Tips para disfrutar de Río de Janeiro como todo un local

Tips para disfrutar de Río de Janeiro como todo un local

Tal vez sea difícil conocer Río de Janeiro como un verdadero local en medio de los Juegos Olímpicos, porque la ciudad está llena de turistas y, hoy en día, entre las guías alternativas de Traveler, las redes sociales, Tinder y ‘couchsurfing’ resulta difícil guardar los secretos de cualquier ciudad del mundo. Pero incluso así, hay ciertos planes de ocio, divertidos y variados, que te harán entender por qué la mayoría de personas que viven en la ‘Cidade Maravilhosa’ están enamoradas de una ciudad que ofrece una rutina que es exactamente lo contrario a una rutina. Traveler.es

1. DESAYUNO EN EL PAO DE QUEIJO, EN SANTA TERESA

Aunque Santa Teresa es un barrio siempre frecuentado por turistas, mantiene la esencia bohemia entre sus calles empedradas, casas coloniales y exuberantes árboles tropicales con macacos pequeños que siempre agradecen un pedazo de comida. Alrededor del Largo dos Guimarães se concentra toda la vida social del barrio, con sus bares llenos de noche cualquier día de la semana y un ambiente de fiesta que empieza por la mañana cuando es domingo. Para arrancar el día con energía, nada mejor que probar el mejor pan de queso de la ciudad, un producto típico de Minas Gerais muy difícil de encontrar con la misma calidad en Río de Janeiro e ideal para tomar con el buen café que allí mismo ofrecen. La excepción es un bar que no tiene ni nombre, pero que conocen como açaí (especie de helado hecho con fruta amazónica que proporciona mucha energía) o pan de queso. Está justo enfrente del Cafecito, una cafetería muy bonita pero más cara y frecuentada por turistas, en la calle Pascoal Carlos Magno 121.





2. DE COMPRAS POR EL SAARA

En el centro de la ciudad, se formó hace 50 años un barrio comercial fundado por inmigrantes árabes que al cabo de un tiempo se mezclaron con comerciantes judíos. Es un lugar único para comprar baratijas durante la semana y los souvenirs olímpicos estarán allí mucho más baratos que en las tiendas oficiales. Ideal también para quien va corto de camisetas, pero sobre todo para los curiosos a los que les gustan las multitudes y ‘perder’ el tiempo curioseando todo tipo de productos. No apto para amantes del lujo, la alta costura y la calidad, pero sí para almas creativas que se quieren disfrazar o coser sus propias ropas con tejidos extraños.

Diez pistas para vivir Río de Janeiro como un local
Compras ‘creativoalternativas’ en Saara/ Alamy Stock Photo

3. EXPOSICIONES DEL CCBB

El Centro Cultural del Banco do Brasil tiene siempre las mejores exposiciones de la ciudad. Picasso, Dalí y, por supuesto, los mejores artistas brasileños han pasado por allí. Durante los Juegos, además de una muestra de cine japonés, se puede disfrutar la exposición El triunfo del color, con obras impresionistas y post-impresionistas de 32 artistas diferentes, entre ellos Van Gogh, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Cézanne, Seurat y Matisse. Los brasileños pueden tener fama de no ser muy cultos, pero la verdad es que las muestras del CCBB siempre están a tope de gente de todas las clases sociales. Es gratis, cierra los martes y se encuentra en pleno centro de la ciudad, en la calle Primero de Marzo 66.

Aprovechando que uno está por la zona, vale la pena echar un ojo a la imponente fachada del Teatro Municipal, imitación neoclásica de la Ópera de París, tomarse un café en la Librería Cultura o en la Travessa, dos de los mejores cafés-librería de la metrópolis, acercarse a la zona portuaria y conocer dos museos más como el Museo de Arte de Rio (MAR) o el estrafalario Museo do Amanhã, con forma de nave espacial que se adentra en el mar. También resultan interesantes el de la Caixa Cultural y el MAM (Museo de Arte Moderno), también en el centro; y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Situado en la localidad vecina de Niteroi y diseñado por Óscar Niemeyer, el MAC parece un ovni circular con unos ventanales que te ofrecen una vista privilegiada del mar y de Ríoo de Janeiro.

4. UN PARTIDO DE FÚTBOL CON BARBACOA EN EL ATERRO DE FLAMENGO

Si hay algo que los cariocas tienen incorporadísimo en su rutina, especialmente la del fin de semana, es el deporte. Y, claro, el fútbol se lleva la palma. Los campos de fútbol de hierba del Aterro do Flamengo, uno de los parques más grandes de América Latina, funcionan 24 horas. Uno puede llegar a las 02.00 h y ver a 22 cariocas echando una pachanga, mientras los amigos que esperan al lado están bebiendo cerveza y atiborrándose de carne en una barbacoa, conocida por los brasileños como ‘churrasco’. Si lo que te gusta es el baloncesto, el vóley, correr, ir en bicicleta o, incluso, ponerte mazado con pesas, también encuentras esa opción en este parque maravilloso lleno de enredaderas y árboles más propios de una selva remota que de una ciudad de seis millones de habitantes.

