¿Es bueno pedir un tiempo en la pareja?… ¿funciona?… ¿qué se le dice a los hijos?

¿Es bueno pedir un tiempo en la pareja?… ¿funciona?… ¿qué se le dice a los hijos?

tiempopareja

Muchas personas acuden a la famosa frase “démonos un tiempo” porque en el fondo lo que buscan es salir con otras personas. Es probable que ya tengan a alguien rondando sus cabezas o sencillamente lo vean como la mejor forma para respirar lejos del otro y caer en el desorden.

Publicado originalmente en Vanguardia





Otros lo ven como una opción para decir de manera disfrazada “hasta acá llega la relación”. Pero están también quienes aprovechan de verdad ese ‘stand by’ o tiempo fuera para mejorar sus relaciones.

Por eso las preguntas a hacernos son ¿Cuándo en realidad un tiempo fuera funcionaría de maravilla? ¿Qué podría ser perjudicial tras ese démonos un tiempo? ¿Cuál debería ser la mejor reflexión a hacernos en ese tiempo para estar solos?

Vanguardia Liberal le muestra el lado positivo de la frase “démonos un tiempo”. Si aplica ese tiempo para hacer una verdadera reflexión de su relación, verá resultados sorprendentes a favor de los dos.

Preguntas y respuestas

Ana Tulia Montañés
Psicóloga clínica- Terapeuta de pareja y familia

¿Qué debe tener presente ese tiempo fuera para que en realidad funcione a favor de la relación?

En esta situación específica hay que tener en cuenta si ambos miembros de la pareja están de acuerdo, o solamente uno es el que hace la propuesta o pide un tiempo para reflexionar. Lo ideal es que ambos estén de acuerdo cuando sienten que algo está cambiando y empiezan a no sentirse bien en la relación. Posiblemente han intentado dialogar sin éxito y han pasado por épocas de muchas peleas y discusiones, llegando a un límite donde se hace necesario tomar distancia para pensar. Muchas parejas acuden a consulta cuando llegan a este límite. Lo ideal es buscar asesoría profesional, y evitar que familiares y amigos se involucren con opiniones y consejos, que muchas veces aunque bien intencionados, no es lo más sano para la persona o la pareja.

¿Qué cosas no debemos hacer tras ese tiempo fuera? ¿Qué podría perjudicar más una segunda oportunidad?

Lo más complejo es cuando un miembro de la pareja es el que se siente con dudas y pide tiempo al otro. Generalmente esto genera mucha incertidumbre a la persona, que no entiende por qué el otro le hace esa solicitud y suele pensar que es porque hay una tercera persona y no quiere decirle la verdad; a veces es una forma de disfrazar la verdad. Pero si este no es realmente el caso, hay que llegar a unos acuerdos para que sea realmente un espacio que sirva para reflexionar y mejorar la relación, o para llegar a la conclusión de que es mejor terminarla. Este es un riesgo que siempre corren las parejas cuando entran en esa etapa de “démonos un tiempo”.

¿Cuáles preguntas debemos hacernos en ese tiempo fuera para que sea provechoso en realidad y se convierta en una verdadera reflexión respecto al otro?

Las preguntas que deben hacerse para la reflexión depende de cada caso o pareja en particular. Lo importante es vivenciar el “no estar con el otro” y si eso realmente me hace sentir bien y es lo que quiero en definitiva. Reflexionar sobre lo positivo que tiene la pareja y que me hace sentir bien, pues eso son recursos que están a favor de la relación y se pueden recuperar.
También es importante que cada miembro de la pareja haga una auto-reflexión sobre sus comportamientos que hacen mal a la relación, pues los problemas se generan por las dos personas y no por una sola. Así es que cada uno asume la responsabilidad que le corresponde en esta problemática.

¿Es mejor que el que se vaya busque la casa paterna y materna o un hotel?

A donde debe irse el que sale del hogar debe ser también acordado entre ambos, para que el otro quede tranquilo. Si hay una buena relación con la familia de la pareja, pues no habría problema que se fuera a casa paterna; pero si hay tensiones, sería mejor irse a otra parte.

¿Cuándo podemos decir que ese tiempo fuera sí fue provechoso y no una excusa para la alcahuetería?

Cuando este tema se trabaja dentro de una terapia de pareja es mucho más fácil hacer acuerdos para que realmente este tiempo que se van a dar sea positivo y benéfico para ambos.

