El hijo del general en retiro Miguel Maza Márquez, exdirector de la desaparecida central de inteligencia colombiana e investigado por el crimen del excandidato presidencial Luis Carlos Galán, fue asesinado hoy en el norte del país, confirmó el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
EFE
Según informaciones preliminares, el abogado Miguel Segundo Maza, quien prestaba asesoría jurídica a una familia en el municipio de Magangué, ubicado en el departamento de Bolívar, murió en la mañana de este lunes tras recibir varios impactos de bala.
“Ya se envió un pleno equipo de investigación que está allá haciendo ese levantamiento de datos para ayudarle a la Fiscalía en la investigación”, declaró el funcionario en una rueda de prensa en Bogotá.
El ministro aseguró que Maza estaba “desde hace un par de días“, desde el sábado, en Magangué y prestaba asesoría en “un caso que está bajo reserva contra el crimen organizado”.
Versiones periodísticas sobre el hecho indicaron que las autoridades manejan la hipótesis de que dos sicarios, que se desplazaban en una moto, se acercaron hasta una bodega en la que se encontraba la víctima junto a unos clientes y le dispararon.
Una segunda teoría, que aún no descartan los investigadores, es que Maza pudo haber quedado en medio de un asalto a la bodega.
El padre de la víctima, el general en retiro Miguel Maza Márquez, es investigado por el asesinato del excandidato presidencial colombiano Luis Carlos Galán Sarmiento, ocurrido el 18 de agosto de 1989.
Galán, que había denunciado la infiltración y creciente poder del narcotráfico en la sociedad y la política, fue muerto a tiros en una tarima instalada en la plaza pública de Soacha, municipio del área metropolitana de Bogotá.
En la época en la que ocurrió el magnicidio, Maza Márquez era director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), cargo que ocupó entre 1985 y 1991.
El homicidio del político, que se perfilaba como el más seguro sucesor del entonces presidente Virgilio Barco (1986-1990), fue atribuido a una alianza del cartel de Medellín, dirigido por el desaparecido capo Pablo Escobar, con sectores políticos y agentes estatales contrarios a la figura de la extradición.
Galán era enemigo de los carteles de la droga y había prometido que si llegaba a la Presidencia extraditaría a los jefes del narcotráfico a Estados Unidos.