Los “leading indicators” y Nicolás: ¡Pa’fuera va! Por David Morán Bohórquez

Los “leading indicators” y Nicolás: ¡Pa’fuera va! Por David Morán Bohórquez

REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

 

Un indicador es algo que se puede utilizar para predecir futuras tendencias financieras, económicas, sociales, incluso deportivas. Por ejemplo, las estadísticas sociales y económicas publicados por fuentes acreditadas, tales como departamentos gubernamentales son indicadores. Indicadores populares incluyen las tasas de desempleo, las viviendas iniciadas , índices de inflación y la confianza del consumidor. En el beísbol, por ejemplo, tenemos el promedio de bateo. En repostería, la cantidad de ingredientes.

Hay una clasificación sobre los indicadores, que los agrupa en tres tipos: Leading, lagging y coincident.





Leading (adelantado) dan señales sobre eventos futuros. Por ejemplo, en finanzas, una clasificación de riesgo de un bono.

Lagging (rezagado) es aquel que sigue a un evento. Su importancia está en su capacidad para confirmar que un patrón está ocurriendo o a punto de ocurrir. Por ejemplo, un aumento en la tasa de desempleo indica que la economía está ha estado funcionando mal.

Coincident (coincidente) indican lo que está ocurriendo en ese momento. Por ejemplo, la velocidad es un indicador de la tasa de desplazamiento, el ingreso personal de la condición económica o la luz roja del semáforo que coincide con el paso peatonal.

En análisis estratégico utilizamos los leading indicators ampliamente, y dependiendo de la habilidad del analista y de la calidad de los datos, pueden dar pronósticos situacionales suficientemente buenos. Se asemejan a lo que en estadística se conocen como variables proxy, aquellas que tienen un fuerte correlación con el valor inferido.

Como todo gobierno marxista, el de Chávez y también Maduro se ocuparon de desaparecer las estadísticas oficiales que indican la situación del país. Las estadísticas de muertes por homicidios, la electricidad generada y distribuída, las pruebas de la calidad de agua potable, el acero producido en las acerías estatales, la inflación y el índice de escasez. Las variaciones del Producto Interno Bruto, la producción de cemento son ejemplos. Pretenden que al ocultar los indicadores, sus afirmaciones, cualesquiera, sean verdades absolutas, incontrastables.

Por eso las sociedades se defienden creando indicadores, que si bien no son oficiales, miden suficientemente bien lo deseado. El precio de la canasta familiar del Cendas es un proxy excelente de la inflación en alimentos que el gobierno oculta.

Los leading indicators y la capacidad de Maduro de completar el período presidencial (renuncia, RR, constituyente, etc)

Los leading indicators tienen, en mi experiencia, capacidad de anticipar en un término de 6 a 9 meses eventos futuros. Les traigo algunos indicadores, que de hecho informaron tempranamente los resultados futuros.

 

MaduroHabilitantesYdecretos

 

La gestión de Maduro y la economía: Utilicé las leyes habilitantes como proxy del fracaso seguro de la gestión del gobierno en economía, ya que dejan claro la intención de “gobernar” la economía, sin respetar sus principios básicos. Sus resultados predecibles eran aumento de la escasez, del desempleo y la inflación. También caída de la inversión. Ello aumentaría el malestar de la gente lo que afectaría el resultado electoral. Y sucedió. Con las habilitantes y los decretos (negados por la nueva AN) la economía venezolana colapsó. El PIB per cápita en 2013 cayó -0,06%, en 2014 -5,2%, en 2015 -6,96% y el pronóstico para este año es de -10%. La inflación salió de control, en 2013 40,6%, en 2014 62,2% en 2015 122% y se pronostica 700% o más para 2016 según el Fondo Monetario Internacional.

