José Luis Centeno: Se quedarán con las ganas

José Luis Centeno: Se quedarán con las ganas

thumbnailjoseluiscentenoLa narcotiranía afinó la ilegalidad como una zona de confort durante 17 años, desde allí aspiran mantenerse en el poder, duchos como están en desafueros legales e inconstitucionales, violencia e impunidad, no dudan en poder lograrlo, tanto es su convencimiento que han contagiado a muchos venezolanos de pesimismo, afortunadamente los no optimistas son cada vez menos. Como ésta siempre ha sido una “Tierra de Gracia”, incluso antes que así la llamara Cristóbal Colón, la política, más que la democracia, concurre a su hora estelar, en esencia definitoria, inmersa en una creciente presión contra Maduro en la calle.

¿Mejor escenario? Imposible. Se pudiese pensar lo contrario con el problema de la malaria y la difteria amenazando al país, así como el pran de la PGV, “Franklin Masacre”, amenaza a la Ministra Iris Varela, con un gobierno sumido en el narcotráfico asumiendo posiciones en favor de sus socios en ese negocio: Maduro sosteniendo que el resultado del Plebiscito en Colombia fue un empate técnico, ofreciendo apoyo a Santos y a la FARC, esforzándose en evitar la salida del Castro-Chavismo de América Latina; con venezolanos balseros detenidos en Curazao y otros tantos practicando mendicidad en el norte de Brasil… Tal vez por eso la esposa de Yon Goicochea haya dicho que “no valió la pena volver a Venezuela”.

Ciertamente, aún hay venezolanos afectados por la crisis que sienten que no hay salida, que no hay posibilidad de cambio, cuando en realidad Venezuela está decidida a revocar la crisis creada por este gobierno corrupto. Ver a monseñor Luckert exhortando a Lester Toledo a que se mantenga en la clandestinidad y que confíe en Dios de que saldrá victorioso de su situación, confirma la indignación que los venezolanos sentimos por tener que vivir con la imposición del abuso de poder y la persecución como políticas de Estado. Una indignación traducida en voluntad de cambio, en presión y más presión, como pilar de la transición democrática que tiene como norte el pueblo venezolano.





Con el pesimismo se le hace el juego al gobierno, nada mejor para el régimen cuando Maduro está debilitado y sus instituciones devaluadas, con Ban Ki-mon llamándolo a botón por querer chalequear a la Asamblea Nacional, entrampado con eso de que el Presupuesto 2017 será aprobado por los venezolanos, ¿cuáles venezolanos? si más del 80% del país quiere un RR para cambiar al gobierno de Nicolás Maduro. ¿Por qué? ¡Porque queremos un mejor país para todos! No hay razones para ser pesimistas, el régimen terminará de ponerse la soga al cuello sellando su apego a la ilegalidad con las alternativas que maneja desde la Sala Constitucional, desde el CNE y cuanta institución pretenda utilizar para prolongar su permanencia en el poder, como las Fuerzas Armadas, que luego de fracasar en el combate del desabastecimiento dudo que tendrán fuerza para contener el cambio.

Con un Presidente de la Republica cómplice de los miembros del PSUV que mataron al “camarada Robert Serra”, amenazándolos con denunciarlos después de 2 años, es inevitable pensar en lo disfuncional que ha resultado para su propia tolda política, tan ducho que se la da tanto en ilegalidad como en el manejo de la lógica del caos, sin haber aprendido que la segunda sirve a la primera haciéndola imperceptible, objetivo no logrado por el régimen, de ahí el esfuerzo en mantener el control con la ilegalidad para evitar que recuperemos la democracia, pero el caos, que va por dentro contra toda lógica psuvista, hará que se queden con las ganas.

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