El líder de la Unidad Nacional, Henrique Capriles Radonski acompañó a los cientos de neoespartanos que aún esperaban validar sus firmas en el estado, para convocar el referédum revocatorio contra de Nicolás Maduro.
Nota de prensa
Junto con el responsable regional del revocatorio, Richard Fermín, Capriles expresó que aunque la oficina regional del CNE habría buscado que no se lograran las firmas, utilizando la operación Morrocoy, los miles de neoespartanos que se quedaron por tres días para validar sus firmas, no se rindieron.
“Nuestra Margarita no se dio por vencida. Contra el sol y la lluvia y la abusiva actitud de quienes controlan el CNE de aquí quienes no querían que se diera esto, se les dio una lección. Eres el orgullo de Venezuela, Nueva Esparta a pesar de todo tipo de marramucias que intentaron hacer. La voluntad del pueblo es más grande que cualquier otra cosa”, expresó el gobernador de Miranda.
En compañía de Richard Fermín, Henrique Capriles se dirigió a los cientos de neoespartanos que aún permanecen en las colas para validar su firma y así, convocar al referéndum revocatorio en contra de Nicolás Maduro. “Estos días son históricos para el país y dependía de Nueva Esparta que el camino hacia el cambio se diera. Aquí están los neoespartanos respondiendo, como siempre lo han hecho, por el bien de nuestra Venezuela”, dijo ante los miles de insulares que seguían en las colas esperando por validar.
Mientras que Richard Fermín, responsable regional del revocatorio, aseguró que aun cuando ya se tiene el 1% necesario para la activación del derecho a revocar el mandato de Nicolás Maduro, las voluntades nunca sobran. “Que nadie quien quiera validar, se quede por fuera. Cada neoespartano está hecho del tamaño de su voluntad y aquí hay gigantes que quieren que el cambio se dé. Aquí, en La Asunción, nace a Nueva Venezuela”, expresó.
El líder de la Unidad Nacional recorrió los cuatro centros de validación de firmas en la región insular, en los municipios Península de Macanao, Gómez, Maneiro y Arismendi, dándole apoyo a las cientos de personas que aún hoy, pasadas las horas del mediodía, continuaban esperando validar sus firmas.