Abran Paso, por Juan Pablo Guanipa

Abran Paso, por Juan Pablo Guanipa

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La juventud venezolana ha marcado pauta en las diferentes circunstancias vitales por las que ha pasado nuestra república. En la gesta de nuestra independencia, nuestros líderes eran literalmente muchachos llenos de esperanzas y de ganas de lograr un país de libertades. En esa lucha, además de Bolívar y Sucre, destaca la Batalla de La Victoria, aquella que bajo el mando de José Félix Ribas y luego con el auxilio de Vicente Campo Elías, sirvió para que centenares de jóvenes estudiantes universitarios y seminaristas, dejaran su sangre y su vida en nuestras tierras para ofrecernos a todos la libertad. Así podemos recorrer cada década, pasar por las luchas de las generaciones del 28, del 36, del 58, y encontrar diversas actuaciones enmarcadas en la búsqueda de la democracia y la reivindicación de la participación ciudadana. Las de quienes nacimos luego del 23 de enero de 1958, somos las generaciones que no conocemos como experiencia de vida la guerra civil o las dictaduras.

Este momento que vive el país es decisivo en la acción por evitar que un régimen no democrático intente hacerse dueño de Venezuela y de sus ciudadanos. Lo que este gobierno ha traído al país es violencia, irrespeto a la democracia, desabastecimiento, inseguridad, malosservicios públicos, inflación, desolación, desesperación. Que dos millones de venezolanos hayan decidido irse a buscar otros derroteros y otras oportunidades es una muestra de la gravedad de lo que estamos viviendo. Este siempre fue un país de inmigrantes y esta gente lo ha convertido en uno de emigrantes. Quince mil médicos, todos formados en universidades nacionales con recursos del estado venezolano, han tomado la decisión de irse. No consiguen en nuestra patria la oportunidad de desarrollar dignamente su profesión. Los jóvenes sienten que no hay oportunidades de estudio, de trabajo, de desarrollar sus talentos y potencialidades. Por eso muchos se han ido. Pero también muchos, la mayoría, han decidido quedarse y dar la lucha aquí y ahora. Para todos mis respetos





A quienes han decidido quedarse aquí, quiero estimularlos para que asuman la responsabilidad de abanderar la tarea de lograr el cambio y construir una patria mejor. Estoy seguro de que los jóvenes están decididos a trabajar en ese sentido. No están pidiendo, están exigiendo que les abran paso, están ellos mismos abriéndose paso porque están muy claros en que este es un gran país, pero más conscientes de que por el camino que llevamos no alcanzaremos algo bueno para quienes en este territorio habitamos. Así que esta es una juventud que está plenamente consciente del rol que le toca jugar en la Venezuela de hoy, en esta Venezuela que tenía casi setecientas mil empresas cuando este gobierno comenzó y que ahora cuenta con unas trescientas veinte mil, no va a desmayar en su esfuerzo para lograr una sustitución democrática de este régimen oprobioso, pero ya logrado ese cambio de gobierno, poner las bases de un gobierno de amplitud nacional en el que todas las fuerzas motrices sean invitadas a la reconstrucción del país, a la recuperación del aparato productivo, a la generación de empleo de calidad, así como a la reinstauración de la descentralización como política del estado venezolano que permita redistribuir las competencias y recursos y que logre que la solución de los problemas esté donde ellos se producen y no en las grandes capitales.

Los jóvenes de Venezuela saben que son el presente y futuro de nuestra nación. Están claros en que de lo que ellos hagan depende el porvenir de la patria. No buscan un mesías y asumen que toda solución pasa por su acción directa y concreta en esta lucha que es día a día. Nuestros jóvenes impulsan el revocatorio y saben que de esta gesta saldrá definido el futuro de nuestro país. Un futuro que estará lleno de oportunidades y que nunca olvidará estos diecisiete años signados por lo que nunca debió pasar. ¡Venezuela es grande!