Frank Muci: El canje del canje de Pdvsa

Frank Muci: El canje del canje de Pdvsa

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Al darse cuenta que su intercambio inicial estaba a punto de fracasar, PDVSA volvió con una oferta que dejará a Wall Street alrededor de mil millones de dólares más ricos, y a usted exactamente la misma cantidad más pobre.





Por Frank Muci en Caracas Chronicles | Traducción libre del inglés por lapatilla.com

Esta semana PDVSA mejoró su oferta para intercambiar los bonos PDVSA 17N al 8,5% y PDVSA 17O al 5,25% por nuevos bonos garantizados por el 51% de las acciones ordinarias de Citgo, pagaderos en cuatro años del 2017-2020.

En un primer momento, la relación era de 1: 1 – para cada dólar de valor de los bonos viejos se obtendría un dólar de valor de los nuevos bonos. Como era de esperarse, no era lo suficientemente bueno como para tentar a muchos de los tenedores de esos bonos. Por lo que ahora están siendo ofrecidos en relación 1,22: 1 de nuevos bonos por cada bono PDVSA 17N y  de 1,17: 1 en nuevos bonos para cada PDVSA 17O, siempre que opten antes de la nueva fecha límite de 6 de octubre. Después de la fecha límite, la relación de canje se rebaja a 1,17 y 1,12 respectivamente.

Un máximo de US5.325 millones en bonos viejos será canjeado.

En pocas palabras: usted, el contribuyente, queda ensartado

1- El nuevo canje, si tiene éxito, creará hasta US$ 1,11 mil millones de dólares (+ intereses) en una nueva deuda en el hombro del estado. Eso significa hasta US$ 1,11 mil millones menos de dólares para la importación de alimentos, medicamentos y para los hospitales. Y PDVSA ni siquiera puede conseguir dinero fresco por sacrificarse a sí misma de esta manera.

2- Dado que los nuevos bonos están garantizados por el 51% de CITGO, también significa que si el canje se lleva a cabo y PDVSA no paga a tiempo, el contribuyente pierde la propiedad de CITGO.

3- El aumento de la relación del canje da las clasificadoras otra razón para considerar que este canje, si tiene éxito, es un “intercambio en dificultades”, lo que dará lugar a una rebaja de crédito de calificación a “default selectivo”, y cerrará al país, aún más, de los mercados de capital. Para que quede claro: una calificación de “default selectivo” no desencadenaría realmente un default o impago – las agencias de calificación de crédito sólo nos rebajarían una muesca más en el poste totémico de las calificaciones.

Es posible argumentar que el canje es el menor de los males, y que no hacerlo llevaría a un mayor costo. Eso puede ser cierto o puede ser falso. Pero no viene al caso.

La cuestión de fondo aquí es que la gestión de PDVSA insiste en patear la lata en el camino -a un costo cada vez más alto sin una estrategia para salir del agujero financiero y operativo que se encuentra, excepto la de quemar los activos y la de orar por la subida de los precios del petróleo.

Es una no-estrategia estúpida e irresponsable.

Con la producción de PDVSA en caída libre, prácticamente sin dinero en efectivo y obligada a  importar crudos livianos de cualquier lugar incluso de la “sangrienta” EE.UU.; con grandes pagos de bonos que se avecinan; ¿y todavía esperó hasta el último momento para ofrecer el canje? ¿Es de extrañar que terminara acorralada en una esquina? Los tenedores de bonos tienen todas las ventajas y PDVSA no tiene ninguna.

A menos que PDVSA ofreciera una permuta extremadamente generosa para los tenedores de bonos a un costo oneroso para sí mismo -que es precisamente lo que este canje del canje hace- los tenedores de bonos simplemente con no aceptar el trato y el riesgo prolongarían la turbulencia de PDVSA  y de Venezuela por otros 4 años hasta 2020.

Una empresa seria debería, al ofertar el canje, anunciar un ambicioso, creíble y vinculante plan de reestructuración de sus operaciones, de reducción de sus costos,  de aumento de la producción, en una palabra, un plan integral . Pero PDVSA ni siquiera ha pretendido hacer eso.

Es patético y exasperante.