Simón García: Los cuatro mensajes

Simón García: Los cuatro mensajes

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La actual situación política es tan compleja que admite diversas lecturas. Cada narrador puede añadirle matices interesantes. Usualmente subjetivos, porque los ojos con los que miramos la escena tienden a ver lo que deseamos.

La descripción que bosquejo procede de un observador afín a las fuerzas democráticas y de unidad. Es claramente disímil de las versiones que las fuerzas conservadoras, justificadoras del fracaso que se come a Maduro, buscan imponer por el avasallamiento de su hegemonía comunicacional o con interpretaciones más sutiles procedentes de algunos personajes, aun oficialistas, con ideas.

El 1s ratificó el hartazgo del país con el gobierno. Un primer mensaje, con el poderoso lenguaje de los hechos, que además exigió al CNE que cumpla la misión constitucional de organizar una votación que permita verificar si hay votos para ponerle fin democráticamente  a la destrucción de país que está llevando a cabo este gobierno. Si las rectoras, continúan pasando a la fase siguiente sólo cuando se cumple el término de cada lapso, incurrirán en fraude a la Constitución y suspenderán arbitrariamente el derecho del pueblo a decidir, como actor constituyente, si avala o no a un gobernante.





Somos objeto de un plan para prohibir toda actividad de oposición política o que altere un entramado de privilegios producto de corrupción y actividades ilegales. No es uno que repita las purgas sangrientas mediante las cuales se asesinó a miles de opositores en Cuba. Hace tiempo que las fuerzas totalitarias aprendieron a usar nuevas tecnologías para doblegar, crear desesperanza, alentar la resignación y encapsular a cada persona en la subordinación total al Estado. Se configuró un régimen opresivo que precariza la vida material y espiritual, pero que externamente conserva el decorado de formalidades democráticas que simula cumplir con sus estándares convencionales.

El segundo mensaje que envió el 1s, de alto poder simbólico, es que ese plan de control totalitario falló en Venezuela. El discurso de justicia social que colonizó  afectivamente a una mayoría de venezolanos, hoy es la fábula de una revolución que nunca existió y que no emociona a nadie. O mejor dicho, las emociones que suscita son de rechazo y de pérdida del miedo porque no hay nada peor que continuar consumiéndonos en las calamidades cotidianas creadas por Maduro, su gobierno y su modelo.

El tercer mensaje del 1s es que existen las fuerzas cívicas y las condiciones internas para orientar, afirmando y desarrollando la estrategia democrática, pacífica y constitucional, una elevación de la presión, de la acción de calle pacífica, de la protesta en muchos ámbitos y con distintas dimensiones, con amplitud y pegados al clamor de ponerle fin al hambre. Un combate que asume el diálogo en todos los niveles para lograr mejores condiciones de lucha, más pluralismo y presencia en nuevos espacios.

Aunque todavía no se puede cantar victoria hay un cuarto mensaje en posición de salida. Hay una incertidumbre que se está despejando: el fin del régimen comenzó. La modalidad y el momento del desenlace es lo que todos estamos contribuyendo a descifrar.

@garciasim