Zapatero a la cabeza: Los aliados del castrismo contra el referendo revocatorio

Zapatero a la cabeza: Los aliados del castrismo contra el referendo revocatorio

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Estremecedor relato de la copia al carbón de cuando Fidel Castro, Nicolás Maduro (era canciller) y José Luis Rodríguez Zapatero (era presidente de gobierno español) dieron largas y destruyeron el intento de la oposición cubana de celebrar un referendo revocatorio, como lo tienen previsto las dos constituciones, la de Cuba y la de Venezuela. En ambas se trata de un sistema ideado para confirmar al régimen en caso de necesidad.





Por Elizabeth Burgos para Revista Zeta

Difieren las fechas y el espacio geográfico, pero la ofensiva desatada por el grupo que detenta el poder en Venezuela contra la celebración del referendo revocatorio, es una calcomanía de la que se fraguó en Cuba contra el Proyecto Varela, también se trataba de la celebración de un referendo. No debería extrañarnos, pues la iniciativa proviene del mismo centro de poder: La Habana.

Es necesario volver a la historia, porque pese a ser inmediata, la memoria de los responsables políticos es corta: es una grave falta que explica tantos desatinos….

El Proyecto Varela, recibe su nombre del padre Félix Varela y Morales, – personalidad clave de la historia de Cuba del siglo XIX, que se dedicó a la defensa de los derechos ciudadanos y la abolición de la esclavitud, y al contrario de José Martí, sin condicionar esa lucha a la violencia revolucionaria. Inspirado en ese ejemplo, el fundador y líder del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), el democristiano cubano Oswaldo Payá Sardiñas (1952-2012), lanzó un proyecto de referendo apoyándose en la actual Constitución cubana que contempla esa opción, al igual que la venezolana, inspirada de la misma fuente. El proyecto fue redactado entre el año 1996 y 1997, en el que se pedía que el pueblo exigiera la libertad de expresión y de prensa, la libertad de asociación, la amnistía para los presos políticos, la libertad económica, nueva ley electoral y elecciones libres; Payá Sardiñas también creó el comité Ciudadano de Reconciliación y diálogo.

La opción del referendo en la Constitución cubana, no significa respeto a la democracia, sino a efectos de instrumentalizarla en caso de presentarse la necesidad de dar una prueba de “democracia” ante la opinión pública. A un régimen totalitario le es muy fácil poner a votar masivamente a un pueblo doblegado por la necesidad, y teniendo al país por cárcel.

Payá y sus compañeros lograron que los cubanos vencieran el miedo y en lugar de las 11.000 firmas requeridas, presentaron ante la Asamblea Nacional más de 25.000 firmas. Ante el impacto que causó la iniciativa, el gobierno, al igual que hoy sucede en Venezuela, en lugar de dirimir el caso entre el oficialismo cubano y el pueblo cubano, los dos protagonistas del caso, recurrió a sus aliados internacionales, y transformó el asunto en un caso internacional, quitándole el protagonismo al movimiento democrático cubano. Como de costumbre, Fidel Castro lanzó la ofensiva con la artillería pesada. Convocó en mayo 2002 a Jimmy Carter, embajador de los derechos humanos, opuesto al embargo, quien durante el tiempo que ocupó la presidencia de EE.UU. demostró buenas disposiciones hacia el régimen de los hermanos Castro.

A Carter se le permitió en Cuba entrevistarse con disidentes, hablar por la TV cubana, al igual que Barack Obama en su reciente visita a Cuba. No bien Carter abandonó Cuba, Fidel Castro convocó un referendo que instituía el carácter irreversible del socialismo en la isla. En otras palabras, las reformas democráticas exigidas por los firmantes del referendo, no son compatibles con el socialismo. Más de 40 participantes en el Proyecto fueron encarcelados en la primavera 2003, tras haberse desatado una oleada represiva que llevó a prisión a 75 opositores, poetas, periodistas, etc.

Payá Sardiñas prosiguió su misión y lanzó de nuevo el proyecto en octubre 2008. Relanzamiento que fue anunciado en un acto celebrado en Madrid por opositores a la dictadura de los Castro en octubre 2008. En conversación telefónica desde La Habana, Payá Sardiñas dijo que “el nuevo impulso al Proyecto Varela” incluye una campaña internacional para dar viabilidad a la iniciativa a través de una página web. “Son días de especulaciones sobre posibles cambios, pero los cubanos no pueden esperar”, declaró Payá. Añadió que el gobierno lo que quiere es un cambio que “ratifique el totalitarismo y la concentración del poder”. “Quieren matar la esperanza”, concluyó. “Continuaremos en esta lucha en estas circunstancias difíciles. Con apoyo o sin apoyo lucharemos dentro de Cuba para recuperar nuestros derechos”, dijo Payá.

