Bañarse todos los días es un error, según científicos

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Para muchas personas una ducha a primera hora es el equivalente a una buena taza de café: la necesitan urgentemente para espabilarse por las mañanas. También los hay que prefieren ese baño nocturno caliente para conciliar mejor el sueño y meterse en la cama aseados y descansados, o, simplemente, aquellos adictos al ‘fitness’ que no pueden marcharse del gimnasio sin darse un agua porque han sudado lo que no está escrito.

Cualquiera de estas alternativas están fenomenal, siempre y cuando no lo hagas a diario. Y no vengas con los ‘es que si no se me ensucia el pelo’ o los ‘si quiero despertarme no me queda otra’, al menos no se lo cuentes a los científicos que no se cansan de decirte que ducharse todos los días es malo para la salud: “Interrumpen los procesos naturales de la piel, el pelo y las uñas, y además supone una gran pérdida de agua habiendo tantas personas en el mundo sin acceso a este bien tan preciado”, resume Teresa Newsome en ‘Bustle’.





1. Ni siquiera estás sucio
A no ser que trabajes como basurero o en una fábrica de productos químicos, lo normal es que a lo largo del día no te llenes de mugre. Hay quienes se duchan todos los días por presión social: creen que de lo contrario el resto de las personas detectarán que no se han dado un agua al momento, y, cuanto más lo piensen, más nerviosos se pondrán y más sudarán. Entonces sí, pueden empezar a heder.

2. Estás acabando con todas las bacterias
Con la ducha diaria eliminas las bacterias, estupendo. No, porque las eliminas todas, hasta las buenas. Nuestro organismo cuenta con la ayuda de una serie de bacterias que se encargan de mantener la piel sana actuando como escudo contra los gérmenes y las bacterias dañinas –sus primas lejanas malas– así como de protegernos de las toxinas de químicos como los jabones, champús, geles, colonias y demás productos de cuidado personal.

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