El aeropuerto Internacional José Antonio Anzoátegui, que sirve a la ciudad de Barcelona, es quizás uno de los peores de todo el país en cuanto a infraestructura y descuido, publica el-aji.com.
La planta principal, donde se realiza el chequeo de pasajeros tanto para vuelos nacionales como internacionales y; por donde el Estado Anzóategui da la bienvenida a viajeros nacionales y extranjeros, no tiene siquiera las paredes completas.
El 20 de junio de 2014, El General Luis Graterol, quien ocupaba para la fecha el cargo de Ministro de Transporte Acuático y Aéreo realizó una inspección en el aeropuerto internacional de Barcelona e informaba con bombos y platillos que el Estado en conjunto a la empresa privada estaban haciendo una inversión de 1.950 millones de bolívares, que a la tasa SICAD II de la fecha (Bs 49,4937 por USD) representaban 39.398.953,80 de dólares estadounidenses. Esta inversión comprendía, rehabilitación de pistas, calles de rodajes, plataformas, construcción de hangares, espacios públicos y oficinas, entre otros. En su visita, Graterol informó que las obras estaban al 50% de avance.
Llegaron al 50% y de ahí no pasaron
La realidad actual del aeropuerto Antonio José de Sucre, es absolutamente deplorable.
El hall de entrada no tiene siquiera las paredes frontales completas, pues a ambos extremos faltan sendos paneles de vidrio que cerrarían las esquinas del terminal. En uno de sus extremos, esta la ausencia absoluta de una pared completa
En los mostradores de las aerolíneas, donde los pasajeros deben realizar su proceso de chequeo antes de abordar los vuelos, es común encontrarse con perros caminando o durmiendo. Esto, producto que el terminal no está completamente cerrado
El sistema de aires acondicionados del área de chequeo y de espera a los pasajeros que arriban a Barcelona no funciona y de hacerlo, no tendría ningún efecto debido a la falta de paredes que cierren el recinto para mantener el aire frío.
Trabajadores, transeúntes y pasajeros, se queja del calor constante, la presencia de animales y es que hasta “aventurero” (si se puede decir), es la visita a este aeropuerto internacional, pues quienes osen de acudir a el, deben estar cuidadosos de no ser víctimas de palomas que sobrevuelan dentro del recinto y podrían hacer sus necesidades fisiológicas desde las alturas y “bendecir” a más de un pasajero”
El proceso de acceso al área de embarque, no es nada amigable.
Los pasajeros, deben pasar por un punto único de control, que está confinado en un espacio no mayor a los 30 Mts2 donde se hace la cola antes de pasar la única maquina de rayos x y detector de metales. Una vez superado este punto, los pasajeros deben tomar su equipaje de mano y subir unas escaleras que le llevarán a la zona de espera. Esto, debe superarlo tanto pasajeros con destino nacional como internacional.
El área donde los pasajeros esperan por abordar su vuelo, resulta también una aventura, aunque no tanto como la exterior.
El techo, no cuenta con cerramiento total, pues entre la junta de las paredes y el techo existen unas aberturas por donde no solamente se escapa el aire acondicionado, sino que las aves tienen prácticamente un cartel que dice “bienvenidas”. Razón por la cual los pasajeros deben estar con los oídos atentos al llamado de su vuelo y los ojos como radar pendientes que alguna de esas aves tengan la intención de “dejar un regalo” a quienes están sentados a la espera de ser llamados para tomar su vuelo
Cuando los pasajeros son solicitados para abordar, no se puede cantar victoria. Es cuestión de rezar que no esté lloviendo, pues a pesar que el aeropuerto cuenta con infraestructura para el embarque y desembarque de pasajeros, esos que comúnmente son llamados “chupones”, ninguno se encuentra operativo.
Los viajeros que van de salida, deben bajar unas escaleras (techadas) hasta la pista y caminar hasta la escalera que dará acceso a la aeronave, pasando justo al lado de las estructuras que debían permitirle acceder al avión sin necesidad de ir a la intemperie
Para el año 2013, el Mayor General Hébert Josué García Plaza (Ministro para el Transporte Acuático y Aéreo del momento) en compañía de Aristóbulo Istúriz entonces Gobernador de Anzóategui y actual Vicepresidente de la República, anunciaba que para la remodelación de este aeropuerto se estarían invirtiendo Bs. 250 millones que; a la tasa de cambio para la fecha (CADIVI), suponían 39.682.539,68 dólares americanos. Desconocemos, si este monto forma parte de los 1.950 millones de bolívares que en 2014 según Luis Graterol (sucesor de García Plaza) se estaban invirtiendo en la refracción del terminal.
De no ser así, que los recursos afirmados por García Plaza y posteriormente Graterol, sean del mismo proyecto, el Aeropuerto Internacional José Antonio Anzoátegui se ha comido más de 79 millones de dólares, pero todo sigue igual o peor, porque antes de la “remodelación”, el aeropuerto contaba al menos con todas las paredes.
Es importante señalar, que en el año 2009 el gobierno nacional tomó control de las carreteras, puertos y aeropuertos, que por disposición constitucional, corresponde la administración las Gobernaciones.
