Se dirigían a una práctica de la disciplina deportiva y como el Gobierno Bolivariano necesita “falsos positivos” para justificar cualquier tipo de acción en contra de la oposición, esta vez arremetieron contra dos practicantes de “airsoft”.
Y lamentablemente, esta no es la primera vez.
Ya hace más de dos años, el conductor del programa de Venezolana de Televisión, Diosdado Cabello, acusó al General Vivas de tener un “arsenal de armas de guerra”, evidencia que sacó de una página gringa sobre productos de “airsoft”.
El “airsoft” es un juego y deporte de estrategia basado en la simulación militar. Se utilizan réplicas de armas de fuego —también llamadas ALD (arma lúdico-deportiva)—, que disparan pequeñas bolas biodegradables de 6 u 8 mm de diámetro. Los escenarios y el equipamiento son similares a los que se podrían encontrar en un combate real: los campos de batalla suelen tener muros, búnkeres, trincheras, torres, vehículos y otros elementos para aumentar el realismo. El término “airsoft” proviene del inglés y se podría traducir como “aire suave”, haciendo referencia a la alta velocidad pero baja potencia a la que es disparada la inofensiva munición.
Hace dos años, los representantes de la Asociación Carabobeña de Airsoft (ACA) aclararon que no son paramilitares como lo insinuó el presidente de la Asamblea Nacional de aquel momento, Diosdado Cabello, que entrenaban dentro de las instalaciones de la Universidad de Carabobo. “Somos gente grande jugando a pistolitas”, dijeron en esa oportunidad.
El mismo Cabello acusó como “sicario” y “mercenario” a Alejandro Márquez, mostrando fotos donde aparecía vestido de uniforme de camuflaje y con arma de juguete, atuendos típicos del deporte que practicaba, el “airsoft”.
La Federación Venezolana de Airsoft (FVA) rechazó en un comunicado las acusaciones de Cabello afirmando que no estaba en un “movimiento de desestabilización”, y aclaró que ese deporte no tiene “orientación militarista”.
Hoy vuelven a atropellar a dos venezolanos. Esos que ni pueden con la delincuencia del país más peligroso del mundo, no saben distinguir armas “de jueguete” de las verdaderas.