Campaña en defensa de un elefante maltratado en Pakistán

Campaña en defensa de un elefante maltratado en Pakistán

(AP Foto/Anjum Naveed)
(AP Foto/Anjum Naveed)

El caso de abuso y maltrato que sufre el elefante Kaavan —confinado durante casi tres décadas a un pequeño encierro en el zoológico de Islamabad— desató una inusual campaña en defensa de los derechos de los animales en Pakistán.

Organizaciones locales e internacionales de los derechos de los animales lanzaron la campaña hace un año después de conocerse que los cuidadores del zoológico golpeaban al elefante y le negaban alimentos. Una petición en línea recibió más de 280.000 firmas y la gente organizó protestas fuera del zoológico. Raza Rabbani, presidente del Senado de Pakistán, pidió a las autoridades que transfirieran a Kaavan a un santuario.

La campaña también ha atrajo atención mundial. Grupos a favor de los derechos animales y celebridades, como la cantante Cher, pidieron que el paquidermo fuera trasladado a una mejor instalación.





Los elefantes son gregarios por naturaleza y los machos pueden llegar a ser agresivos cuando están separados de la manada. Kaavan, que fue llevado al zoológico de Sri Lanka a mediados de la década de 1980, se hizo aún más indomable cuando en 2012 murió la hembra con la que vivía.

Los activistas denunciaron que sus cuidadores respondieron a la agresión natural del animal encadenándole las patas, golpeándolo y confinándolo a un recinto demasiado pequeño.

Sunny Jamil, un activista de una organización local de derechos de los animales, señaló que el ventilador destrozado en el techo del recinto demuestra que su altura era insuficiente. Jamil, quien visita regularmente el zoológico, dice que el recinto puede alcanzar los 40 grados centígrados (100 F) durante el verano y que el elefante recibía poca agua para refrescarse. “Eso es cruel”, afirmó.

(AP Foto/Anjum Naveed)
(AP Foto/Anjum Naveed)

El cuidador del elefante, Mohammad Jalal, de 36 años de edad, dice que “casi nunca” ha visto feliz al paquidermo. Mientras Jalal hablaba, Kaavan se balanceaba hacia adelante y atrás —un indicio de tormento mental— y en cierto momento arrojó un ladrillo a los espectadores. Un camarógrafo de The Associated Press casi fue golpeado.

Los grupos por los derechos animales han pedido al gobierno de Pakistán que reubique a Kaavan en un santuario de animales en Mianmar y han lanzado peticiones para cubrir los costos, pero la oficina local encargada del zoológico se ha negado, tal vez temiendo que perderá visitantes. En lugar de ello, dijo que está trabajando para traerle otra hembra al elefante, dijo Sanaullah Aman, un funcionario de la oficina.

Aman negó las acusaciones de abuso y dijo que se estaban tomando “todas las medidas posibles” por el bienestar de Kaavan, pero no entró en detalles. AP