Lo primero es tener claras las reglas que ambos deben cumplir: Realmente se trata de “estar solos” y poder hacer un balance de lo que realmente está pasando a cada uno y hacerse cargo de sus responsabilidades. No ceder ante las tentaciones que a veces vienen por consejos de terceros como la de salir con otras personas, divertirse, etc., pues eso afecta enormemente y usualmente lleva a la ruptura de la pareja, ya que la persona que se siente traicionada pierde la confianza y le es difícil superar esta experiencia.

Sonia Pacheco Rojas
Psicóloga

¿Qué hacer tras ese tiempo solos para sacar el máximo provecho a favor de la relación?

La clave está en darse un tiempo pensando en un beneficio mutuo y no en uno personal. Para eso es necesario tener la suficiente madurez emocional; sólo así podré determinar qué me hace bien en la relación y por qué no quiero perderla. Al tomar ese “pare” lo que debo buscar es reevaluar el inicio, el por qué tomé la decisión de estar con esa persona, por qué decidí formar un hogar, para qué lo hice, es hacer ese análisis personal, individual, frente a lo que me está produciendo la relación.

Incluso ese espacio sirve muchas veces para que intentemos enamorar a la pareja, reenamorarnos, retomar lo que habíamos dejado de lado.

Y por supuesto darme cuenta que el amor es libre y que las cosas que dejé de hacer casado o casada las puedo volver a hacer junto a mi pareja, pues el amor no debe generar sufrimientos, sacrificios ni apegos.

Lo cierto es que a partir de ese tiempo solos podemos reencontrarnos con nosotros mismos y saber cuál es la decisión más saludable para todos.

¿Qué no se debe hacer tras ese tiempo o espacio para repensar la relación?

Cuando nos damos un tiempo los dos debemos tener claro qué estamos buscando, si en realidad es un encuentro con nosotros mismos o tan solo quiero ganar espacios sociales. Si no lo tengo claro las cosas serán aún más complicadas.

Hay quienes creen que tomarse un tiempo libre es hacer solo lo que no se pudo hacer casado.

La clave está en retomar amistades que me fortalezcan y no acudir a aquellas que me ponen en duda, que me hacen sentir insegura. De ser así las decisiones no serán las más favorables.

Y qué decirles a los hijos

En el caso de que ya se tenga un matrimonio establecido y haya hijos de por medio que estén preguntando por uno de los padres, tras ese distanciamiento ¿qué hacer? ¿Cómo explicarles a los niños que papá se fue por un tiempo porque mamá necesita pensar ciertas cosas de adultos?

Los expertos consultados opinan que es importante que ambos hablen con ellos y les expliquen que será por un tiempo, incluso que se especifique cuánto tiempo van a vivir separados pues necesitan trabajar aspectos de su relación como adultos, pero que la relación como padres seguirá igual de cercana.

Lo anterior se debe cumplir y el padre que se va de casa debe mantener el contacto cercano con los hijos.

Las recomendaciones son apoyarse de un terapeuta tal y como se hace cuando hay un proceso de separación, pues es una situación que afecta a todo el núcleo familiar, incluyendo a los hijos.

“Con los niños se debe manejar la información dependiendo de las edades, pero siempre hay que hablarles con la verdad. No podemos decirles mentiras ya que ellos son muy receptivos. Por eso es importante expresarles lo que está pasando con los padres, no tomar decisiones definitivas, hay que hablarles que los papitos se tomarán un tiempo para lograr ese fortalecimiento de la parte familiar, que seguirán siendo el mismo papá o la misma mamá, solo que esa persona que decida irse no va a dormir un tiempo en casa”, enfatizó la psicóloga Sonia Pacheco Rojas.

Lo que no debe hacer es cambiar la relación de padre e hijo.

¿Qué tener en cuenta tras esa decisión?

1. Entre los dos deben estipular el tiempo exacto que se darán. Un tiempo de seis meses es adecuado. Si se acorta mucho o se prolonga más de la cuenta no tendrá los efectos deseados.

2. Inicialmente no es aconsejable que se continúe con la comunicación o visitas, pues no se experimentaría lo que es vivir sin pareja.

3. Comuníquese sólo cuando sea necesario. Dialogue sobre algún tema importante de los hijos.

4. Finalizado el tiempo, la pareja debe encontrarse y compartir la experiencia. De acuerdo con esa conclusión hecha por los dos se tomará una decisión.