece un oasis mientras este improvisado gobierno de facto mantenga el poder.
No hay un sector público productivo que lo hayan incrementado en valor y progreso. ¡Todo lo han paralizado! Ahí tenemos un ejemplo, el Centro de Refinación Paraguaná (CRP), el mayor de Venezuela, opera a la mitad de su capacidad instalada. Amuay procesa unos 360.000 barriles por día (bpd), un 56 % de su capacidad máxima. ¡Ay de PDVSA con la FANB ahora!
El incremento de la violencia en Venezuela ha acompañado el deterioro general de las condiciones de vida de la población venezolana: el empobrecimiento, la escasez, la inflación, el deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores y asalariados, la disminución de la disponibilidad y variedad de alimentos y medicamentos, la debilidad creciente de los servicios de salud y educación, el incremento del miedo y la pérdida del espacio público. En 17 años el legado de la revolución ha sido de 252.073 muertes violentas sin contar las que van de este año 2016.
¡Y lo qué falta por vivir!
Para rematar, Cavidea, ya alertó que la industria de alimentos dispone de 15 días de inventario. ¡Lo que viene es más hambre! La industria de alimentos en Venezuela no tiene los insumos para producir y solo dispone de inventario para dos semanas, esto en medio de una terrible crisis general acentuada en los últimos días por protestas y saqueos en las principales ciudades del país.
Al cierre del primer trimestre de este año la mayoría de las empresas afiliadas a la Cámara Venezolana de la Industria de la Alimentos (Cavidea) asegura que cuenta con un promedio de 15 días de inventario de materias primas e insumos, nacionales e internacionales, lo cual afecta severamente la continuidad de la producción.
Andan desesperados por echarle mano a Empresas Polar por la incapacidad que mantienen por vagancia y venganza; las compañías transnacionales han tenido que hacerse cargo de proveer la materia prima a sus filiales en Venezuela, donde la escasez de divisas golpea al sector empresarial. Se viene más desabastecimiento y hambre, los bloques de cortes eléctricos podrían representar una caída en la producción industrial del 30 %, lo que se suma a la ya golpeada situación del sector. ¡A salvarse quien pueda!
A la vista no tiene anteojos, el hambre por quedarse en el poder y empobrecernos es una política de Estado que instauró el finado en Venezuela y Maduro la heredó con peor alevosía a tal punto que es dueño, amo y valle de todos los carteles y chanchullos que brillan en la tierra de Simón Bolívar.
Nunca es tarde cuando la dicha será buena. Ahora más que nunca la fecha del revocatorio debe adelantarse. ¡Resiste Venezuela!