Los socialistas españoles enfrentarán en las próximas semanas un proceso interno en el que tendrán que decidir si ejercen el papel de llave de Gobierno que les otorgó el resultado de las elecciones del domingo o si mantienen la oposición que mostraron al líder del Partido Popular en la campaña.
Al día siguiente de unas elecciones que arrojaron un resultado de difícil gobernabilidad que podría pasar por acuerdos nunca vistos entre los dos principales partidos españoles, las posturas en el seno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el segundo más votado, eran divergentes.
Los miembros cercanos a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, como el secretario de Organización César Luena, eran contundentes respecto a la oposición al líder del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
“La vocación es cambiar a Rajoy (…) La posición que hemos repetido en la campaña es que nosotros no vamos a apoyar a Rajoy, ni por acción ni por omisión”, dijo Luena consultado por una hipotética abstención socialista que facilite un gobierno del PP, que ganó sin alcanzar la mayoría absoluta.
Sin embargo, la postura de los líderes socialistas regionales como el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, era distinta.
“Yo creo que lo que tiene que haber ahora es cuanto antes un Gobierno, queda patente y claro yo creo que lo que tiene que ser es un Gobierno de Mariano Rajoy, es lo que los ciudadanos básicamente han dicho con una gran diferencia, y es lo que ahora toca”, dijo en declaraciones a radio Onda Cero.
El frágil liderazgo de Pedro Sánchez en el PSOE fue parcialmente reforzado por el resultado electoral, en el que fue segundo con 85 escaños (cinco menos que en diciembre) aunque superando ampliamente a la coalición Podemos-IU (71 asientos) y a las perspectivas de las encuestas que le relegaban a la tercera posición.
El PSOE celebra el lunes una ejecutiva federal para analizar los resultados electorales.
El resultado del PSOE en Andalucía, un histórico bastión socialista en el que el PP consiguió más votos en estos comicios, dejó sin munición a la presidenta andaluza y principal amenaza del liderazgo de Sánchez, Susana Díaz, quien pidió solamente “reflexión” a la formación.
Reuters