Diez pistas para vivir Río de Janeiro como un local
El increíble interior del CCBB/ Alamy Stock Photo

5. PICNIC Y ATARDECER EN LAGOA

La Lagoa Rodrigo de Freitas es un enorme lago en medio de RÍo de Janeiro desde el que se ven también algunos lujosos bloques de pisos y las montañas más sinuosas de la ciudad. Un plan muy carioca es hacer un picnic al mediodía en el césped y después ver desde allí un atardecer de colores. Las opciones son múltiples: en el parque alrededor del lago hay canchas de baloncesto, de fútbol, los bares de cócteles más de moda de la ciudad (como elPalaphita) y el perímetro de carril-bici es ideal para pedalear o patinar. También hay patinetes marítimos, clases de remo y, durante los Juegos, la competición olímpica de esta disciplina

6. TRILHA y tapioca en Vidigal

Olvídate de la palabra caminata. El trekking tiene una palabra específica en portugués que, en cuanto la conozcas, no querrás usar otra: trilha. Las trilhas forman parte de los cariocas más deportistas y aventureros, puesto que la ciudad está trufada de imponentes montañas, o ‘morros’ como ellos los llaman, desde los que uno se desmaya con un buen Síndrome de Stendhal al avistar unas panorámicas inolvidables de la ciudad. La de Gávea, la Vista Chinesa, la Pedra Bonita y el Pan de Azúcar son algunas de las mejores. Pero la trilha de Dois Irmãos, dentro de la favela de Vidigal, ofrece además la posibilidad de conocer la comunidad más pacífica y cool de Río de Janeiro. Te sentirás como un local preguntando a los vecinos por dónde se entra. La pista es que está bien arriba y cerca del Avraão, nombre que recibe una plazoleta con un gran árbol casi en la cima. Allí podrás llegar en mototaxi (otra experiencia genuina), en taxi o en unas furgonetas públicas que suben y bajan el morro. Una vez allí, tendrás que volver a preguntar por la trilha de los Dois Irmãos, que es un poco empinada y dura unos 45 minutos. A la vuelta, en la parte alta de la favela, evita los caros y masificados restaurantes turísticos recientemente inaugurados y pregunta por la Tapioca de Vidigal, una deliciosa especie de crep hecha con una harina especial de mandioca que te devolverá las fuerzas.

Diez pistas para vivir Río de Janeiro como un local

Una ‘trilha’ en Dois Irmãos

Alamy Stock Photo

7. ALTINHA Y LONGBOARD EN LA PLAYA DE IPANEMA

Esta playa puede parecer el plan más turístico y menos local, pero realmente los ciudadanos de Río adoran frecuentarla por su intensa vida social. Pasear en longboard ya es un clásico del carril-bici que tiene al lado, pero lo más genuino es ponerse a dar toques de bola en la orilla del mar al atardecer, o jugar a la altinha, como dicen los cariocas. Surf, bodyboard, cuerda bamba, pesas y aparatos de ejercicios, además decaipirinhas, mates helados y quesos asados, son otras opciones de un buen día de playa. Cerca del puesto 9 está el punto gay de la playa y camino al puesto 10 la gente ‘bonita’ y los alternativos con pasta. En la praia do Diabo, cerca de la roca del Arpoador, las mejores olas del barrio para surfear.

8. ECLIPSE 24 HORAS

Puede que no sea el mejor restaurante de la ciudad, pero el Eclipse es uno de los pocos bares que abre las 24 horas del día en Río de Janeiro. Todo es aceptable y, si bien no es barato, los precios son asequibles especialmente a ciertas horas en las que uno se muere por hincar el diente a un pedazo de carne, pongamos picanha que es la más tradicional.Un rodizio de carne como el Fogo do Chão, donde los camareros van pasando con carne pinchada para comer hasta morir por un precio fijo, es otro clásico de la culinaria carioca.El prato feito (plato combinad) y la comida a kilo son las opciones baratas ideales para el mediodía. Por la noche, todo tira más para el boteco, como se llaman los bares de aperitivos y cervezas. El buñuelo de bacalao, conocido como bolinho, o la coxinha, un plato frito hecho de pollo que está bastante bueno, son las estrellas entre los aperitivos, aunque servidor recomienda mucho el aipim con carne seca.

Diez pistas para vivir Río de Janeiro como un local

‘Altinha’ en Ipanema

Alamy Stock Photo

9. BAILE CHARME DE MADUREIRA

Lejos de los planes típicos de turista y del centro de la ciudad, un puente sirve de cobijo para una de las fiestas más vanguardistas de la ciudad. Se trata del baile charme, un invento de las periferias negras de Río que va creando coreografías sobre canciones de R&B de una forma tan espontánea que parece imposible que decenas de personas estén bailando casi lo mismo al mismo tiempo con un ritmo y un flow que no se puede aguantar. Pero este baile es además un desfile de moda black tan genuino como el antiguo Bronx. No habrás visto algo igual en la vida. Necesitarás mucho ritmo y coordinación, eso sí, para hacer algo más que mirar asombrado y unirte al baile.

10. CERVEZAS EN PLAZA SAO SALVADOR Y SAMBA EN LA VACA ATOLADA

La noche de Río no se termina nunca y, obviamente, uno siempre se acaba dejando caer porel loco y festivo barrio de Lapa. Existe una placita de lo más encantadora para antes de desmadrarse o para aquellos que prefieren no hacerlo. La Plaza Sao Salvador a veces sorprende con conciertos o actos de todo tipo: cualquier día de la semana entre las 20.00 y las 02.00 h tiene a decenas de personas bebiendo cerveza y charlando de pie, a veces como calentamiento prefiesta, a veces simplemente como lo que se llama un plan ‘de tranquis’. Lapa tiene su epicentro festivo con bares que están a tope de turistas y luegotiene tres rodas de samba a su alrededor que muy pocos conocen. O, al menos, muy pocos turistas. Espero no estropearlo con este texto, pero el bar de la Vaca Atolada, en la rua Gomes Freire 533, el Pede Teresa, al final de esta misma calle pero al aire libre, y el acogedor y mítico bar bohemio del Boteco do Rato están aún por explotar. Disfrútalos mientras sea así.