Cuatro años más tarde, el 22 de julio de 2012, a quien mataron fue al propio Oswaldo Payá Sardiñas. El auto en el que viajaba fue embestido por otro, se supone conducido por agentes del G-2. Ya agotadas las maniobras diplomáticas, Raúl Castro, menos dado a las maniobras sibilinas de su hermano y más proclive a las medidas expeditivas, le puso fin a un proyecto pacifico y democrático.

Pero lo interesante, fue el recurso diplomático empleado esta vez por el gobierno cubano para desprestigiar y neutralizar el proyecto Varela.

Puesto que el relanzamiento del Proyecto Varela se celebró en Madrid, durante el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero (el mismo que hoy oficia para neutralizador del referendo en Venezuela), lo que por supuesto no fue un hecho fortuito por parte de Payá Sardiñas, La Habana recurrió, nada más y nada menos, que a Nicolás Maduro, el entonces Canciller venezolano del gobierno de Hugo Chávez, quien había establecidos lazos de amplia complicidad con el de Rodríguez Zapatero, que se traducían en compras multimillonarias de barcos, armas, más los negocios que se manejaban desde la embajada de España en Caracas con el propio canciller español, Miguel Ángel Moratinos.

El grado de complicidad entre ambos gobiernos con respecto a Cuba quedó demostrado en la conferencia de prensa que celebraron en Madrid conjuntamente ambos cancilleres, el venezolano y el español, en relación al proyecto Varela. El Canciller español Moratinos, haciendo gala de una mala fe sin parangón, dijo desconocer el relanzamiento del Proyecto Valera y afirmó que Madrid mantiene su posición de “seguir trabajando, a través del diálogo, con las autoridades cubanas” con espíritu constructivo. Es decir, permitirle al gobierno cubano ganar tiempo; el secreto de su carácter vitalicio.

Por su parte, el canciller venezolano declaró que los promotores del Proyecto Varela en Cuba tienen “poca credibilidad” y “poco prestigio dentro de Cuba, dentro de su pueblo, ni en América Latina. No son tomados en serio en la región (…) no merece mayor respuesta ese tipo de conducta”. Como se ve, Nicolás Maduro no es la primera vez que enfrenta la cuestión del referendo.

Payá Sardiñas reaccionó ante las declaraciones de ambos cancilleres “socialistas” en una carta enviada a la agencia EFE en la que acusó a ambos cancilleres de ofender a los ciudadanos cubanos que apoyan el Proyecto Varela. Maduro “ofendió” a los ciudadanos cubanos que han promovido el Proyecto, “mientras el ministro español lo aprobaba con su silenci,o evadiendo decir la verdad”.

Palabras, por premonitorias, merece se citen en su integralidad : “Maduro y Moratinos no son representativos de los sentimientos de venezolanos y españoles”, dijo el disidente cubano. “Dios quiera que los venezolanos puedan conocerlo y que los medios de difusión que aún tengan alguna libertad allí, lo divulguen para que los venezolanos conozcan los derechos que perderían totalmente” si vivieran bajo un régimen como el cubano, indicó Payá. Prosiguió: “de consolidarse el poder que hoy gobierna Venezuela, los venezolanos serían privados de sus derechos fundamentales” y añadió que “el gobierno de Venezuela necesita que en Cuba persista el totalitarismo porque es su santuario y su modelo, para su proyecto de poder eterno y total”.

Los venezolanos, advirtió, “tendrán que hacer bajo la persecución, un auténtico Proyecto Bolívar, como nosotros hemos hecho el Proyecto Varela”.

“Si el gobierno que representa el señor Maduro pudiera, instalaría en Venezuela un régimen sin derechos como el instalado en Cuba”, afirmó Payá en su carta.

“Ya cuentan desde ahora con la alianza del gobierno socialista español, aliado también del gobierno de Cuba”, agregó.

El gobierno socialista español al que se refiere Oswaldo Payá Sardiñas, era el de José Luís Rodríguez Zapatero, el mismo que hoy oficia de intermediario en el dialogo cuyo objeto es hacerle ganar tiempo a Nicolás Maduro, y hacer que el referendo se convierta en retórica; en un concepto vacío.

La oposición venezolana enfrenta el dilema que conoció Churchill, De Gaulle, y todos aquellos que percibieron el momento de la decisión que cambiaría el curso del fatalismo totalitarista.

 

Elizabeth Burgos es una historiadora y antropóloga nacida en Valencia, Venezuela . Especializada en «etnopsicoanálisis», investigadora de L’École des hautes études en sciences sociales, de París.