Dámaso Jiménez: El deshumanizado gigante azul

Dámaso Jiménez: El deshumanizado gigante azul

thumbnaildamasojimenezComo muchos zulianos con suerte nací en el Hospital Universitario de Maracaibo en el prólogo de su rica y pujante historia. Planificado en la época de Marcos Pérez Jiménez fue interrumpido tras la caída de su gobierno, pero retomado e inaugurado en 1960 por Rómulo Bertancourt, en un lapso que duró 10 años, que es el tiempo que lleva el chavismo construyendo un pequeño ambulatorio en la isla de Zapara aún sin inaugurar.

El HUM es uno de los hospitales más grandes del país, mantenido entre un gobierno y otro sin revanchismos ni persecuciones, sin los actos politiqueros de colocar una primera piedra en cada bajada de popularidad, ni retrasos, ni robo intempestivo de recursos. Una obra de esas pensada para siempre, pero que por ahora lucha con un cáncer maligno a sus 56 años, próximos a cumplir el 18 de noviembre.

En 7 años se convirtió gracias al doctor Bernardo Rodríguez Iturbe en el primer hospital venezolano que realizó un trasplante de riñón. De hígado 22 años después con reconocimiento internacional. La primera con una unidad de cirugías hepáticas, biliares, pancreáticas y de transplante de hígado Los quíntuples Prieto Cuervo reventaron el celofán en 1963. La medicina nuclear llegó un poco después. Era limpio y amplio con jardines y correrías, parque infantil, ascensores, camas, equipos, servicios básicos de medicina interna, cirugía y pediatría. Por allí me perdí muchas veces antes de cualquier consulta. Ahora solo es la antesala para despedirse de este mundo.





30 mil personas transitaban a diario entre pacientes, familiares, personal médico, administrativo, enfermeras y estudiantes en una estructura abierta que olía a pequeño avance hacia el desarrollo, con algunos problemitas posibles de solventar, pero para un “más adelante” que ya se ha hecho tan lejano. Era centro piloto y aula viva de clases para los futuros profesionales de la medicina. Un emporio gigante donde era posible recuperar miles de vidas después de rezar.

En 1995 pasa a ser un servicio autónomo (SAHUM) y ya con Chávez disparando su voz de mando termina adscrito al ministerio del poder popular para la salud y por ende convertido en la razón centralista, militarista y castrista por la que el marxismo administra el poder, que no es otra cosa que para destruir y luego usar a cuentagotas el logro ajeno, a fin de sacarle el mayor beneficio político posible.

Todo cambió luego de la invasión cubana de la misión Barrio Adentro hace 13 años. A pesar de la hegemonía comunicacional que hace propaganda sobre recursos invisibles que inflan una cantidad de informaciones de Estado, el HUM no pudo escapar a la crisis humanitaria, la anarquía y el colapso de sus servicios de salud. El otrora centro hospitalario más grande del país, reconocido como la más importante institución científica en la década de los 70 y 80, es ahora una herida dolorosa, infectada y tercermundista en el corazón de Maracaibo.

De noche el hospital yace en penumbras. Cualquier vehículo en el área corre peligro de ser desmantelado. El HUM carece de alumbrado externo como toda la zona a su alrededor.
Llegar hasta alguna de las puertas del edificio es toda una odisea. El personal médico de guardia respira angustiado tanto a su llegada como a la salida. Todos han sido víctimas del hampa, motivo fundamental por la que muchos galenos se han ido, aunque aún quedan algunos que siguen asistiendo y recordando su juramento hipocrático.

La entrada al área de emergencia es punto neurálgico del hampa y la delincuencia. No hay ningún tipo de vigilancia. Nadie llega con los insumos completos para su familiar recluido ahí. No hay agua en ningún baño, no hay gasa y menos una curita, tampoco electricidad en sus pasillos. Los testimonios adentro son propios de personas entregadas a la tristeza y al olvido. Dicen que prefieren irse a sus casas porque no les inyectan ni un antibiótico. Duermen con un ojo abierto porque son víctimas de robo en su lecho de enfermo. “Sinceramente aquí viene uno a morirse”, es la frase con mayor desparpajo que pueda escucharse entre una improvisada camilla hecha con sillas y el siguiente paciente que yace en el piso.
En octubre pasado en su programa “En Contacto con Maduro”, el presidente de la República, anunció la aprobación de 530 millones de bolívares como parte de un fondo especial creado por intermedio de una Ley Habilitante denominado fondo Seniat, que es alimentado por la recaudación tributaria nacional, porque los recursos del petróleo ya no dan abasto, el oro desapareció, mientras el Fondo y hasta el Tesoro Nacional se los rasparon. Nadie sabe a ciencia cierta qué se hicieron esos recursos ni hay máquinas de rayos X que pueda detectarlos.

Recientemente el diputado William Barrientos presentó un video en el Parlamento nacional que evidencia claramente las pésimas condiciones de salubridad que hacen metástasis en ese organismo, de niños afectados por la desnutrición y el clamor de las madres haciendo un llamado al gobierno para que acepte la ayuda humanitaria internacional, porque no hay forma ni manera de encontrar una fórmula ni un frasco de medicinas en ninguno de los 9 pisos del descascarado edificio..

Ni siquiera en los patios convertidos en vertederos de desechos quirúrgicos que pueden observarse desde los pisos más altos del edificio del rectorado de LUZ.

Según el testimonio reciente de una enfermera, recogidas por el diario Panorama, el HUM alberga actualmente 17 niños con algún grado de desnutrición. El Universitario como el Chiquinquirá son los 2 centros de salud que albergan la mayor cantidad de casos graves de desnutrición en niños y adultos por falta de comida.

La situación se torna cada vez más peligrosa y lo más grave es que las autoridades regionales ya no pueden silenciar ni ocultar las imágenes de niños desnutridos que pueden terminar en una pandemia en el caso del Universitario.

Los propios médicos han decidido destapar el grave estado en que laboran ante la carencia de elementos de higiene mínimos, ya sea por la cantidad de baños colapsados, la falta de agua y la falta de comida, ya que solo sirven dos platos llenos de arroz sin ningún tipo de proteínas.

Qué lástima que ninguno de los funcionarios del gobierno que tanto niegan la crisis humanitaria que sufre el país, se nieguen a visitar la despojada gloria del deshumanizado gigante azul.

@damasojimenez
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