Maduro y el resultado electoral: El malestar de la gente aumentaría, lo que tendría influencia en el resultado electoral. El régimen trató por todos los medios de retrasar las elecciones parlamentarias, hasta que el preso político mas prominente del planeta, Leopoldo López emprendió una huelga de hambre por 30 días, levantándola finalmente el 23 de junio de 2015, luego que se anunciara la fecha de las elecciones parlamentarias

A pesar que el régimen desplegara una descomunal campaña propagandista sobre su supuesta mayoría y violara todos los aspectos de competencia electoral justa, con su ventajismo, los resultados fueron los esperados: La oposición obtuvo 2/3 de los curules. El malestar popular se expresó. Los antecedentes lejanos como su mínima victoria sobre Henrique Capriles en 2013 y la brutal represión a las protestas de 2014 ya señalaban su debilidad popular y su escasísimo talante democrático. Las alarmas internacionales comenzaron a sonar. El retiro de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del  Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (CIADI) habían prendido las alertas.

Maduro, Delcy y las relaciones internacionales: El nombramiento de Delcy Eloína Rodríguez marcaría el declive definitivo del apoyo internacional a la “revolución”. Desde noviembre de 2014, cuando fue nombrada, el régimen desplegó una suicida “diplomacia de barricada” (pendenciera e insultante) que demolió apoyos y notables fracasos, como nuestro legítimo reclamo territorial sobre el Esequibo, el cierre y militarización de las fronteras con Colombia, la expulsión de colombianos. Como un carrito chocón se encuentra querellado con los gobiernos de Argentina, Paraguay, Perú, Brasil, España, Canad, EEUU, Guyana. Ayer la cancillería de Ecuador pidió explicaciones al régimen de Maduro por la expulsión de una delegación de políticos ecuatorianos invitados por la oposición venezolana.

El Proxy del número de generales/almirantes: Las Fuerzas Armadas son un espejo del país. No son marcianos. La ultrapolitización con la pretensión de convertirla en su guardia pretoriana de Hugo Chávez la debilitó y mucho. Hoy es una institución que la gente no respeta, la considera corrupta, cuando hace 17 años la consideraba incorruptible. Maduro, al ascender a generales/almirantes a un número impensable de oficiales, pone al descubierto el poco apoyo que recibe de ella, su mala praxis gerencial, sus miedos y la necesidad de “comprarlos” En 2013 Maduro ascendió a generales/almirantes a 189 oficiales, en 2014 a 229, en  2015 a 145 y 2016 a 195. Un total de 758 nuevos generales/almirantes en apenas cuatro años. Como referencia, en los años de los gobiernos democráticos ascendían a generales/almirantes unos 7-10 por promoción.

Maduro y las cadenas de televisión y radio: En el año 2013 Maduro acumuló 169 horas en cadena nacional, un promedio de 28 minutos diarios. En 2014 acumuló 174 horas, en 2015 146 horas y desde enero hasta mayo de este año 81 horas, para un promedio de 32 minutos diarios. El apagar la información para imponer su versiones de las cosas es un claro síntoma de debilidad en la retórica oficialista y de la debilidad de las instituciones. ¿Qué dice Maduro en las cadenas? Consignas y desacreditar a la oposición.

Maduro y el informe de Almagro: Se le puede considerar un molino en el centro del tablero regional y sin duda un “Leading Indicator”.  El gobierno de Maduro le dió credibilidad al atacar personalmente al Secretario General (“El peor empleado de un Mc Donalds”, entre otras linduras) en vez de contrastar y corregir las afirmaciones que ahí se hicieron. Desde que fue presentado ante el Consejo Permanente de la OEA el pasado 23 de junio, los hechos lo han reforzado, es decir, “el molino lo que ha hecho es recoger agua”. En apenas 2 meses, en la región crece el interés por aplicar los mecanismo establecidos en la Carta Democrática de la OEA en Venezuela.

