Descubren nuevos secretos de la adaptación de las plantas a las sequías

Descubren nuevos secretos de la adaptación de las plantas a las sequías

(foto ambito.com)
(foto ambito.com)

 

Dos trabajos realizados por un equipo internacional de investigadores han descrito algunos de los mecanismos moleculares que ayudan a las plantas a sobrevivir a las sequías, unos datos que podrían ayudar a mejorar los procesos defensivos de las plantas en situaciones de escasez de agua.

Los estudios, en los que han participado científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-Universidad Politécnica de Valencia -este de España-), se publican en la revista The Plant Cell.





La respuesta de las plantas ante una sequía depende de un delicado equilibrio entre los ‘frenos’ y los ‘activadores’ de sus defensas: los primeros deben estar activos en situaciones normales y los segundos tienen que funcionar cuando detectan estrés ambiental, es decir, una situación anómala que puede suponer una amenaza.

En la naturaleza, las plantas afrontan distintos tipos de situaciones de estrés ambiental y por eso necesitan un doble mecanismo, de inhibición y degradación, que permita eliminar el freno para adaptarse al entorno.

Estos mecanismos están activados y graduados por proteínas.

En uno de los trabajos publicados, los científicos han identificado dos proteínas que intervienen en el papel del ácido abscísico, una hormona clave para que las plantas afronten una situación de sequía.

Las proteínas identificadas (RGLG1 y RGLG5), son esenciales para que la planta elimine el ‘freno’ y “active la ruta de señalización de la hormona para afrontar la sequía”, explica Pedro L. Rodríguez, investigador del CSIC en el instituto.

En el otro estudio, los científicos han descubierto una nueva ruta de degradación de los receptores del ácido abscísico, que es responsable de la reacción de las plantas al estrés ambiental.

Los investigadores han visto que si se ralentiza esta ruta se aumenta la vida media de los receptores, es decir, se aumenta la vida media de un activador para responder a la sequía. EFE