“Hace 27 años nació mi primera hija en el Luis Razetti de Barcelona. En ese entonces era un lujo parir allí. Ahora todo el mundo le huye al hospital”.
La comerciante Lourdes Torres recuerda con agrado la atención que le brindaron durante su primer parto en el nosocomio capitalino, donde -aseguró- recibió la mejor atención y alimentación del momento. El segundo hijo de su comadre Adriana Rosas también nació en el hospital de Barcelona, pero ella dice que no corrió con la misma suerte.
“Me hicieron una cesárea hace 11 años, pero antes estuve cinco horas con dolor de parto porque el quirófano estaba ocupado. Para ese entonces habían eliminado la cena y nos pedían muchos de los medicamentos que debían suministrarnos”.
El hospital tipo IV fue inaugurado por el presidente Rómulo Betancourt en 1962, cuando se convirtió en un ícono del estado Anzoátegui, título que, según algunos pacientes y sus familiares, ha decaído con el pasar de los años.
Su actual director, el traumatólogo ortopedista Luis Díaz, asegura que las anteriores administraciones se desviaron del objetivo que, a su juicio, es mantener abastecido y en buenas condiciones el centro asistencial. “Los hechos irregulares han manchado un poco la imagen del hospital, pero estamos a tiempo de levantar el recinto”.
En menos de un año, en el nosocomio detuvieron al antiguo director, Aquiles Martínez; denunciaron la muerte de más de 20 recién nacidos, el mal estado de algunas áreas especiales, se registraron dos fallas eléctricas que generaron apagones generales y se informó sobre el presunto desvío de insumos y equipos médicos.
Al respecto, el presidente del Colegio de Médicos en el estado Anzoátegui, Arquímedes Velásquez, consideró que el hospital capitalino debe ser declarado en crisis humanitaria.
“Los galenos están trabajando con las uñas, porque los gobernantes no han realizado las inversiones que necesita el hospital. Han contado con los recursos, pero no los han distribuido adecuadamente”.