Nacieron trillizos en San Cristóbal (fotos)

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Elías, Emmanuel y Esteban son los trillizos que nacieron -o empezaron a nacer, dijo su madre-, el lunes, a las cuatro y veintinueve minutos de la tarde, en el hospital del Seguro Social, en Santa Teresa, publica La Nación.





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Ese acontecimiento ocurrió tras diecisiete años de que en ese hospital no había un nacimiento de trillizos. El doctor Domingo Casaño, jefe del área de Ginecobstetricia, comentó que lo normal es que un parto sea de un solo niño. De dos, es raro, pero lo es más el nacimiento de trillizos. No obstante, informó que el miércoles nacieron morochos, y este jueves hubo otro parto gemelar en ese centro asistencial.

Las autoridades del Seguro estaban preocupadas, ayer, por una especie de acoso contra la madre, Carmen Palencia -una costurera de treinta y ocho años de edad y quien ahora tiene nueve hijos-, porque por las redes sociales personas inescrupulosas han anunciado que los quería dar en adopción, y por teléfono señaló, “lo único que ha faltado es que me pregunten en cuánto los vendo. A mí me molesta eso”. La cefalea no se le aliviaba, por lo que -indicó Palencia- estaban viendo si le ponían un parche para reducirle el dolor.

— Eso es pura mentira de la gente. Cómo se les ocurre que voy a dar a mis príncipes, no. El que quiera darme una ayuda, bienvenida será, pero a mis príncipes yo los amo. Me cuidé todo mi tiempo de embarazo, desde el primer día que supe que estaba embarazada, muchísimo, para que nacieran sanos. Ya mandamos a cortar la “fábrica”, pedí ser esterilizada, tengo que dedicarme a cuidar a mis niños -dijo la madre mientras cargaba a sus tres niños en su regazo, sonriente y esperando que se despertaran para darles su alimento. Comentó que Elías fue el primero que nació y el más pequeño, pesó un kilo 800; luego llegó Emmanuel, pesó un kilo 950; el último fue Esteban, el más grande, pesó 2 kilos 100.

Un regalo de Dios

Y es que el padre, José Méndez, trabajador de la construcción, de cuarenta y un años, también está contento con el nacimiento y coincide con su esposa en que ese nacimiento “es un regalo de Dios, una bendición que Dios nos dio. Me gustaría que vieran la felicidad que tengo con mis bebés, que estoy muy agradecido porque Dios me los mandó”. La satisfacción de Méndez también la comenta el personal, que -dijo Carmen- la ha atendido de manera maravillosa desde que llegó al hospital, procedente del Seguro de La Fría, para programar la cesárea, y habló con el doctor César, quien la atendió y le dijo que no se podía ir porque tenía la tensión alta y principios de eclampsia.

No fue una sorpresa la llegada de los trillizos, aunque en el primer eco -contó- le salieron dos, pues ambos tienen herencia de morochos. Ya en el segundo, el especialista del Seguro le informó que eran tres y, en su casa, sus hijos se dividieron, unos querían niños y otros niñas; sin embargo, todos están contentos porque nacieron tres varones sanos.

Carmen siempre tiene presente la situación que generaron las redes sociales y llama a la gente a que “no estén diciendo que los vamos a dar en adopción, estoy superfeliz, ayer estaba chillando porque no podía pararme a venir a verlos y hoy me paré tempranito a bañarme, pero el dolor de cabeza no me dejó, tuve que ponerme tratamiento”.

Dada la situación económica, en la maternidad y quienes escuchan del nacimiento de los tres niños se preguntan cómo va a hacer para darles de comer, cómo hará cuando el tercero llore; pero Carmen no se amilana, siempre está optimista.

— Le doy a uno y luego a otro, y así sucesivamente. Claro que necesito ayuda, pero tengo a mis hijas grandes, de dieciocho y diecisiete años, que me ayudan. También tengo un hijo de catorce, otro de doce y uno de seis años, que estoy criando, pero igualito es mi hijo, aunque no lo parí, pero lo tengo desde los seis meses y lo he criado, he visto de él; la otra hija ya no vive en la casa. Son nueve hijos -añadió-, y comentó que la mayoría de ropa que les han puesto se las hizo ella, incluso les bordó las cobijas.

No piden plata en la calle 

Carmen Palencia dice que necesitan una ayuda. “Claro, no es que seamos extremadamente pobres, pero será bienvenida la ayuda de las personas que nos la quieran dar, sobre todo leche y pañales, y cualquier otra ayuda que quieran darme, no solamente para ellos sino para cualquier otro de mis hijos. Antes no era necesario, a mí me ayudó ser beneficiaria de la misión Madres del Barrio”.

Reiterando que la ayuda que le den la hagan instituciones o personas de manera personal, a la casa 215-A del barrio Paraíso, sector 28 de Octubre, de La Fría; no facilitó el teléfono porque, consideró, se presta para que la llamen e incluso al parecer hay personas pidiendo dinero en su nombre. Aclaró que “ni yo ni mi esposo estamos autorizando a nadie a pedir plata en la calle para nuestro hijos”.

Una ayuda permanente

Rosa Urbina, trabajadora social del Seguro, informó que están solicitando ayuda permanente para la familia Méndez Palencia, “sobre todo necesita leche, que no se consigue, y pañales, lo que le puedan dar” -comentó-, lamentando que existan personas que utilicen las redes sociales “para decir mentiras, porque la señora está feliz. Ella lo que quiere es criar a sus hijos y nunca separarse de ellos”.