Vasos vacíos de una Venezuela rebelde Por @rafaelvalera96 de @VFutura

thumbnailrafaelvalera1No necesitamos de una epifanía que nos ilumine el momento preciso y el por qué de la rebelión; existen ya suficientes razones para impulsarla. Es un clamor existencial que va en consonancia con las necesidades del venezolano de ser libre y de emprender con grandeza. Empezando por el hecho de que la vida se nos va siendo “pacientes” mientras los políticos resuelven sus problemas de (distribución de) poder y la dictadura se traga a los venezolanos sin esfuerzo mayor. Esto nos ubica frente a un objetivo en particular: salir del régimen de Nicolás Maduro.

Entre las razones que los venezolanos se proponen, existen las tangibles y las que no son tangibles. Las primeras son todas las consecuencias que las acciones de los personeros del sistema político generaron y cuyo blanco es el venezolano. Las no-tangibles son todas nuestras aspiraciones que podrían materializarse con la creación de un nuevo sistema político y económico.

Sin embargo, la panacea de lo anteriormente explicado no es exclusivamente lo que para nosotros como venezolanos es visible y lo que no, sino en el por qué no hemos asimilado la solución, en el por qué seguimos cayendo en mayor dominación socialista pese a los esfuerzos que hemos impreso en la  realidad política.





Muchos han dicho que todo es cuestión de perspectiva, lo cual puede ser cierto… pero peligroso también. Hagamos un ejercicio mental, ilustrándolo a través de la metáfora del “vaso medio lleno y el vaso medio vacío”.

Usted conoce los problemas que atacan su situación personal de primera mano y naturalmente busca una solución para ellos, sea una sola en general o varias. Viviendo bajo una dictadura, el contexto se compromete, pero hay un mensaje que ha estado escuchando por al menos 14 años y ha sido que no debe ver el vaso “medio vacío”, debe verlo “medio lleno”; sólo necesita ser paciente, juicioso y entusiasta de la mesura.

Además, ese discurso viene complementado del recuerdo constante de su infelicidad, apuntando a la explotación del sentimiento y hacerle ver que aguantar dolor es necesario, que el masoquismo “es parte del proceso”, ¡y que ellos tienen más experiencia que usted en ello!

Lo cierto es que lo manipulan para hacerlo un dependiente avergonzado y ver el vaso “medio lleno” lo deja a merced de una esperanza artificial, de otros mundos. “Siempre” estará cerca y le harán sentir culpable cuando no logre llenarlo –para seguirle diciendo con cinismo que está más cerca de ello.

En esta coyuntura alargada (por los políticos), donde el venezolano se muere de mengua o se va despavorido del país no existen ni medias llenuras ni medios vacíos. Existen vasos vacíos, individuos capaces de cualquier cosa, con aspiraciones grandiosas que quieren ser cristalizadas, pero se ven imposibilitadas por un régimen comunista con miras a la eternización y a la totalitarización de su poder.

El objetivo de los venezolanos dista radicalmente del de los políticos; ellos giran en torno al poder y nosotros como civilización en torno a nuestra Libertad individual y a nuestra Soberanía como Nación. Por eso el pasado 1º de septiembre ellos veían como un éxito “mostrar que son mayoría” por unas horas en miras a un pacto institucional, para luego decirle  que se refugiara en una cacerola mientras la gente quería quedarse en las calles hasta la salida del régimen de Nicolás Maduro, desconociendo también a los políticos.

La misma voluntad en esos individuos de cambiar la realidad es traducida hoy en la indignación y las intenciones pro-activas de los venezolanos. Las cuales deben ser conducidas mediante un movimiento político hasta la Libertad; ésta fuerza no será una “tercera vía” porque no estaría enfrentándose a dos enemigos distintos, sino a una clase política que da vida al régimen de Nicolás Maduro: ellos conciben una misma realidad –más allá de los distintos colores y consignas– de esclavitud, complicidad y carencia de futuro, y el movimiento político, una opuesta enmarcada en las aspiraciones de todos como venezolanos.

Jamás habíamos tenido tantas oportunidades para luchar por la Libertad de cada uno de nosotros y así, por la Libertad del país.

¡El Rumbo es la Libertad!