No se trata solo de la escasez: consumidores alegan que el aumento del salario mínimo es insuficiente

No se trata solo de la escasez: consumidores alegan que el aumento del salario mínimo es insuficiente

COLA CANDELARIA 2

 

“Queremos los anaqueles como los teníamos antes”.





Esta frase, que recoge el clamor general de los consumidores angustiados por encontrar alimentos, fue captada por el equipo de Reporte Unidad al consultar la opinión del soberano, en una de las tantas colas que se esparcen por la ciudad de Caracas ante los expendios cuya mercancía resulta insuficiente para surtir a todas las personas debido a la escasez que aflige al país.

Nota de prensa 

“Esto no es justo: la gente peleándose por la harina, por el arroz, por la salsa de tomate.  En todos los lugares tú ves las colas, a la gente esperando que abran los negocios para poder conseguir los alimentos”, completó su testimonio Edilsa Torres, mientras aguardaba a las puertas de un abasto, en jurisdicción de la parroquia La Candelaria, en las adyacencias de la estación del Metro de Bellas Artes.

“La gente se está volviendo loca en las colas. Ese aumento del salario mínimo no sirve para nada. Yo tengo cinco hijos y no encuentro cómo hacer para poder alimentarlos”, manifestó, por su parte, Armando Hermoso, responsabilizando al gobierno nacional por el caos humanitario.

Sus declaraciones sobre la exigüidad del ingreso y la pérdida del poder adquisitivo fue avalado por la señora Ana Quiroz: “el aumento del sueldo no alcanza ni para comprar media canilla”, indicó en medio del desasosiego que se apoderaba de los presentes.

“Esto no lo va poder seguir aguantando el pueblo venezolano, estamos cansados”, advirtió, por su parte, Ana Perdomo.

“Hemos tenido que vender, que rematar todo lo que teníamos en casa para poder comprar comida. Ya no podemos adquirir ni la ropa ni los zapatos”, dijo, enviándole un mensaje al Ejecutivo para que solucione tamaña crisis.

Mientras, en las colas que crecen y el hambre que aumenta, como un  coro detrás de las voces solistas de la desesperación, en la atmósfera se derrama la lluvia persistente del reclamo: “¡fuera Maduro”, “que salga Maduro!”.