Maduro y las protestas populares: En noviembre del año pasado Maduro vociferaba que si la oposición ganaba la Asamblea Nacional #se iría a las calles junto a las Fuerzas Armadas”. Como otras tantas veces Maduro mentía tratando de intimidar a la ciudadanía venezolana. Lo cierto, es que la cantidad de protestas populares por alimentos, servicio de agua potable y electricidad, derechos civiles y por inseguridad se incrementan en los dos últimos años. Según cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en el primer semestre de 2016 se registraron 3507 (19 diarias) protestas en el territorio nacional, un 24% más que en el primer semestre de 2015. En julio de este año se registraron 662 protestas (22 diarias) en el país, un 31% más que en julio de 2015 cuando el número de protestas llegó a 506. De enero a julio de 2016 se han registrado 537 intentos de saqueos.

Maduro y los falsos positivos: Es un indicador del terrorismo de estado, una condición que tiene un “pico” es su utilidad disuasiva y que luego pierde efectividad para convertirse en un enorme pasivo para sus practicantes. Los falsos positivos buscan crear un ambiente de violencia, de extrema necesidad para los gobiernos débiles para así hacer razzias entre los opositores. El caso del fiscal Franklin Nieves sobre su participación en el juicio a Leopoldo López es patética. Es una espada que se desenvainó. Muy recientes están los falsos positivos contra activistas de Voluntad Popular como Gabriel San Miguel y Francisco Márquez y el alcalde de Maturín Warner Jiménez. Durante el año 2014 Maduro utilizó intensamente falsos positivos en contra de estudiantes que protestaban. El gobierno de EEUU reaccionó con una ley que confisca los activos que tengan en EEUU los violadores de DDHH en Venezuela que sean señalados en una lista. Ya 8 funcionarios fueron sancionados.

El lenguaje vulgar, el carómetro y las concentraciones: Es un proxy importante. Señala el estado de ánimo, agobio, en fin, la voluntad de apoyar al gobierno. Mientras más vulgar se hace Maduro, como viene sucediendo, mayor es su frustración en el poder. Las caras que presenta la oligarquía en el poder indican sus angustias. Sus discursos son agresivos, cargados de belicismo, llenos de consignas, sin señalar futuros prósperos porque simplemente no lo creen capaz. Las concentraciones oficialistas, obligatorias, son cada vez menores en asistentes, en entusiasmo, en fin, lastimosas.

Maduro y el RR: Maduro trata a como de lugar de evitar la realización del constitucional Referendo Revocatorio Presidencial. Un intento inútil, porque de hecho ya se dió el pasado #6D. En aquel entonces Maduro contaba con un apoyo del 40% de la población. Ocho meses después su apoyo cayó 50% a apenas un 20%.  Y todos los “leading indicators” señalan que seguirá cayendo. Con más del 90% de los venezolanos que creen en el voto -no en la violencia- como mecanismo de dirimir diferencias, Maduro no tiene opciones futuras: O elude por poco tiempo el poder constituyente del pueblo venezolano o se somete a una consulta popular.

Sus miedos lo delatan, su pobre gestión lo hace responsable. Lo he dicho muchas veces, Maduro ha sido el presidente más violento que ha tenido nuestro país. También el menos exitoso. Tal como hizo en noviembre de 2015, adelanta una campaña que busca bañar de violencia política el país. No lo logrará. Desde mayo la disciplina política de la MUD lo ha ido acorralando. Tiene dos días “chacumbelizándose”, convirtiendo la Toma de Caracas de la oposición en una batalla final, en una intentona para derrocarlo. Delira. Cualquier disparo mal habido lo condenará internamente. Entonces tendría que disparar a matar por años. No sucederá, no vale tanto.

Después del #1S vendrá el #2S, y luego el #3S, como atinadamente escribiera Fausto Masó. De su comportamiento dependerá su futuro en la presidencia, que todos los leading indicators indica que será desalojado tempranamente.

Vean la historia de los países que han sufrido escasez, decrecimiento, inseguridad, violencia de estado e hiperinflación. Son muchos los casos recientes.

@morandavid