Juan Guerrero: La larga marcha

Juan Guerrero: La larga marcha

juanguerreroAl momento de escribir este artículo (martes 30 de agosto de 2016, 2:08 pm) la tensión por los sucesos del jueves 1 de septiembre, va en aumento.

Una encuesta dada a conocer por Datincorp, ayer por la tarde, indicaba que poco más del 34% de la población asistiría a la llamada Toma de Caracas. De ser cierto, indicaba el analista, eso representa cerca de 1.200.000 personas, de la población total de Caracas quienes muestran su interés por participar en la protesta.

A eso habría que agregarle el contingente de población que vendría de las ciudades y pueblos del resto del país. Estaríamos hablando de poco más de un millón y medio de ciudadanos en la capital de la República, tomando calles, plazas y avenidas.





Lo importante de esto es que la población venezolana está percibiendo la protesta como un acto cívico, pacífico, para presionar al Estado (Presidente de la República-Consejo Nacional Electoral) y lograr cambios significativos en su cotidianidad.

Algo similar se espera ocurra en las capitales regionales. Todo esto indica que existe una estrategia en el liderazgo opositor para lograr que el Referendo Revocatorio contra el presidente, se realice este año.

Pero si bien los líderes opositores presionan para lograr su objetivo político, una significativa población que participará en la Toma busca otras metas. Y estas son compartidas por la casi totalidad de la población venezolana (83%) incluso de sectores chaviztas.

La presión social está buscando respuestas a tres inmensas urgencias: alimentación, medicinas y seguridad ciudadana. Ante esto, la respuesta que ese día pueda darse no va a satisfacer las aspiraciones de ningún sector.

Y esto porque el jueves no será un día de negociar nada. Tampoco la presión social logrará que se satisfagan sus tres urgencias, que desde hace varios meses se agudiza a una emergencia humanitaria.

Lo que sí se va a lograr es que de manera definitiva la ciudadanía demostrará su tradición e indeclinable vocación democrática. Además, se demostrará que la oposición es definitivamente mayoría y que el oficialismo se quedó sin liderazgo real ni pueblo.

Este día es significativo y además, simbólico porque es la primera vez en la historia moderna venezolana, que la capital de la república estará “tomada” por sectores de la población venidos de todos los sitios del país.

La marcha hacia la capital comenzó hace ya varios días. Lo hizo un solitario sacerdote desde el Oriente. Casi al mismo tiempo, desde Amazonas, un grupo de indígenas comenzaron su trayecto. Después apareció un maestro, desde Guanare. Más adelante cuatro jóvenes en sus sillas de ruedas, desde Barquisimeto. También tres médicos, desde Valencia. Unos diputados desde Píritu.

Todos ellos realizan su viaje “a pie” sin mayores equipajes. Eso ha potenciado a su paso por ciudades y caseríos, la solidaridad y el acompañamiento. La larga marcha ya no es un asunto de líderes políticos agrupados en alguna organización partidista. Se está convirtiendo en un movimiento más amplio. Ahora son grupos de vecinos, gremios, asociaciones de profesionales, familias, vecinos quienes se agrupan por algo más trascendente.

Es posible que después del 1 de septiembre el país pueda seguir como hasta el presente. Sin embargo, lo que ocurrirá en el fondo de todo va a dejar una clara y significativa enseñanza a todos: la sociedad venezolana no está y nunca lo ha estado, callada ni menos adormecida. Las encuestas y las Ong’s lo han estado diciendo de muchas maneras. Huelgas, paros, marchas, manifestaciones, protestas que todos los días, de lunes a domingo, y de mañana, tarde y noche, se realizan en todo el país, han llevado a esta gigantesca e histórica marcha que sin duda, nadie podrá rebatir.

En lo personal no sé lo que vaya a ocurrir, ni ese día ni después. Eso lo dirán los adivinos. Pero de lo que sí estoy seguro es que el régimen, al verse acorralado, actuará como debe hacerlo cualquier régimen antidemocrático: autoritario, militarista, abusivo y arbitrario.

Pero los ciudadanos sabremos también que la ruta trazada por el régimen con su “plan de la patria” revolucionario-socialista no es la solución a la emergencia humanitaria. Quedará en la consciencia de los ciudadanos la imperiosa necesidad de buscar otro presidente y que sea para este mismo año.

Con la marcha y Toma de Caracas, los ciudadanos demostraremos nuestra civilidad y contundente rechazo a un régimen abusivo, corrupto y profundamente fascista.

(*) [email protected] TW @camilodeasis IG camilodeasis1